La llegada de Javier Milei al poder y el inmediato lanzamiento del Decreto 70/2023 (acaso la gran carta de presentación del “plan motosierra”) ya generó efectos económicos en múltiples sectores de la sociedad. Sin dudas, una de las áreas más impactadas es la del mercado inmobiliario, donde miles de inquilinos se ven a merced del nuevo esquema de desregulación librado en apenas un mes de gestión.
Modificaciones estructurales en la duración de contratos, plazos cada vez más acotados para aumentar el alquiler, porcentajes cada vez más altos de los salarios para destinar al pago. El balance de enero muestra cómo todas las consecuencias advertidas del DNU se concretaron en las últimas semanas, según una encuesta realizada por la asociación Inquilinos Agrupados (IA).
La entidad que supo ponerse al frente del reclamo de la comunidad de inquilinos realizó un muestreo sobre cómo se modificó la situación del sector a poco más de un mes de la llegada de Milei al poder, el balance entre la situación antes y después de diciembre de 2023 y los puntos más delicados de las condiciones impuestas por el DNU.
“En el mes de enero realizamos una encuesta nacional con 3300 casos. Medimos las condiciones de alquiler en contratos firmados antes y después de Milei presidente. Hoy se cumple un mes del decreto que derogó la ley de alquileres y la situación es esta”, expresaron desde IA a través de sus redes sociales, donde divulgaron los principales datos obtenidos del relevamiento.
Entre los datos destacados, el informe muestra que, a partir del lanzamiento del decreto, el 87 % de los contratos de alquiler firmados tienen actualización de precio cada seis meses o menos. A su vez, a partir de la llegada de Milei, el 51 % de los contratos se firman por un año o menos (según la Ley de Alquileres derogada por el decreto, el plazo debe ser como mínimo de tres años).
Antes de la asunción del referente libetario, el 75 % de los contratos acataba el plazo de tres años mínimos consignado por ley. A partir del recambio del Gobierno, solo un 25 % del sector mantiene ese parámetro.
Otro de los puntos a destacar es el impacto de estas modificaciones en el bolsillo de los inquilinos. Según los resultados de la encuesta, en el primer mes de 2024, “el 31,6% de los ingresos de los hogares inquilinos se destina a pagar el alquiler más las expensas, sin considerar impuestos y tarifas de servicios públicos”. En tanto, en el caso de aquellos alquileres que iniciaron después del 1° de noviembre de 2023, “la incidencia del gasto de alquiler de la vivienda en el presupuesto del hogar asciende al 41,6%”.
En este último punto se juega también el factor de endeudamiento como elemento en la cuestión habitacional. Según el balance, entre quienes hoy alquilan y se encuentran con deudas “hay más del 64% que recurrió a pedir dinero prestado para poder pagar sólo el alquiler; o el alquiler y los gastos de alimentos; o el alquiler y gastos por urgencias médicas u otros gastos”.
Por otro lado, otro de los indicadores que recogió el informe es el de la perspectiva subjetiva a futuro de las personas encuestadas, en relación con la actual coyuntura. “No poder pagar el alquiler, no saber donde vivir el mes que viene ha generado una sensación de futuro muy oscura y sentimientos negativos”, señalaron desde IA. En ese sentido, ante la consulta sobre qué sensaciones adjudicaban al escenario presente, predomina “la angustia (78%), la ansiedad (75%) y el sentimiento de desesperanza (68%)”, según las oposiciones brindadas.