Kicillof defendió la obra pública y pidió discutir los fondos coparticipables

En el marco de la incertidumbre por la postura de Javier Milei de cortar de forma abrupta la obra pública financiada por el Gobierno nacional, el gobernador Axel Kicillof defendió la importancia de ese sector por su impacto en la mejora de la calidad de vida de la población y la generación de puestos de trabajo. Sus declaraciones se enmarcaron en la postura del presidente electo, Javier Milei, de poner fin al financiamiento del Gobierno nacional a proyectos de infraestructura, lo que generó que las compañías enviaran telegramas de despido a sus trabajadores en las provincias de Córdoba, Catamarca y Tucumán.

«Tenemos la vocación y el compromiso para continuar con el plan de infraestructura que iniciamos hace cuatro años y le ha transformado la vida a millones de bonaerenses», aseguró el gobernador al participar este martes de un encuentro para celebrar el Día de la Construcción, organizado por la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO). Fue en el Salón Oval del Club de Regatas La Plata, en Ensenada, junto al titular de la delegación provincial de CAMARCO, Lucas Luciano.

Frente a los empresarios de la construcción, Kicillof dijo que «de nuestra parte encontrarán la voluntad de continuar haciendo el máximo esfuerzo para llevar adelante las obras públicas que garantizan la salud, la educación, la conectividad y la infraestructura social básica».

Acto seguido le respondió a Milei, que prometió dejar de financiar la obra pública y que pase a manos de privados. «No hay que elegir entre lo público y el mercado, ese es un falso dilema: lo que hizo grande a nuestro país es la presencia de un Estado inteligente, transparente, que trabaja codo a codo con el sector privado», remarcó.

El mandatario bonaerense también subrayó que «hemos reactivado todas las obras que el Gobierno anterior había paralizado, y, en cuatro años en los que tuvimos que afrontar muchas dificultades, logramos construir 206 escuelas y 156 Centros de Atención Primaria de la Salud». Y puso especial énfasis en rediscutir los fondos coparticipables que le corresponden a la provincia. «Todo lo que hicimos se puede ver, no son promesas vacías: hay mucho para defender, y para ello necesitamos dar la discusión acerca de los recursos que le corresponden a la provincia», concluyó.

Por su parte, Luciano también se refirió a la necesidad de dar continuidad a las obras de infraestructura. «Gracias a la mirada federal del Gobierno provincial, durante estos cuatro años se completaron obras emblemáticas de infraestructura en toda la provincia de Buenos Aires». El dirigente empresarial también advirtió por las implicancias que tendría el cese del financiamiento de nación. «Pensar en detener las obras implicaría un impacto muy fuerte en un sector generador de empleo genuino: tenemos que sostener este plan provincial para cuidar el trabajo y la producción que nos van a hacer crecer como provincia y como país», indicó.

La postura de Milei

«No hay plata». Con esa frase el presidente electo, Javier Milei, ratificó su promesa de campaña de sustituir por completo la obra pública y dejar los proyectos de infraestructura en manos de empresas privadas. Esa posición se acerca a los proyectos de Participación Público Privada (PPP) durante la presidencia de Mauricio Macri. 

Se buscaba impulsar que la infraestructura fuera construida por privados, bajo un marco regulatorio que les garantizara rentabilidad. Sin embargo, ese sistema casi no funcionó y casi todos los proyectos licitados terminaron rescindidos por incumplimientos. En el periodo macrista se registró un retroceso de la obra pública nacional: su inversión real directa, como porcentaje del PBI, pasó de 1,2 % en 2015 a 0,9% en 2019. 


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