El modelo económico impulsado por Javier Milei desde su llegada al poder profundiza la desarticulación del entramado productivo nacional. A menos de dos años de gestión, los efectos del ajuste, la apertura indiscriminada de importaciones y la valorización financiera se traducen en una fuerte contracción del empleo formal y en el cierre masivo de empresas en todo el país.
Según un nuevo informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), entre noviembre de 2023 y julio de 2025 se perdieron más de 253 mil puestos de trabajo registrados y 18 mil empleadores dejaron de operar, lo que equivale al cierre de casi treinta empresas por día.
La retracción golpea con fuerza a los sectores que históricamente sostienen la producción y el empleo. La construcción perdió 83.800 trabajadores registrados, una caída del 17,6%, mientras que la industria manufacturera redujo su plantel en casi 50 mil puestos.
Según datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, desde noviembre 2023 hasta julio 2025, se registró una sensible caída del entramado productivo y laboral:
— Centro CEPA (@ctroCEPA) October 15, 2025
» 18.083 empresas menos (-1.761 en julio).
» 236.139 puestos de trabajo registrados perdidos (-17.589 en julio). pic.twitter.com/47tyFxGdjO
En el rubro transporte y almacenamiento, la merma alcanzó 55.200 empleos, equivalente a un 10,3% de su dotación, y en la administración pública, defensa y seguridad social se destruyeron más de 75 mil puestos, una caída del 2,8%. También retrocedieron los servicios profesionales, científicos y técnicos (-5,4%), la gastronomía y hotelería (-5,1%) y las actividades culturales y artísticas, que perdieron el 7,7% de su personal.
El mismo patrón se repite en la cantidad de empresas: más de 18 mil empleadores desaparecieron del mapa productivo en apenas 20 meses. Entre los más afectados figuran transporte y almacenamiento, con 4.468 firmas menos (-11,3%); comercio mayorista y minorista, con 3.131 cierres (-2,1%); servicios inmobiliarios, que se redujeron en 2.829 casos (-9,5%); y la construcción, con 1.737 empresas menos, lo que representa un retroceso del 8% del total.
También retrocedieron sectores claves del entramado urbano y de servicios, como la industria manufacturera (-1.795) y los servicios profesionales, científicos y técnicos (-1.952), que nuclean gran parte del empleo calificado.
El análisis del CEPA muestra además que el 99,6% de las empresas que cerraron durante este período son pymes, es decir, firmas de hasta 500 trabajadores, lo que profundiza la desigualdad y la concentración del aparato productivo.
En paralelo, las grandes compañías explican el 65% de la pérdida total de empleo, lo que evidencia que ni siquiera los grandes conglomerados escaparon al impacto recesivo. El ajuste, lejos de generar eficiencia, provocó una destrucción simultánea de capacidades productivas y fuentes laborales, debilitando aún más el mercado interno y las posibilidades de recuperación económica.









