Garro reaviva la criminalización de la zona roja: «El traslado no debe pasar de este año»

Mientras pone la mira en las elecciones de 2023, el intendente platense Julio Garro comenzó a instalar agenda de gestión en los últimos meses –arrinconado también por esquivar los cuestionamientos por su papel en la causa Gestapo–. En ese marco, decidió revivir sus planteos respecto del tratamiento de la zona roja de la ciudad, con el foco puesto en la mentada «lucha contra el narcomenudeo», eslogan que Cambiemos ha levantado como bandera desde 2015.

«El traslado de la zona roja no debe pasar de este año. Tiene que ser un lugar iluminado, seguro y que nadie pueda quejarse ni se sienta molestado», dijo este martes el intendente, quien reavivó la discusión por su idea de remover la zona roja como parte de sus políticas de seguridad.

«Queremos terminar con el narcomenudeo. El trabajo sexual es legítimo, pero no queremos que se cruce con la droga, y para eso tienen que estar seguras», expresó el jefe comunal en declaraciones a 221 Radio, donde volvió a instalar su postura respecto al trabajo sexual en la ciudad, punto que generó fuertes repudios por sus conocidas declaraciones sobre la población trans y travesti en el distrito.

Mientras tanto, desde el Frente de Todos platense mantienen la discusión sobre un abordaje integral de políticas sobre la zona roja, en contraposición con el modelo instalado –replicado en líneas generales en las ciudades donde gobierna el PRO–, donde la presencia del Estado solo es a través del control policial.

«Lo que viene haciendo Garro y Cambiemos en general es estigmatizar y pensar que la problemática implica solo una dimensión de seguridad. En el Concejo hemos discutido esta idea de que ‘lo que se necesitan son más patrulleros’. Y mudando la zona roja se cree que se resuelve un problema de inseguridad que no es tal, sino que es un problema de inclusión», dijo a Contexto la concejal platense Ana Negrete, del Frente de Todos.

En ese marco, son múltiples lo señalamientos hacia la gestión de Garro por su política de persecución al trabajo callejero no solo del colectivo trans vinculado al trabajo sexual, sino a múltiples actividades ambulantes en el centro platense, tal como el trabajo de manteros y manteras. En ese sentido, las miradas están puestas sobre el mentado Código de Convivencia que impulsa el oficialismo platense, que, según advierten, ampliaría la capacidad represiva sobre los sectores más vulnerables en la vía pública.

«Sin dudas hay un dimensión de seguridad, pero también educativa, de desarrollo social, salud, de género, que son necesarias para dar un abordaje como corresponde. No se trata de mudar ni de estigmatizar. Hay que profundizar sobre una problemática que determina que el colectivo trans tenga una expectativa de vida de apenas 35 años», agregó la edil.

Cabe recordar que el propio Garro generó un revuelo general años atrás con sus declaraciones sobre el colectivo trans-travesti en La Plata, al que se refirió con dichos discriminatorios y patologizantes. «No se me ocurre darle trabajo a un travesti. Se me ocurre darles una mano desde lo psicológico, desde lo médico», dijo en su momento el referente del PRO.

«Los travestis andan en bolas, y están también en todo el tema de la droga», fue la frase que Garro pronunció en 2015, todavía en plena etapa de campaña electoral por la intendencia. La expresión del entonces candidato generó un repudio inmediato y dejó sentado un precedente del modelo represivo que desplegaría en los años siguientes sobre la comunidad trans de los sectores más vulnerables de la ciudad.


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