Del deporte para todos, a la trama de poder del COI

Por Luis Rivera (desde La Habana, Cuba)

La Convención Internacional de Actividad Física y Deportes que se desarrolla en La Habana con participación de docentes, graduados y estudiantes de nuestra Facultad se ha convertido en una enorme mesa de debate sobre distintos tópicos del deporte, con conclusiones importantes en torno a su investigación, a su desarrollo y a su práctica tanto en la faz de alta competencia como así también en la visión de un deporte que sirva para la inclusión social o sea tomado como un derecho más para las distintas sociedades.

Las exposiciones de Antonio Becali Garrido, presidente del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación, y anfitrión de todos quienes participan del Afide 2015, y la de Sam Ransany, miembro del Comité Olímpico Internacional, fueron no sólo dos de las más concurridas (se enmarcaron en el ciclo de Conferencia Magistrales), sino algunas de las que más tela dejaron por cortar.

En la primera de ellas, el responsable máximo del deporte en el gobierno que encabeza Raúl Castro trazó un panorama más que amplio de cómo Cuba apunta a formar personas desde la primera infancia, antes que pensar en ellos como deportistas. Hizo un largo desarrollo de las actividades físicas que un pequeño cubano asume desde el primer año de vida, para luego insertarse en la estructura de actividad física que sigue la currícula de todo su camino educativo, culminando en la universidad.

Y contó con lujo de detalles cómo es el camino que entrelaza esa práctica física, no necesariamente deportiva, con la formación del atleta que luego sí buscará su propio camino como competidor del alto rendimiento.

Y si bien Cuba se infla el pecho a la hora de hablar de sus logros deportivos y de sus héroes nacionales en la materia, no es menos el orgullo que destila cuando habla del acceso absolutamente universal de todos sus niños, jóvenes y adultos a la práctica de cualquier actividad que tienda a mejorar su físico y por ende su calidad de vida.

“Nosotros no formamos deportistas, sino que formamos personas. Y cuando en el proceso de actividad física nuestros profesionales de la Educación Física detectan condiciones especiales en un niño o en un joven, recién allí se traza un perfil que pueda permitirnos soñar con que esa persona se convierta en un exitoso deportista que lleve alta la bandera de Cuba”, reseñó Becali a modo de perfecto resumen de cómo se entiende el deporte en esta isla.

Los desafíos del Comité Olimpico

Por su parte, el sudafricano Ramsany hizo un relato muy político de las cuestiones que envuelven al COI en su faceta de difusor del espíritu olímpico y del desarrollo del deporte en general, como asimismo de las amenazas que combate día a día a partir del flagelo constante del doping. Explicó las complicaciones que genera la asimetría entre países ricos y países pobres para el deporte de alto rendimiento y cómo se nota en el desarrollo de sus respectivos procesos olímpicos.

Más allá de la riqueza de su alocución, que duró unos 45 minutos, no menos enriquecedor fue el debate generado a partir de las preguntas en el espacio que le siguió. Allí, colegas llegados desde distintos puntos del mundo (son 52 los países representados en esta cita) cuestionaron dos temas importantes: uno fue la presencia de fuertes sponsors que tiene el Comité Olímpico Internacional y que no parecen tender a la vida sana de las personas, generando una contradicción entre el espíritu del deporte y empresas multinacionales que emiten mensaje contrarios al mismo; mientras que el otro fue la política que se sigue para la elección de las sedes de los Juegos Olímpicos, donde se mezclan hechos de corrupción y presupuestos que generan fuertes desequilibrios en los países elegidos.

Ramsany se defendió como gato entre la leña y explicó que se está buscando (y logrando, aseveró) que las empresas en cuestión no sólo mejoren su discurso de marketing, sino también que sean elaboradores de productos cada vez más saludables, mientras que por otro lado adelantó una idea que ya está puesta en marcha para evitar que los países organizadores hagan construcciones fastuosas que luego, pasado los Juegos, vayan perdiendo vigencia e importancia en esos sitios hasta convertirse en estructuras ociosas.

Habló de estadios más pequeños, con estructuras modulares que puedan armarse y desarmarse, y fundamentalmente, de la creación de infraestructura que sí sirva para el desarrollo del deporte en esos países.

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La «comitiva argentina»

Los ganadores del concurso “Roberto Santoro” de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata, estudiantes, graduados y docentes que viajaron a La Habana, son Francisco Arismendi, Adriana Soledad Millatur e Ignacio Rizzi, por la investigación “Identidades sexuales y violencia mediática: su construcción desde el  rugby”; Patricio Cermele, por “Romper los dientes del engranaje: la primera muerte en una cancha de fútbol en dictadura”; Lucas D’Urso y Juan Emilio Eyrea, por “El rol de los medios gráficos durante la dictadura”; Emanuel Virdis y Juan Fadón, por “La resignificación del Camp Nou en el campo de batalla político”; y Luis Rivera, por “El scrum imposible”.

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