“La oralidad nunca nos la pudieron robar, pero a la palabra impresa, en este país donde se apoderaron del papel por medio de torturas y sangre, pelear y recuperarla es importantísimo”. La frase resume el valor del offset Grafitos de la Obra del Padre Cajade, que ayer fue puesta en marcha gracias al convenio firmado entre la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, la Fundación del Padre Carlos Cajade y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Esas palabras, de la decana de la facultad, Florencia Saintout, resumen también la importancia de garantizar la reproducción de la escritura a todos los sectores del pueblo. Por eso, insistió en la importancia de “fortalecer la palabra pública, la palabra de todos y de todas, desde la palabra impresa que siempre fue la más difícil”.
La inauguración de la imprenta Grafitos (calle 122 bis entre 63 y 64) se realizó ayer en los galpones donde funciona el offset, como parte del convenio “Fortalecer la Palabra, la tinta vuelve a su lugar” del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que fue firmado por las tres entidades en noviembre del año pasado.
La actividad comenzó con una radio abierta por la que pasaron los participantes del evento, los educadores y los niños del Hogar de la Obra del Padre Cajade. Esa experiencia radial fue en realidad una primera experiencia: los chicos del hogar, con curiosidad y participación, comenzaron a hacer su camino por el lenguaje radiofónico.
Es que el convenio contempla, además de la puesta en marcha de la imprenta, la creación de una radio y de talleres de capacitación que permitan su puesta en marcha y funcionamiento. Entre todos, también realizaron intervenciones artísticas y un mural que desde ayer adorna el nuevo taller de la imprenta.
La representante de Cancillería, Luciana Rosso, remarcó que en este tiempo en el que el país “en el ámbito internacional lucha todos los días por su soberanía, para que no se le impongan las negociaciones y condiciones para su modelo de desarrollo”, la inauguración de una imprenta como la de la Obra “es un ejemplo de cómo Argentina con organismos internacionales podemos trabajar en función de las necesidades que marca el gobierno y no los de afuera”.
“Con esto seguimos demostrando que la Obra del Padre Cajade sigue más viva que nunca y que tenemos todas las ganas de seguir adelante. Necesitamos comenzar a trabajar con la imprenta y sabemos que todos los que están acá nos van a dar una mano”, festejó en la inauguración el director de la fundación, Daniel Cajade.
“Yo creo que es un gran crecimiento la relación de la Obra con la Facultad de Periodismo, pero también con la Universidad. Eso nos fortalece muchísimo”, completó Cajade. Y resaltó la nueva etapa que se abre: “Nosotros tenemos una gran consideración por el conocimiento popular, por los conocimientos que tienen los pibes y las pibas del barrio, por las prácticas que se dan en los barrios para poder acompañar y contener, pero también estamos seguro de que eso necesita del anclaje académico”.
Palabra fortalecida
El convenio “Fortalecer la Palabra, la tinta vuelve a su lugar” no termina con la apertura de la imprenta: a partir de mayo, se realizarán talleres de capacitación y producción en gráfica, radio y offset para alrededor de treinta chicos y chicas del Hogar Casa Joven, de entre 12 y 19 años.
“Lo se que busca es que se interioricen en el manejo del lenguaje radiofónico, sus tiempos, modos, y en poder pensar la línea editorial de la radio”, explicó la responsable de los talleres y de la Secretaría de Integración con las Organizaciones de la Comunidad de la Facultad de Periodismo, Gabriela Wahnon. Lo mismo harán con la palabra escrita y con la capacitación técnica para hacer funcionar y mantener las maquinarias de offset.
El producto que realizarán será un dossier que acompañe la revista La Pulseada –que edita la Obra del Padre Cajade–, pero el objetivo final es que la revista en su totalidad se pueda imprimir en la imprenta “antes de que termine el año”, apostó Cajade.
El convenio entre la Facultad y la Obra del Padre Cajade apunta a lograr la creación de puentes para que los sectores en situación de vulnerabilidad social puedan proyectarse más allá de lo inmediato, desarrollando un oficio. Esa es la herencia que el padre Carlos Cajade dejó a sus chicos, los niños y niñas a los que dedicó su vida.
