Caracol a contramano: la lengua popular

«Pensá en el que quieras cuando estamos cogiendo / total yo también te estoy mintiendo”, canta Chelo Fontana en “Cambió la suerte”, como quien suelta una verdad intolerable para dar lugar a una explosión de guitarras cortantes. El tema forma parte de Nunca Aullar con Lobos, cuarto trabajo de este ensamble nacido hace nueve años, que arranca con contundencia rockera y va mutando hasta alcanzar un estado de fiesta cumbiera con la lógica de sus shows: primero potencia –de la mano de las guitarras y los parches–, después la introducción al ritmo con el ska y el reggae, para terminar arriba, celebrando. “Queda del vivo donde la gente se acostumbró a que todo te termine llevando a que sea una fiesta”, dice el tecladista y principal compositor Lucas Serena. “Lo pasamos al disco sin darnos cuenta”.

«Varios proyectos musicales de acá van transando con quien no deben y pagando cosas que hay que ganárselas con esfuerzo y no con plata», dice Lucas Serena

Una vez que tuvieron todas las canciones, decidieron grabar todos juntos para unificar el sonido. Llamaron a Marcelo Serena, ex La Saga de Sayweke y padre de Lucas, para arrancar una preproducción de dos meses antes de encerrarse en los estudios ION durante dos jornadas de diez horas.

Cuatro temas vienen del demo de 2011 y algunos otros también ya habían sido registrados. ¿Por qué no metieron todos temas nuevos?

Porque íbamos a tardar muchísimo más. Teníamos esos cuatro rotando, pero de los demás había registros en vivo, con celular, cámaras, todo muy saturado. Estaba bueno, como hicimos con los otros discos, darle un cierre a temas que sabíamos que a la gente le gustaban, que nos divertían. Era cerrar una etapa con un disco full. Y eso va a pasar siempre porque tenemos un tema y lo presentamos. No hacemos la de los otros de guardar y sacarlos todos en un recital que se torna frío. Nosotros los vamos fogueando.

Suenan más contundentes que en los otros discos.

Es por el cambio en la formación. El ingreso de los Rogati fue clave. El golpe de Santiago en la batería y el sonido súper versátil de la viola de Gonzalo le metieron esa solides que no teníamos antes.

Hay una camada de bandas como Se Va el Camello, Cruzando el Charco, ustedes, que mezclan rock con ritmos como el reggae o la cumbia.

Salimos todos de Bellas Artes, es algo muy platense que no sé si existe afuera. Manu (Rodríguez) y Francisco (Lago) eran compañeros de colegio. Se dio una simbiosis natural. Después cada uno se fue enfatizando. Todos fuimos aprendiendo a hacer rock y los primeros prototipos de bandas eran muy similares. Después uno se pudre de sonar igual a los demás y buscás otra cosa, te empezás a separar. Vas a aprendiendo a hacer mejor el género que te gusta, por eso nos parecíamos al principio, pero ya no tenemos nada que ver.

¿Por qué el título Nunca Aullar con Lobos?

El texto de Freud sobre el Yo y la psicología de las masas explica que las masas pierden sus limitaciones, aumentan las pasiones, dejan salir actitudes agresivas o se dan rienda suelta a copiar al otro. En una parte dice que el individuo que esté frente a una masa deberá aullar con lobos si quiere preservarse. Yo lo asocié con varios proyectos musicales de acá que van asociándose con gente que –me parece– no va, aceptando guita que no, transando con quien no deben y pagando cosas que hay que ganárselas con esfuerzo y no con plata. Que por más que nos hayamos quedado afuera de cosas importantes, nosotros nos lo ganamos sin aullar con lobos.

*Caracol a contramano toca el viernes 19 de junio a la medianoche en Raíces Bar (2 y 169), Berisso.

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