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El Gobierno anunció la privatización parcial de la empresa Nucleoeléctrica Argentina SA que controla centrales nucleares

El vocero Manuel Adorni informó que Nación puso en venta el 44% de las acciones de la entidad que tiene a cargo el control de Atucha I, Atucha II y Embalse. La respuesta de la esfera científica y política.

En pleno proceso de reordenamiento de su gestión luego de la derrota electoral, el Gobierno ladea entre la mentada “autocrítica” y acelerar el rumbo que ya asumió desde el inicio de la gestión. Tras los anuncios de anoche de Javier Milei sobre el Presupuesto 2026, ahora desde Casa Rosada informaron el inicio de privatización de la empresa Nucleoeléctrica Argentina SA, entidad a cargo del control de centrales nucleares.

Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) garantiza, a través de sus centrales nucleares, el 9% de la electricidad que consumimos a un precio accesible, y favorece así también la competitividad de nuestro sector productivo. Ah, y es superavitaria. Si se privatiza NA-SA corremos el riesgo de que aumenten las tarifas, y de que, una vez hecho el negocio, los privados se lleven las ganancias y nos dejen los pasivos ambientales. Es una medida 100% entreguista, de nuestra soberanía, de nuestro desarrollo y de nuestros derechos.

En línea con el plan del Gobierno en materia de privatización de sectores estatales estratégicos, el oficialismo ahora avanza con el sector energético nuclear. “El proceso consiste en la venta del 44% de las acciones en bloque mediante una licitación pública nacional e internacional”, indicó Adorni en conferencia y agregó que incluirá además “un programa de propiedad participada de hasta el 5% del capital accionario, mientras el 51% restante quedará en manos del Estado nacional”.

Cabe recordar que, en la actualidad, la empresa está en manos del Ministerio de Economía (79%), la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) (20%) y Energía Argentina (ENARSA). “El financiamiento privado, uno de los pilares del Plan Nuclear Argentino, permitirá ordenar las cuentas públicas y continuar las operaciones de manera eficiente y competitiva”, expresó esta tarde la Secretaría de Energía en sus redes sociales, en sintonía con lo informado por Adorni.

En tanto, la noticia ya empezó a generar impacto tanto en la esfera política como en referentes del campo de investigación científica y tecnológica. Entre los principales señalamientos, se destaca el efecto que podría tener esta medida a futuro en la administración de los recursos energéticos, como también en los criterios de consumo y recaudación tarifaria, entre otros.

“Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA) garantiza, a través de sus centrales nucleares, el 9% de la electricidad que consumimos a un precio accesible, y favorece así también la competitividad de nuestro sector productivo. Ah, y es superavitaria. Si se privatiza NA-SA corremos el riesgo de que aumenten las tarifas, y de que, una vez hecho el negocio, los privados se lleven las ganancias y nos dejen los pasivos ambientales. Es una medida 100% entreguista, de nuestra soberanía, de nuestro desarrollo y de nuestros derechos”, expresó Adriana Cristina Serquis, ex presidenta de la CNEA.

En tanto, desde la política también hubo respuesta. El candidato a diputado nacional por Fuerza Patria y dirigente de ATE, Daniel Catalano, realizó un descargo contra el anuncio del Gobierno.

“El vocero Manuel Adorni venía escondido hace semanas por el escándalo de las coimas de este gobierno. Ahora sale a anunciar que pretenden privatizar NA-SA, la empresa pública que administra nuestras centrales nucleares. ¿De cuánto va a ser la coima para esta privatización? ¿Siguen con el 3%? Desguazan organismos, paralizan proyectos y desfinancian la política de soberanía energética. Este gobierno de corruptos quiere entregar nuestra patria. No lo permitamos”, expresó en un llamado al pronunciamiento popular.