Por Héctor Bernardo
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) consiguió un contundente triunfo en las elecciones llevadas adelante este domingo en Nicaragua. El presidente Daniel Ortega fue reelegido para gobernar por cinco años más. La votación trascurrió en paz, a pesar de que sectores de la oposición llamaron a no participar, los medios masivos de comunicación intentaron deslegitimar las elecciones y sectores del Gobierno norteamericano intentaron sancionar al Gobierno sandinista y perjudicar su imagen.
Más de 3 millones de nicaragüenses fueron a las urnas para elegir al presidente que los gobernará por los próximos cinco años. El pueblo pudo elegir presidente y vicepresidente, noventa diputados a la Asamblea Nacional y veinte representantes al Parlamento Centroamericano.
La alta imagen positiva del Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional auguraba un nuevo triunfo del ex movimiento guerrillero.
Las encuestas señalaban que alrededor del 70% de los nicaragüenses veían de manera positiva la gestión del Gobierno. Los logros sociales y económicos fueron claves para esta alta imagen positiva. Las políticas desarrolladas por el Gobierno de Ortega lograron combinar crecimiento económico (con un promedio del 5% en los últimos años) con inclusión social (salud, educación, vivienda, etcétera).
En ese contexto, y poco antes de las elecciones, un grupo de legisladores norteamericanos impulsaron en Estados Unidos la Ley de Condicionalidad de la Inversión en Nicaragua (Nica Act.), con el fin de sancionar económicamente al Gobierno sandinista, limitar la inversión extranjera e impedirle obtener crédito internacional.
La republicana Ileana Ros-Lehtinen y el demócrata Albio Sires fueron los impulsores de esta ley, que por el momento sufrió un freno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Suena contradictorio que, en un contexto en el cual se analiza la posibilidad de levantar el bloqueo económico contra Cuba, se impulse uno similar contra Nicaragua.
Luego de ejercer su sufragio, el presidente Daniel Ortega aseguró: “Este es un voto para la paz, para la estabilidad y seguridad de las familias nicaragüenses”, y remarcó: “Son las primeras elecciones en las que los diputados tendrán una cuota de 50% mujeres y 50% hombres, eso es digno de la tierra del patriota Augusto César Sandino”.
