“Garro no nos puede dejar en la calle”

Las familias comerciantes de la Terminal de La Plata siguen con su reclamo por la continuidad de sus puestos de trabajo y la devolución de su mercadería, después de que el Municipio los haya desalojado el lunes 10 de julio del local que tenían dentro del predio. Ayer cumplieron su día número diecisiete de permanencia en una garita del hall de ingreso, donde durante la mañana y el mediodía se encadenan a sus sillas para volver más visible su problemática.

“Este es el cambio: sacarle el trabajo a la gente”, decía un letrero pegado en la pared de la garita ubicada en el interior de la terminal, frente a la entrada principal por calle 42, donde los comerciantes duermen por las noches a la espera de una respuesta que les permita recuperar su trabajo

Las familias perjudicadas son tres. Vendían calzado y ropa interior desde hacía nueve años. Agentes de la Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano, al igual que han hecho con vendedores de bijouterie y de frutas y verduras de calle 7, que no tienen otra fuente de trabajo, se llevaron la mercadería por “irregularidades en los papeles de la habilitación” del local, dejando a las familias en la calle. Los comerciantes habían denunciado que los agentes estaban acompañados por efectivos de la Policía Local y que el desalojo fue de manera violenta. Incluso un comerciante terminó lastimado por un efectivo con un corte en un brazo.

Los comerciantes están dispuestos a pagar lo que corresponda para regularizar su situación, aunque cuestionaron que desde el Municipio no hay predisposición para preocuparse del asunto.

Ayer al mediodía, medios locales y provinciales se acercaron al puesto, donde uno de los comerciantes, Rito Gamarra, se encadena cada día a una silla. “Que Garro me atienda y me diga por qué se ensaña tanto con nosotros. No estamos acá porque nos gusta. ¿A quién le gusta estar acá sentado? Otra no nos queda, porque esta es nuestra única fuente de trabajo”, dijo Gamarra a Contexto.

Gamarra explicó que días atrás se acercó un funcionario del Municipio para llegar a un acuerdo, aunque la propuesta es siempre la misma, negociar con la mercadería sustraída: la devolución de la mitad de los productos a cambio de que las familias se retiren del lugar que tomaron. “Están jugando a que nos desgastemos y nos vayamos, pero no vamos a aflojar. Que Garro vea lo que estoy pasando. No nos puede dejar en la calle. Yo no tengo problema en encontrar una solución, en pagar lo que haya que pagar, pero si me sacan que me den un lugar de trabajo”.

Los comerciantes denuncian que los agentes municipales secuestraron la mercadería y entregaron el acta posteriormente, notificando la mitad de las cosas que se llevaron.


 

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