Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

La CIA, Marco Rubio y una red de mentiras

La llegada a la presidencia norteamericana del magnate republicano Donald Trump marcó un retroceso en el tibio acercamiento iniciado entre Estados Unidos y Cuba durante el último año de mandato de Barack Obama.

A poco de asumir, Trump se reunió en Miami con el sector más reaccionario de la emigración cubana. A pesar de que las encuestas señalan que la mayoría de los cubanos que residen en Estados Unidos desea que los dos países restablezcan sus relaciones, el mandatario norteamericano, con una retórica sacada de la época de la Guerra Fría, rodeado de personajes acusados de terrorismo y acompañado por el senador republicano y ultraderechista Marco Rubio, anunció que comenzaría un nuevo ciclo de agresiones hacia Cuba.

Al poco tiempo, en lo que parecía la narración de una vieja y mala película de espías, el Departamento de Estado norteamericano denunció que sus funcionarios en La Habana habían sufrido una especie de “ataque sónico” o “acústico”. Luego se anunció que para “protección del personal” se retiraría a la mayoría de los funcionarios de la embajada y del consulado. A la vez que, sin argumento alguno, expulsó a gran parte del personal de la embajada y el consulado cubano en Estados Unidos.

Cada una de las decisiones del gobierno norteamericano dejaba más en evidencia que lo que se buscaba era entorpecer el restablecimiento de las relaciones entre los dos países. Un ejemplo de ello fue que, al retirar a su personal del consulado en La Habana, se planteó que los cubanos que deseen viajar a Estados Unidos primero lo deberán hacer a un tercer país (Colombia) para allí tramitar su visa norteamericano (que puede ser rechazada).

El gobierno norteamericano nunca presentó ninguna documentación de que sus funcionarios hayan sido realmente afectados, no explicó cómo se había producido el ataque ni tampoco mostró partes médicos que demostraran las supuestas lesiones de su personal. Día a día fue creciendo la sospecha entorno a la veracidad de la historia. Diversos medios de todo el mundo le restaron credibilidad y hasta los periódicos más importantes Estados Unidos y de la derecha mundial desacreditaron la historia.

Lo había señalado el Huffintong Post y The New York Times, ahora lo confirma El País. Es más que evidente que los supuestos ataques acústicos son una fantasía al mejor estilo de una película de James Bond, orquestada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el senador Marco Rubio, para demoler la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

El entonces jefe de la CIA, Mike Pompeo, actual secretario de Estado norteamericano, ya había arremetido contra Cuba en su etapa legislativa como representante por Kansas. Ahora, al frente de la política exterior de la Casa Blanca, y con un estrecho vínculo con Marco Rubio, las perspectivas no son auspiciosas.

El País de España señaló recientemente en un artículo titulado “Pompeo y el inmovilismo de Cuba” que “año y medio después, la supuesta agresión sónica no ha podido ser documentada. No se publicaron los partes médicos de las víctimas, ni los equipos utilizados para enfermarlas. La embajada instaló grabadoras en los domicilios de su personal sin resultado alguno; tampoco lo obtuvieron los agentes del FBI desplazados. La acusación pareció inspirarse en una película de James Bond, dijeron los expertos en acústica consultados por The New York Times”.

“Experto en descubrir maquinaciones y en prepararlas: el nuevo canciller concibió el ardid acústico cuando era jefe de la CIA, en complicidad del senador por Florida Marco Rubio, presidente del subcomité de Asuntos Exteriores, cercano a Pompeo y una suerte de asesor palaciego en asuntos cubanos”, remarca el artículo.

En diálogo con Contexto, la analista e investigadora Stella Calloni afirmó que “desde el principio se vio que se trataba de una operación. Tiene los mismos elementos de los atentados y asesinatos de falsa bandera realizados por la CIA durante la Guerra Fría”. “A eso se suma que ya es más que conocido el accionar de Marco Rubio, un operador que se ha encargado de atacar y hacer lobby contra Cuba, contra Venezuela y, en su momento, contra Argentina también”, sostuvo.

Calloni aseguro que “es muy evidente que este armado de los servicios de inteligencia norteamericanos tiene como fin perjudicar a Cuba. Marco Rubio se ha convertido en uno de los asesores más peligros de Trump. Por ese motivo, no tengo dudas de que van a endurecer su postura hacia Cuba y Venezuela. Ahora, el entonces director de la CIA, Pompeo, es el secretario de Estado norteamericano, y quien llegó en su lugar es una persona que está acusada de haber ordenado y avalado torturas”.

“Hoy son los sectores fundamentalistas los que rodean a Trump. Por eso, los gobiernos y movimientos populares de América Latina deben mantenerse en guardia. No hay dudas de que habrá más atentados de falsa bandera para tratar de buscar un pretexto para las acciones que ya tienen planeadas. Todo con el fin de favorecer al complejo militar-industrial norteamericano”, remarcó.

Por último, Calloni aseguró: “Volvemos a vivir los tiempos de la Guerra Fría. El lobby cubano-americano de Miami que representa Marco Rubio es el mismo que formó parte de las dictaduras del Cono Sur durante los tiempos de la Operación Cóndor. Lo único que nos puede defender de este tipo de ataque es la solidaridad entre los pueblos de toda la región, empezando por la solidaridad con Cuba”.


 

SECCIONES