“Garantizar la continuidad y profundización de los logros en géneros y sexualidades”

Comunicado del Programa de Estudios de Género UNAJ

De cara al balotaje del 22 de noviembre de 2015 para elegir el próximo presidente de la República Argentina, las integrantes del Programa de Estudios de Género de la Universidad Nacional Arturo Jauretche manifestamos que no nos es indiferente el modelo de país que cada candidato propone y que es imprescindible garantizar la continuidad y profundización de los logros conseguidos en nuestro país en materia de géneros y sexualidades.

Como es de público conocimiento, Mauricio Macri ha manifestado en distintas oportunidades un discurso machista y homofóbico, como cuando aseguró que la homosexualidad es una enfermedad o cuando defendió el acoso callejero al decir que “a todas las mujeres les gusta”. Durante su gestión en la CABA, cerró el programa de atención a las víctimas de violencia sexual; se redujo el presupuesto de la Dirección General de la Mujer; vetó la ley aprobada por la Legislatura sobre protocolo para abortos no punibles, medida que luego fue declarada inconstitucional por el Poder Judicial; e incumplió sus deberes como funcionario público cuando el 9 de octubre de 2012 entregó a la organización Pro Vida los datos de la mujer a quien iban a realizarle un aborto no punible en el Hospital Ramos Mejía.

Respecto a la actuación del PRO en el Congreso de la Nación, hay que recordar que muchos de sus legisladores votaron en contra de las leyes de matrimonio igualitario y de fertilización asistida, significando un claro retroceso en materia de derechos humanos. Representantes del frente Cambiemos como Gabriela Michetti, Alfonso Prat-Gay y Elisa Carrió se ausentaron o abstuvieron en la votación de leyes como la de identidad de género y la eliminación de la figura del avenimiento. Los legisladores porteños del PRO se negaron a votar el beneplácito por la sanción de la Ley Nacional de Identidad de Género. Cuando Mauricio Macri fue diputado faltó a la mayoría de las sesiones y estuvo ausente en la sanción de leyes como la de Educación Nacional y la de creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral.

No hay que olvidar tampoco las declaraciones machistas y homofóbicas de candidatos del PRO como Miguel del Sel y Alfredo Olmedo, y del flamante jefe de gobierno Rodríguez Larreta cuando en 2010 se expresó en contra de la adopción por parte de parejas homoparentales, afirmando que “no es el mejor camino para el desarrollo y la educación de un hijo». En 2014, la juventud del PRO realizó la campaña “PROtegete” con un contenido altamente machista que estigmatizaba a la mujer sexualmente activa y proponía la abstinencia como prevención de las enfermedades de transmisión sexual, lo cual fue intensamente repudiado por organizaciones de mujeres, personas seropositivas y la comunidad LGBTIQ.

En congruencia con la línea misógina y lesbo-trans-homofóbica de la fuerza política a la que pertenecen, los recientemente electos intendentes de las ciudades de La Plata (Julio Garro) y Mar del Plata (Carlos Arroyo) ya se han desentendido de los derechos de mujeres y personas LGBTIQ. Desconociendo la ley provincial de cupo trans y la nacional de identidad de género, Garro expresó en un medio de comunicación que “jamás” ofrecería trabajo a las travestis aunque sí las ayudaría «desde lo psicológico». Por su parte, durante su campaña, Arroyo hizo explícita su alianza con Carlos Gustavo Pampillon, líder del FONAPA, organización filonazi conocida por destruir monumentos de derechos humanos, por hostigar con pintadas e insultos a lxs vecinxs marplatenses pertenecientes a la comunidad boliviana y por actuar como fuerza de choque en la represión que tuvo lugar en el Encuentro Nacional de Mujeres.

Por último, es de público conocimiento que Mauricio Macri se refirió de manera hostil a la creación de universidades públicas y que su partido votó en contra o se abstuvo en el debate legislativo por la creación de la UNAJ. Este Programa considera que la creación de universidades nacionales en los últimos años se volvió una herramienta vital de inclusión social, entendida no sólo en términos económicos y culturales sino también en lo relativo al género y las sexualidades disidentes. Además, como la UNAJ, otras nuevas universidades nacionales se han comprometido con la creación de áreas de género para acciones de transferencia, investigación e incorporación de la perspectiva feminista y queer en todas sus currículas.

En los últimos años, durante la gestión del Frente para la Victoria, la comunidad LGBTIQ y las mujeres vieron una progresión en materia de derechos. Baste mencionar las sanciones de las leyes nacionales Nº 26.485 “de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”; Nº 26.150 “de educación sexual integral”; Nº 26.618 “de matrimonio igualitario” y Nº 26.743 de “identidad de género”, así como la creación de la CONSAVIG (Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género), comisarías de la mujer con gabinetes especializados para la asistencia a mujeres en situación de violencia y fiscalías de género; el fortalecimiento del Consejo Nacional de las Mujeres y el cambio de paradigma en el abordaje de la violencia contra las mujeres; la proliferación de subsidios para defensorías barriales y producción de protocolos y el compromiso con la sensibilización ciudadana sobre esta legislación. Restan una serie de desafíos, como la inclusión efectiva de personas trans en puestos de trabajo formales, la implementación del Plan Nacional de Acción para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres, la eliminación de la violencia institucional y la capacitación de profesionales de todas las áreas sobre una nueva ética en materia de género. Pero consideramos que estos no podrán tramitarse en el marco de un gobierno en manos de un partido que se muestra hostil al feminismo y la diversidad sexo-genérica.

Por estos motivos, el posicionamiento del Programa de Estudios de Género de la UNAJ es no dar ni un paso atrás en la lucha por la equidad de género, que consideramos se vería taxativamente afectada con el frente político Cambiemos en el poder.


 

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