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Ciclo Vitaphone | Banda sonora

Regresa el trío que musicaliza en vivo proyecciones de clàsicos del cine mudo. El 28 de agosto a las 21hs se presentan en el Pasaje Dardo Rocha con “El mundo perdido” (Harry Hoyt, 1925)

La historia del arte es indivisible de la ciencia. Jamás fue tan evidente como ahora: cada avance o invento infiere un innegable impacto. El dispositivo condiciona el lenguaje, pero no lo determina.  Por eso es que la creación cinematógrafo no signfica el nacimiento del cine así como tantos otros inventos posteriores su tan anunciado -y nunca efectivo- final.

En los albores de su fascinante trayecto, hubo una innovación que fue clave para la cinematrografía: el Vitaphone. Se trataba un sistema de sonido en disco que permitía la reproducción sincronizada mediante un disco de vinilo conectado manualmente a un proyector de películas . Pero en la década de los ´30 las películas ya se imprimirían con el sonido incluido, por lo cual el Vitaphone quedaría relegado a la memoria. ¿Pero que otra cosa es la memoria sino una gran película donde los elementos se sincronizan y articulan de manera viva e imperfecta?

Quizá pensaron esto o no este grupo de músicos locales apenas terminada la pandemia en el 2021, cuando idearon un ciclo en el que se musicalizan películas mudas.  Nahuel Acosta en piano y contrabajo, Francisco Cadierno en cello y percusión y Alex Musatov en violín se propusieron  “musicalizar cortometrajes o fragmentos de películas mudas, de no más de diez minutos de duración cada una. Presentar cinco o seis segmentos variados en género sobre los cuales el trío improvisaba. Con esta formación el ciclo se presentó en bares y teatros, llegando incluso a hacer una presentación en el Cine Victoria de Berisso”.

Quien evoca es Cadierno: “En 2024 surge la posibilidad de hacer el ciclo en el Cine Select del pasaje dardo rocha y el trío cambia un integrante: Sale Alex y entra el Tata Laxague en violín, acordeón y guitarra. A partir de acá, el nuevo trío decide no trabajar más en base a fragmentos de películas, sino a películas enteras. Es así que el año pasado hacen tres presentaciones: una primera con “El Fantasma de la ópera” (Rupert Julia, LonChaney, 1925), “El hombre sin brazos” (TodBrowning, 1927) y “La carreta fantasma” (VictorSjostrom, 1921).

Además del trio de músicos, la formación se completa con Felicitas Sisti en iluminación. Y el próximo jueves 28 de agosto, a las 21hs, se presentan en el Pasaje Dardo Rocha con “El mundo perdido” (Harry Hoyt, 1925). Se trata de una adaptación de la novela escrita en 1912 por Arthur Conan Doyle, que cuenta las aventuras de un grupo de gente en las profundidades de la selva amazónica en busca de dinosaurios que, al parecer, siguen con vida en algún lugar de la misma. La entrada sale $5000 y se consigue en la boletería del pasaje.

«La improvisación siempre es una caja de herramientas- explica Cadierno el particular proceso-. Hay algo ahí que uno tiene, que uno usa. Nadie inventa nada en el momento. Pero lo que nosotros hacemos es juntarnos una vez, como una especie de ensayo y nos ponemos de acuerdo sobre ciertos parámetros en los primeros quince minutos de la película. Y descubrimos que ordenar el comienzo genera las pautas de las que después nos agarramos el resto de la película, que sí es improvisado cien por ciento. Pero es eso: más que nada coincidir en algunas pautas. O a veces también, antes de la proyección, charlamos de la estructura de la pelicula, para ver si estamos de acuerdo. Cuáles son los puntos de inflexión o en qué parte tiene que ocurrir algo determinado. Hacemos un análisis un poco narrativo de la peli como para saber que estamos en el mismo canal. Lo cual tampoco asegura nada, porque hay diferentes maneras de llegar a los mismo lugares».

«No tomamos como referencia la música que se haya hecho para la película- aclara -. Pasa en parte que esas músicas que se compusieron en ese momento no siempre están a disposición. Capaz que uno los encuentra en las películas que son más canónicas, pero inclusive en esas películas también hay imágenes perdidas, fragmentos perdidos. Cine que tiene más de cien años. Cosas que se siguen encontrando. Por ejemplo la versión que vamos a pasar de «El Mundo Perdido» , hasta hace diez años duraba cuarenta minutos. Y después se terminó encontrando una copia que completa el metraje original. Imaginate lo que puede haber pasado con esas partituras. Pero más allá de ello, esa música tendía a ser bastante orquestal. Y nosotros somos un trío…

Y concluye: «También al ser un largometraje, es música todo el tiempo. No hay diálogos, no hay sonido ambiente. El universo sonoro lo generamos a través de los instrumentos. También nos ponemos de acuerdo o estar atentos a no estar tocando todos todo el tiempo. Es lo más difícil. Dentro de la misma musicalización, también hacerse la pregunta antes de tocar algo si le podés aportar. Si realmente aporta o vas a hacer ruido. Y ahí se generan momentos lindos, en los que uno está sin tocar nada. O tocando silencios, mejor dicho. Y escuchando a los compañeros cómo están musicalizando una escena espectacularmente. Y uno se siente ahí un espectador de lujo».