“Es lo que hay”: mejor reír de ciertas cosas

Por Ramiro García Morete

“No sé si estudiar cine o seguir la carrera de chef”. Con esa inquietud, un adolescente Pablo Noriega cruzó a su primo abogado. Jamás supo cocinar, pero sí había crecido entre películas raras y el cine como parte de su vida familiar. “Si estudio cine me voy a cagar de hambre”, expresó seguramente con el mismo tono calmo y fresco que hoy conserva. “Yo soy abogado y también me cago de hambre”, fue el consejo sabio de su primo, quien claramente terminó con una posición económica mejor que la de Pablo. Pero al menos tuvo más tacto que el tío interpretado por Martín Garabal, que en Todo (no tan) mal intenta consolar o aconsejar a su sobrino preadolescente por un tema que podría ser procaz: el tamaño de su pene. De situaciones cotidianas que luego ingresan por el túnel del absurdo, en esa dinámica que elude el gag para potenciar la llamada situación de comedia, se nutren las producciones de este realizador y guionista de Los Hornos que hoy tiene veintiocho años.

Con la vida menos resuelta que su primo, aprendió a vivir con lo que tiene a mano. De ese modo es que El otro día, serie de cortos con dibujos austeros y textos hilarantes, se resolvió con no más que una computadora siempre bajo el amparo del póster de Louis CK. Y la auditoría infaltable de su hermano, a quien define como “un gurú”. Y también con lo que hay a mano en una conversación o uno de esos temas de los que no se hable mucho para tratar de sacar una sonrisa, como cuando en Sobre la mesa un hombre encuentra a su novia chapando con otro y se sientan los tres a discutir. Todos los martes de octubre (excepto el del 16) a las 21 hs en el Cine Select, Esto es lo que hay: un breve recorrido por el atractivo humor de Pablo Noriega, a un precio más que económico.

“Esto es lo que hay”: un breve recorrido por el atractivo humor de Pablo Noriega, a un precio más que económico. martes de octubre a las 21 hs en el Cine Select.

El otro día», cuenta Noriega, «son historias medio improvisadas que las hago y que después se editan y se arman. Lo que me lleva tiempo es que se me caiga una idea. Pero que nunca sea que tengo que ir a un estudio a grabarlo o que las herramientas sean un impedimento. Todo puedo hacerlo acá en mi casa. Al principio sacaba fotos con lo que tenía, los dibujos se veían peor. Y de a poco fui dibujando y aprendiendo un poco más”. Si bien la búsqueda es otra, Noriega reconoce cierto linaje con la comicidad del stand up: “Puede ser, porque consumí mucho en un momento. Aunque medio que se filtra en una forma más de cuento. Pero el tema de los ritmos, de encontrarle una música en la manera de contar y en la voz, es verdad. Sobre todo en Todo (no tan) mal, donde es casi un monólogo”.

Noriega prefiere construir un clima y evitar el chiste como recurso. “Pasa que el que lo escucha no lo puede ver venir el chiste. Porque si lo ve no se ríe. Y el público hoy en día está recontra curtido con la comedia. Siempre es como que lo tenés que agarrar de improviso”. E intenta definir su propio sentido del humor: “Si pasa por un lado es que no sea algo muy agresivo. Acá en la Argentina tiende a ser medio agresivo, medio de tener que bardear a alguien para reírte. Pasa por criticar ciertas cosas o poner el dedo en la llaga, pero que nadie se sienta atacado. Como para que eso haga que la gente se ponga a pensar. Si tocás un tema jodido y no se sienten atacados, puede que se pongan a pensar”.

Para Sobre la mesa, Noriega volvió a convocar a Garabal y a contar con el trabajo de la productora Tangram Cine. “Y trabajando nos dimos cuenta de que no hay que explicar muchas cosas. Hay un sentido del humor parecido”. El corto requirió un proceso más extendido de laburo y edición, pero cosechó buenas respuestas del público «en Rosario, en en FEESALP… y ahora se va a dar en Maipú. También anduvo en Capital y lo envié a muchos festivales. Técnicamente es simple. Son casi tres cabezas hablando. Una amiga me dijo que parece que está sentada ahí o escuchando desde otra mesa, algo que me gustó. Tengo ganas de mandarme más a contar la historia a través de la dirección y los planos. Al principio fue arrancar de cero y hagamos algo simple. Ya me pasó en la carrera tratando de hacer tantas cosas y no lograr nada. Y de a poco vayamos complicándola”.


 

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