Por Ailén Ruiz
“Las compañeras han depositado todo sus sueños, esperanzas y anhelos de abandonar la prostitución para dar paso a un trabajo que tenga que ver con pensarse a ellas como sujetos, como ciudadanas, en un trabajo que las incluya; con base en la justicia social, con los valores del cooperativismo. Valores que tienen que ver con la educación. Es una agrupación que nació como un proyecto político”, explicó Claudia Vázquez Haro, directora de la asociación civil Otrans, a diario Contexto al referirse al salón de belleza que funcionará en la calle 18 N° 389.
Inaugurada el lunes pasado, la presentación de la cooperativa contó con sorteos, artesanías, comidas, música, performances y cortes en vivo.
El proyecto surgió como un intento de sacar a las compañeras del círculo de prostitución y ampliar sus posibilidades, al ingresarlas al ámbito laboral y que puedan abrirse caminos distintos, teniendo la posibilidad de estudiar o especializarse en otros trabajos.
De la presentación participó la concejal platense del Frente para la Victoria “Nacional y Popular” y decana de la Facultad de Periodismo, Florencia Saintout, quien fue nombrada Madrina de la Cooperativa. También estuvo presente la titular de la Red de Migrantes y Refugiados en la Argentina, Red de Migrantes y referente nacional del Frente Patria Migrante, Lourdes Rivadeneira.
“Las Charapas”, como se denominó a la cooperativa, llevó alrededor de tres años realizarse. No contaron con ningún tipo de ayuda del Estado u otra institución. Entre ellas hay seis que son peluqueras y realizan trabajos de tintura, también de manos y pies y más adelante se ampliará la gama de servicios con otros trabajos dedicados a la estética. El grupo inicial, integrado por diez personas –de las cuales algunas de ellas continúan ejerciendo la prostitución– forma parte de Otrans Argentina, organización que se presenta como una asociación social sin fines de lucro y sin financiamiento.
El nombre de la cooperativa se debe a que las integrantes, además de pertenecer a la comunidad trans, son migrantes latinoamericanas, de pueblos originarios del nororiente peruano, donde a la gente que vive en esas zonas se le dice charapa. “Tiene que ver con la identidad de género, la migración y la cuestión del origen étnico”, explicó Vázquez Haro.
Este proyecto nace en un contexto político en donde se agudiza la desocupación y la discriminación hacia la comunidad, lo cual se hace evidente en la política desde fines del año pasado con los dichos del intendente Julio Garro: “No se me ocurre darle trabajo a un travesti”. En este sentido, señaló Claudia, el proyecto se realiza ya que “el Estado no genera fuentes laborales y al mismo tiempo criminaliza a trans y travestis y tiene las zonas (de prostitución) militarizadas”.
La idea inició con un debate sobre la prostitución, en donde los titulares comenzaron a preguntarles a las chicas si consideraban a la prostitución como un trabajo y dejarían el trabajo sexual si tuvieran otra posibilidad. Más de un 75% afirmo que sí. “Ellas necesitaban proyectar su vida por fuera de la prostitución, necesitaban un trabajo en otras condiciones. Además, un trabajo o un oficio para poder terminar sus estudios secundarios”, dijo Claudia a Contexto.
Cuatro de las diez se anotaron en carreras universitarias, pero siguen en situación de prostitución, por eso la urgencia de abrir este espacio.
A su vez, “este proyecto busca continuar con la batalla cultural que suponen la Ley de Identidad de Género y la Ley Diana Sacayán de Cupo Laboral Trans y Travesti en un contexto donde las políticas de ajuste y mano dura tienen un fuerte impacto en el colectivo y han decidido darle la espalda a los cuerpos disidentes que no ingresan en su modelo económico y político”, así se expresó en el comunicado oficial de la inauguración de la cooperativa.
A su vez, la titular de Otrans habló de la necesidad de empezar a profundizar el cambio cultural, “sobre todo en las mismas compañeras que, al haber sido excluidas, se les cortó ese proceso de formación y educación”.
Al mismo tiempo, la ley de Identidad de Género no cumple con lo establecido, ya que tanto la Policía como los servicios penitenciarios no respetan la identidad de género, y la cuestión de la salud pública tampoco entra en el marco de la ley. “Este Gobierno macrista ha vaciado las políticas públicas de salud, establecidas por ley de la diversidad sexual”, señaló Claudia, además de especificar que antes podían acceder a algunos tratamientos y ahora ya no. “La Ley de Cupo Laboral en la provincia que se sancionó el año pasado la está dilatando la gobernadora María Eugenia Vidal”, explicó Vázquez Haro, además informó la necesidad de la urgencia “porque se trata de vidas, se trata de compañeras que tienen que trabajar”.
La falta de asilo político fue uno de los reclamos que trataron en el pasado 31 de octubre en Ginebra, en la conferencia de la ONU. También manifestaron que el Estado no tiene a nivel nacional, provincial y local políticas que aborden de manera integral la problemática de las mujeres trans y travestis. Políticas integrales como el eje sobre la cuestión del trabajo.
La organización hace pie en romper los prejuicios que la gente tiene asociados a la prostitución y preguntarse qué cosas generan que las compañeras terminen esa situación. La sociedad, sobre todo el Estado, es el principal garante de derechos, pero no es sólo esa institución como espacio físico, sino que está cargado de sentido a través de las personas que habitan esos lugares y piensan desde allí. De esa forma es como se reproducen los prejuicios.
Celeste Shuña, presidenta de la cooperativa, también reforzó los dichos indicando que hay una sociedad que las condena siempre a la calle, “aun sabiendo que nosotros tenemos las mismas capacidades que cualquier persona para tener un trabajo digno. Estamos muy afectadas por el Gobierno actual, somos perseguidas sistemáticamente, por la Policía, la Justicia, y siempre con violencia”, contó a Contexto.