Lula: cien días como preso político

El expresidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, cumplió cien días como preso político. El encarcelamiento y la feroz campaña mediática en su contra desatada por la Rede Globo no han logrado mellar su imagen. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) continúa al frente de todas las encuestas y algunas consultoras aseguran que incluso podría ganar en primera vuelta.

El 15 de agosto se oficializarán las candidaturas de cara a las elecciones presidenciales de octubre. Hasta la fecha, la derecha no ha logrado imponer un candidato, no ha mellado la imagen de Lula, ni ha podido proscribirlo. El exmandatario parece no tener rival y el establishment comienza a desesperarse.

En diálogo con Contexto, Oscar Laborde, diputado del Parlasur y coordinador del Comité Argentino de Solidaridad Lula Presidente, aseguró que “lo que demuestran estos cien días es la firme voluntad del establishment brasilero de llegar hasta las últimas consecuencias. Demuestra que no les importa la opinión de los juristas, la opinión de la prensa internacional, ni la opinión pública mundial. No les importa que cada vez quede más demostrado que la prisión de Lula responde a una persecución política y no a una cuestión legal”.

Laborde: «El neoliberalismo tiene una gran incapacidad para lograr que una parte mayoritaria de la población sostenga su proyecto en el tiempo. Ellos no pueden hacer electoralmente virtuoso su proyecto».

“La derecha sabe que Lula es el instrumento para la transformación, para un cambio profundo en Brasil, y están dispuestos a hacer todo lo que sea necesario para impedirlo”, remarcó.

Laborde sostuvo que “Lula es una figura tan fuerte, tan determinante, que la derecha no encuentra la salida del laberinto en el que se ha metido. El establisment tenía un proyecto que comenzó con el golpe contra Dilma Rousseff, continuó con el ajuste implementado por Temer, siguió con la prisión del Lula y necesitaba un cuarto paso que era construir un candidato que le permitiese continuar con la profundización de este modelo, pero ese candidato no aparece. No tiene a nadie que le pueda ganar a Lula y que les permita darle continuidad a este ajuste”.

“El neoliberalismo tiene una gran incapacidad para lograr que una parte mayoritaria de la población sostenga su proyecto en el tiempo. Ellos no pueden hacer electoralmente virtuoso su proyecto. Cuando Dilma Rousseff fue destituida, la intención de voto que tenía Lula no era tan alta, pero el transcurrir del gobierno de Temer ha hecho que la figura de Lula crezca por contraste”, afirmó.

Laborde: «El establishment tenía un proyecto que comenzó con el golpe contra Dilma Rousseff, continuó con ajuste implementado por Temer, siguió con la prisión del Lula y necesitaba un cuarto paso que era construir un candidato que le permitiese continuar con la profundización de este modelo, pero ese candidato no aparece».

El parlamentario remarcó que “la gente compara cómo le iba antes y cómo le va ahora con Temer, y sabe que con Lula estaba mejor. Eso lo tiene muy claro, aunque los medios le quieren hacer creer otra cosa. Es similar a lo que pasa en Argentina con Cristina Fernández de Kirchner”.

Por último, Laborde afirmó que “a esta altura uno hasta pone en duda si va a haber elecciones en Brasil. Falta sólo un mes para que se inscriban las candidaturas y no se sabe si van a permitirle a Lula ser candidato, si el establishment va a apostar a Jair Bolsonaro (candidato ultraderechista que reivindica la dictadura), si van a tratar de sacar de la galera a un candidato nuevo o, incluso, si van a intentar suspender las elecciones. Hoy, en Brasil, todo puede pasar”.


 

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