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Ecuador y Bolivia: adiós a las democracias

Ecuador y Bolivia viven uno de los momentos más oscuros de su historia. La recuperación de la democracia parece un horizonte cada vez más lejano. Primero, las derechas tomaron el control de los gobiernos mediante la traición y el golpe Estado. Luego intentaron encarcelar a los líderes y principales referentes del campo popular: Rafael Correa y Evo Morales. La persecución política, mediática y judicial (lawfare) estuvo a la orden del día. Ahora intentan proscribir los espacios políticos de mayor representación. La derecha despliega todo su arsenal para evitar que los procesos populares vuelvan a conducir los destinos de América Latina.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) del Ecuador dejó sin efecto la inscripción de Fuerza Compromiso Social, el partido que representaba al correísmo de cara a las elecciones presidenciales de 2021. Al mismo tiempo, el gobierno de facto de Bolivia solicitó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se cancele su personería jurídica del Movimiento al Socialismo (MAS) y se inhabilite la candidatura a presidente de Luis Arce. De esta forma, el gobierno de Lenín Moreno, en Ecuador, y la dictadura de Jeanine Áñez, en Bolivia, intentan evitar que en los próximos procesos electorales sus pueblos recuperen la democracia.

En una reciente entrevista realizada por Emiliano Guido para El Destape, Luis Arce aseguró: «En lo estrictamente electoral es evidente que el gobierno está intentando instaurar un clima de proscripción. Primero, han exacerbado los ataques mediáticos y persecuciones judiciales a los principales candidatos del MAS. Todas las semanas, de forma sistemática, la Justicia y la prensa adicta al gobierno, que es la gran mayoría, generan un acto difamatorio contrario a los principales referentes de nuestra fuerza».

«Incluso con el propio compañero Evo (Morales) ha salido semanas atrás una dura acusación (donde la Fiscalía General le adjudica organizar actos de sedición desde su temprano exilio en México) sin ningún tipo de pruebas ciertas», sostuvo Arce, y luego remarcó: «el gobierno está intentando instaurar un clima de proscripción».

Por su parte, durante una charla con Víctor Hugo Morales y Cynthia García, realizada en el programa La mañana, en AM750, el expresidente Rafael Correa aseguró estar «con el alma y el corazón destrozado por lo que sucede en el país [Ecuador]. Lo han destruido».

Correa: «No es coincidencia el Lawfare en Brasil, en Argentina, en Bolivia, en Ecuador. No es coincidencia que quieran eliminar al MAS de Evo Morales, que lo hayan descalificado a Evo Morales, que me quieran descalificar a mí y eliminar nuestro partido político. Es una estrategia regional con el soporte de la Embajada [de Estados Unidos]».

«Ahora quieren eliminarnos para impedir participar en las próximas elecciones. Lo que está en aumento es la indignación popular. Probablemente logren bloquearnos en las próximas elecciones. La solución, probablemente también, está en las manos del pueblo ecuatoriano», sostuvo.

El exmandatario ecuatoriano preguntó: «¿Se imaginan, siete meses antes de las elecciones, proscribir a la principal fuerza política de Ecuador? Por un instante imaginen si esto ocurría en Venezuela. Serían titulares alrededor de todo el planeta. Como es contra Correa y el progresismo, la gran prensa hegemónica nacional y mundial no dicen absolutamente nada».

Correa sostuvo que «estas cosas no son aisladas en América Latina. Que suceda en varios países no es coincidencia. Es una estrategia regional para impedir que vuelva a pasar lo que pasó entre 2002 y 2014, cuando, como castillos de naipes, se derrumbaron los gobiernos serviles, neoliberales, entreguistas, y vinieron gobiernos progresistas que tanto bien le hicieron a la región. Pero perdieron el poder las élites y perdió su influencia Estados Unidos. Ya no quieren que se repita eso y utilizan cualquier medio».

«No es coincidencia el lawfare en Brasil, en Argentina, en Bolivia, en Ecuador. No es coincidencia que quieran eliminar al MAS de Evo Morales, que lo hayan descalificado a Evo Morales, que me quieran descalificar a mí y eliminar nuestro partido político. Es una estrategia regional con el soporte de la Embajada [de Estados Unidos]», aseguró Correa.