Liga de Freestyle Sucre: ¡Réplica!

Por Ramiro García Morete

“Éramos tan felices y no lo sabíamos”, soltará Josué Agratti al evocar un 15 de abril de 2017. “El Surgimiento”. Desde asombrosos shows de Acru, Naimy la 94 Cypherground hasta la participación de Duki y Dani en una competencia de alto nivel de los locales, donde la final fue Krónico y Naim,  aquel evento resultaría hoy “casi imposible para una productora amateur como éramos en ese entonces”. Pasarían apenas dos años para llevar al Estadio Único en el Provincia Emergente un movimiento que en La Plata encontraría mucho más que una productora: un núcleo. Llenando plazas, articulando competencias o dictando talleres, Sucre se convertiría en un referente ineludible del hip hop local. Con una liga sumamente competitiva, el 2020 se vería detenida como el resto del mundo y el 2021 con cierto vestigio de acción. Pero convocatorias de no menos de trescientas personas impedirían cualquier intento de presencialidad y algunas experiencias sin público en el Pasaje Dardo Rocha, obligan a Sucre a esperar y analizar el presente… sin olvidar que el futuro también puede ser de felicidad.

“Particularmente veníamos con intenciones de volver fuerte a la actividad – cuenta Agratti sobre el regreso de las restricciones-. Habíamos podido liquidar nuestras obligaciones con las competencias federadas en ese lapso (el Reducido de 4 Fechas de la Liga de Freestyle para otorgar los puntos para la tabla de ascenso Nacional de FMS) y nos veíamos envalentonados para poder comenzar un nuevo torneo/año calendario, con un montón de nuevas ideas fruto del estancamiento de la cuarentena. Pero no, nos tuvimos que volver a adaptar a la situación y poner en ‘stand bye’ nuevamente el retorno”. Y comprende: “Por más que sea al aire libre, la cultura siempre aglutina mucha gente. Y hoy particularmente eso es lo que hay que evitar. Queremos regresar mejores. Tomar todo lo detenido como un impulso hacia adelante, por lo que el plan en sí mismo es seguir haciendo lo que hacíamos antes con la vieja normalidad, pero mejores”.

El mismo optimismo expresa sobre el impacto en el desarrollo del freestyle platense. “Como disciplina competitiva en lo local se vio disminuido, pero hay mal que por bien no venga. En si la cuarentena motivó a muchos freestylers a pasarse a la música de lleno y eso me parece no solo un paso natural sino también positivo. Porque al freestyle siempre se vuelve. Ahora si es después de haberte puesto a producir tu música se vuelve mucho mejor”. Lo que sí nota es “la falta de interacción de muchas personas. La pantalla comunica, pero de cierta manera también insensibiliza. El freestyle es algo más que las palabras, hay un montón de lo no verbal que es parte del mensaje y creo que más allá de las alternativas existentes, como las compes virtuales, la plaza se vuelve irreplicable en las plataformas”.  

Y al ser consultado por nuevos talentos en la escena local, Agratti responde: “Hace mucho que no veo, pero lo que sí noto es que los pibes comienzan a rapear con una base mucho más sólida que antes. Te miento si te digo nombres, pero se nota un corte de deportividad en el freestyle actual que permite entender de qué y cómo van los pibes cuando rapean. Y  que antes, cuando arrancábamos, no estaba”.

Muchos artistas de la escena nacional expresaron sacar algo positivo de la pandemia y es que tuvieron la pausa para evaluar todo el crecimiento vertiginoso de los últimos años… En menor escala, pero no por ello carente de importancia, ¿pasó lo mismo desde Sucre? ¿Se dio lugar a un balance? “No solo balance en lo colectivo -responde Agratti-. También en lo individual, que motivó a la ‘salida’ de componentes del equipo mismo. También darnos cuenta que veníamos en alza, pero lo logrado hasta ese momento no nos permitió mantenernos en el lugar más allá de la inactividad, es decir veníamos volando y caímos casi sin red. Ese fue nuestro balance, y que nuestro lugar no es otro que la plaza. Cada parte del equipo, los que se quedaron y los que se ‘fueron’, se vieron obligados a volcarse más a sus actividades propias y ajenas a Sucre, trabajo y estudios, por ejemplo. En mi caso, comencé el tramo final de la carrera y hoy ya me encuentro casi recibido. No sé si gracias a la pandemia, pero sí es verdad que se me generó un tiempo (obligado) que debía aprovechar de alguna manera”. Para el cierre, Agratti recomienda: “A los que quieran progresar en cualquier ámbito que trabajen, armen buenos equipos, pásenla bien y esfuércense todo lo que puedan, así las cosas suceden solas. Sucre fue y quiere seguir siendo muestra de ello”.

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