Desacoplar precios internacionales de los domésticos, el objetivo de la suspensión de las exportaciones de carne

El gobierno nacional, y también economistas, diputados y representantes de comercializadores, defendieron la medida de cierre por un mes de las exportaciones de carne, con el objetivo de combatir la inflación e impulsar el consumo interno, que cayó fuerte en los últimos meses. Alberto Fernández no descartó la posibilidad de aplicar más medidas, como aumentar las retenciones o poner cupos a la exportación.

«Vemos cómo el precio de la carne crece mes a mes sin ningún justificativo, y lo más llamativo es que además baja la demanda, no es que el precio sube porque la demanda creció. Eso lo tenemos que corregir», advirtió esta mañana el jefe de Estado.

Fernández también reconoció que «el tema de la carne se desmadró», y ante esto cuestionó cómo inciden los precios internacionales de exportación en la mesa argentina. «Fue una gran tentación la aparición de China comprando carne, porque pagan precios muy altos», señaló al explicar que el problema surgió cuando el gobierno de Macri impulsó una «total apertura al sector».

La medida del gobierno obedeció a la marcada suba en el precio de la carne para el mercado doméstico, con niveles superiores a los demás rubros de alimentos, y en el marco del fenómeno inflacionario que atraviesa Argentina. En lo que va del año, el alza de alimentos (18,7 %) y de carnes y derivados (22,2 %) fue superior al nivel general (17,6 %), según el INDEC. En el último año, el IPC fue de más del 40 % y el aumento de la carne fue del 65 %.

«Esto se explica porque el sector prioriza las exportaciones y pone de referencia un precio muy alto para el mercado local; son precios que no tienen ninguna explicación con la realidad del país», remarcó la secretaria de Comercio Interior, Paula Español.

La funcionaria añadió que la suspensión en la exportación de carne es «una medida necesaria para que los altos precios internacionales no impacten en el precio de la carne que consumen los hogares argentinos». Y añadió que la medida «es consecuencia del aumento acelerado del precio de las carnes en el mercado interno».

Por su parte, un informe de Proyecto Económico, equipo técnico que conduce la diputada del Frente de Todos y economista Fernanda Vallejos, indicó cómo gravita la suba en el precio de la carne en los gastos de las familias argentinas.

«El precio de la carne influye de forma determinante en el poder adquisitivo de los hogares y en la inflación. Las familias argentinas están destinando el 20 por ciento del gasto promedio del hogar a la compra de carne, debido a los incrementos de precios», asegura el informe.

El estudio precisó que el consumo per cápita anual pasó de 58,6 kg en 2015 a 51 kg en 2019. Para 2020, ese consumo cayó a 50 kg y hoy está ubicado en 43,74 kg. «Cada argentino consume, en promedio, 15 kilos de carne menos por año que en 2015», subrayó.

Vallejos respaldó la medida del gobierno y, a su vez, planteó la necesidad de instrumentar políticas para desacoplar el precio internacional de los productos primarios de exportación de los precios domésticos de los alimentos. Para ello propuso aplicar retenciones y cupos que, en el caso de la carne, se podrían combinar con instrumentos de estímulo para incrementar la producción. 

La reacción de la Mesa de Enlace

La Mesa de Enlace respondió este mediodía con el anuncio de un paro patronal en la comercialización de todas las categorías de hacienda vacuna desde las 0 horas del jueves 20 de mayo hasta las 24 hs del viernes 28 de mayo.

Otro de los actores implicados, el Consejo Agroindustrial (CAA), donde confluyen más de sesenta entidades), también rechazó la medida, aunque no rompió el diálogo. De hecho, a través de una carta al ministro de Economía, Martín Guzmán, y a sus pares Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Luis Basterra (Agricultura), además del secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, solicitó una audiencia «con carácter de urgente» donde se pueda generar «un ámbito de discusión de alternativas que no impliquen un retroceso en el camino de diálogo y búsquedas de consensos que venimos desarrollando».

El economista Hernán Letcher cuestionó con datos la medida de los ruralistas. «¿Un paro por la suspensión de las exportaciones? Fijate si les fue mal: el promedio de aumento de precios de carne vacuna superó en 32 por ciento la variación de los salarios», objetó. En su Twitter, mostró que desde diciembre de 2019 la suba de los salarios (RIPTE) representó 157,5 %, superados por el alza del precio de la carne vacuna, que alcanzó 208,4 % (IPCVA).

Por último, el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams, sostuvo que la suspensión de la exportación de carne «es un paso, hay que organizar este mercado porque se disparó, ya la carne no está al alcance del consumidor argentino; es un paso y hay que seguir luchando a ver cómo se puede organizar ese mercado que está incontrolable».


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