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Del lobizón al demonio rural: diez películas argentinas para en Halloween

Halloween, esa fiesta importada que nos llegó con los pochoclos, las calabazas plásticas y el inglés obligatorio de las plataformas, ya es parte del paisaje. Mientras la Argentina debate su soberanía económica y cultural —y algunos celebran cada gesto de sumisión al modelo yanqui—, vale recordar que acá también sabemos de monstruos, maldiciones y fantasmas. Pero los nuestros vienen del campo, de la memoria, de los sueños que se pudren en silencio.

Por eso, si igual vamos a mirar terror este 31 de octubre, que al menos sea con acento local. Del lobizón de Favio al horror rural de Rugna, el cine argentino tiene su propio catálogo de criaturas, demonios y heridas.

1. Nazareno Cruz y el Lobo (1975, Leonardo Favio)
El gran mito popular del cine nacional. Basada en la leyenda del lobizón, mezcla religiosidad, deseo y tragedia en una fábula donde el amor se enfrenta al destino. Pura poesía criolla y pagana.

2. Aterrados (2017, Demián Rugna)
Fantasmas en Buenos Aires: un film que redefine el miedo urbano. Una de las mejores películas de terror latinoamericanas de las últimas décadas.

3. Cuando acecha la maldad (2023, Demián Rugna)
La consagración del terror rural: demonios, superstición y crítica social. Primera película argentina en ganar el Festival de Sitges.

4. Muere, monstruo, muere (2018, Alejandro Fadel)
Policial y pesadilla. En la cordillera mendocina, la violencia y el deseo mutan en algo inhumano. Cine sensorial, hermoso y perturbador.

5. Habitación para turistas (2004, Adrián García Bogliano)
El nuevo terror argentino empezó acá. Cinco chicas, un pueblo y un secreto que reescribe la hospitalidad en clave sangrienta.

6. Sudor frío (2010, Adrián García Bogliano)
El miedo político hecho ficción: dos viejos torturadores de la dictadura convierten una casa en trampa mortal.

7. No dormirás (2018, Gustavo Hernández)
Insomnio, teatro y posesión. Con Belén Rueda y Eva De Dominici, el terror psicológico se mezcla con la performance.

8. El prófugo (2020, Natalia Meta)
Entre lo real y lo onírico, una mujer (Érica Rivas) enfrenta sus propias voces interiores. Terror elegante y musical.

9. Los olvidados (2017, Luciano y Nicolás Onetti)
Slasher costero con estética giallo. Un homenaje al cine setentista que confirma que el mal también puede tener bronceado.

10. La muerte no existe y el amor tampoco (2019, Fernando Salem)
No hay espantos, pero sí fantasmas. En la Patagonia, el duelo y la amistad se mezclan con la sensación de otro mundo.