La aventura personal que emprendió el guitarrista Mario Nazar después de su salida de The Falcons -su paso por Fede Kempff & Tarantinos y la confección de Casino Ilegal- finalmente enumera en Horizonte Vertical las características de su propio plan.
Nazar resulta un tipo curtido entre el rock clásico y el brit-pop y siempre mostró más herramientas en el universo de las seis cuerdas que dentro de la interpretación vocal y la ingeniería compositiva de una canción. Sin embargo, el disco debut de su banda parece ser un buen experimento inicial donde, rodeado de músicos de considerable recorrido -como el también ex Tarantinos Caio Cataiense y Juan Pablo Fariña de Destruyan a los Robots-, el ahora cantante y guitarrista sale a buscar variantes para su propio cancionero: en «A mil» vuelca su pulso electro-rock en clave Falcons, en «Despierto aún» evoca con guitarras distorsionadas a los Kinks de «You really got me», y en «Simplemente» prueba con una rumba rock de tinte ibérico y cierto gratinado pop.
El disco se va sucediendo entre texturas de guitarras distorsionadas y sintetizadores grumosos y oscuros, donde el groove siempre parece ser su más sólida plataforma de despegue. En «Decepcionar», una intro de temple casi industrial rápidamente se convierte en una base bailable de sonido oxidado, y en «Otra dimensión» la banda oxigena un funk blando en clave Daft Punk que sobre el final contiene algunos de los segundos más atractivos del disco.
En cambio, en el costado blusero y espacial de «Un Plan» junto a Tomás Vilche de Los Bluyines, Casino Ilegal no logra capitalizar con éxito la chance de un feat atractivo, ubicando la voz Vilche en un plano lejano, sobre una canción que nunca logra alcanzar su clímax.
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