Robo a Cynthia García: ¿otro hecho aislado?

Mientras la periodista Cynthia García se encontraba en la casa de su madre, ayer a la tarde, entraron a su departamento sin forzar la puerta y le robaron la computadora, la tablet, un disco rígido y papeles de trabajo.

La noticia se dio a conocer a través de un audio de WhatsApp que envió la periodista a algunos de sus contactos en el que daba a conocer la información. «Entraron a mi casa mientras estaba en la casa de mi madre, tengo el departamento desvalijado», explicaba en el mensaje, refiriéndose al caos que dejaron en su vivienda.

Enseguida, la periodista y militante de la Agrupación H.I.J.O.S., Lucía García, difundió en su Facebook: «Hoy atacaron la casa de la gran periodista, la valiente Cynthia García. Le robaron la computadora, la tablet, un disco rígido y papeles de trabajo. Le dieron vuelta todo. Entraron sin forzar la puerta. Una forma de solidaridad es hacer pública esta denuncia. Compartirla. Que se sepa que no vamos a naturalizar los aprietes ni a callarnos. Que el laburo de Cynthia nos expresa a millones».

Por su parte, el periodista Carlos Barragán y ex compañero de Cynthia García en el programa 678 también mencionó el hecho en la red social: «Nos sacan de los medios, nos persiguen diciendo que somos delincuentes, nos dejan sin trabajo, nos cierran los facebook, nos atacan con sus trolls, nos amenazan de muerte, nos entran a robar a nuestras casas, y después también nos acusan de violentos».

Barragán también agregó que «lo que le pasó a Cynthia García es un robo. Es el robo de quienes se creen los dueños del país, el robo de nuestros derechos. Hace algunas décadas reivindicaron sus privilegios matando a 30.000 personas. Ahora lo hacen de esta manera. Persiguiéndonos con los mismos medios de comunicación que colaboraron con el genocidio. Mandando a un grupito a reventarte la casa. Son la misma gente. Son los mismos apellidos. Pero nosotros no somos los mismos. Ya aprendimos que podemos gobernar, vivir felices, repartir riqueza, dar trabajo, y tener soberanía, todo sin utilizar la violencia para nada».

Cynthia García fue panelista del programa 678 durante la década pasada. Desde que asumió el Gobierno de Cambiemos la despidieron de sus trabajos en el término de unos pocos días. Primero dieron de baja los contratos del programa que era transmitido por la TV Pública, a los pocos días le informaron que no renovarían su contrato en el programa «La mañana», en el que se desempeñaba como columnista de Víctor Hugo Morales por Radio Continental, y enseguida fue despedida de Radio Nacional, en donde realizaba el informativo de la primera mañana.

Ante semejante y permanente censura, abrió su página en la web, «La García«, desde donde informa sobre los hechos que permanecen ocultos en los medios hegemónicos, como es todo lo que ronda en torno a la detención ilegal de la dirigente social Milagro Sala y los ataques a la organización Tupac Amaru, realiza entrevistas a los políticos kirchneristas, cubre en vivo todos los eventos que los tradicionales medios evitan mencionar, entre otras muchas cosas.

Más actos intimidatorios

Difícil es tomar como un hecho aislado el robo que sufrió anoche García, teniendo en cuenta que en los últimos meses sucesivos hechos de similares características vienen ocurriendo en el país.

En las últimas horas se conoció que también el ex titular de la AFSCA Martín Sabbatella y su esposa, Mónica Macha, fueron agredidos verbalmente mientras esperaban abordar un avión para viajar a Santiago del Espero, y a Guillermo Moreno, esta mañana, le revolvieron sus oficinas en San Telmo, dieron vuelta los cajones pero se llevaron sólo computadoras, según se pudo conocer.

Sólo por mencionar algunos casos anteriores, recordamos que, tal como fue informando Contexto, la madrugada del domingo 3 de julio un grupo de individuos atacó la parroquia Nuestra Señora de Fátima ubicada en la Isla Maciel, donde fueron directamente a la caja de seguridad y les robaron material para tareas sociales como grabadores, un proyector y una computadora. Justamente allí, en abril pasado, la ex Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se reunió con el grupo de Curas en Opción por los Pobres, que son sumamente críticos de la gestión de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal.

A fines de junio, CFK denunció un episodio intimidatorio perpetrado contra la casa de Río Gallegos que pertenece a los padres del ex presidente Néstor Kirchner. Bajo el título “Violencia de época”, la ex mandataria explicó, tal como se vio en fotos de prensa, que la puerta de la casa había sido abierta “a las patadas”. Claramente se veían las marcas de los borceguíes. “Esa metedología, la de abrir las puertas a las patadas, nos remite a épocas pasadas”, precisaba la ex presidenta en su cuenta de Facebook.

También sobre fines de junio el militante social Alejandro “Pitu” Salvatierra fue encontrado con droga para consumo personal, lo detuvieron como si fuera jefe de un cartel. “Por supuesto, ya sabían quién era yo y al llegar a la comisaría me hicieron saber que estaba hasta las manos porque el juzgado de turno era el de Bonadio”, denunció el militante, y contó que se encargaron de decirle “Y ahora que te salve Cristina KK”.

La dirigente y diputada del Parlasur Milagro Sala está presa desde el 16 de enero sin una causa probada que lo amerite.

Las represiones policiales, como la del 9 de enero frente a la Municipalidad de La Plata con heridos de bala de goma, estaban fogoneadas por el protocolo antipiquete de la ministra Patricia Bullrich, cuyo fin es restringir y controlar las protestas sociales en un marco social de ajuste y crecimiento del desempleo.

También hubo una serie de ofensivas violentas que agredieron espacios de militancia del peronismo en el barrio El Retiro de la ciudad de La Plata; y el 9 de mayo, el Partido Justicialista de la misma ciudad denunció la destrucción del portón de su sede de calle 54 entre 7 y 8.

En otros puntos de la provincia de Buenos Aires hubo ataques similares. En Lanús, el 12 de febrero seis personas que llegaron en moto, tras no poder ingresar, atacaron la sede central de ese distrito del Frente para la Victoria con siete disparos en la puerta del local. En aquel caso, los testigos comunicaron que los atacantes eran cercanos a Néstor Grindetti, el intendente de Lanús de la alianza Cambiemos con cuenta offshore registrada en los Panamá Papers. Algo muy similar pasó en Mar del Plata, cuando un centro de La Cámpora fue baleado a principios de marzo con cinco disparos de Ithaca.

Y uno de los casos que más resonó en el ambiente político nacional fue la agresión a una sede de Nuevo Encuentro mientras se realizaba un acto con cuatrocientas personas, lo que dejó un saldo de dos heridos de bala. El hecho fue leído por las agrupaciones políticas como un “atentado” de “violencia política”.

Como hechos aislados, pueden tener un tono casual, pero la enumeración y el pasado al menos permiten sospechar de la derecha y sus modos de amenazar.


 

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