Vanesa Siley: «En la Corte hay enquistada una mafia, y si hay dudas, están Tucumán y San Juan»

En medio de los fuertes debates que se desarrollan en torno a la pelea contra el mentado «partido judicial», la diputada nacional y consejera de la Magistratura Vanesa Siley se presentó en La Plata para brindar un charla donde abordó los principales ejes de análisis alrededor del tema. Proscripción, connivencia con los grandes grupos económicos y el rol de la discusión sobre la Corte Suprema de cara a las elecciones fueron algunos de los puntos de la disertación encabezada por la legisladora.

«Acá se enquistó una mafia que atenta directamente contra los intereses del pueblo. Ellos la proscribieron a Cristina y nosotros luchamos contra la proscripción. Y si cabía alguna duda: San Juan y Tucumán, la amenaza de Formosa, la no investigación en Comodoro Py del intento de magnicidio de Cristina, la convalidación por parte de la Corte para que Milagro Sala siga presa. Y si cabe alguna duda, lo que hicieron con el compañero Amado Boudou, y la lista sigue», fue una de las definiciones más fuertes de la consejera de la Magistratura.

En el encuentro que tuvo lugar en la sede platense de la CTA de calle 6, se destacó la presencia de figuras de la política local y regional, como la titular del Instituto Cultural bonaerense, Florencia Saintout; el intendente de Ensenada, Mario Secco; su par de Berisso, Fabián Cagliardi, entre otros. Allí, Siley hizo un repaso de los diferentes momentos de los últimos setenta años en que la Corte Suprema operó como factor de poder en favor de los sectores concentrados.

«Históricamente el Poder Judicial ha funcionado como una obstrucción a las políticas del Gobierno. Y si sos del campo nacional y popular vas a tocar intereses, y esos intereses económicos concentrados van a usar todas las herramientas que tengan a la mano para protegerse. Las declaraciones de inconstitucionalidad, vaya si son una herramienta, y vaya si lo saben Clarín o Magnetto, cuando declararon inconstitucional la Ley de Medios», expresó.

En ese sentido, en pleno marco preelectoral, se refirió a la importancia de instalar el debate desde el llano en la militancia territorial y en los debates cotidianos con la comunidad. «Tenemos que pensar cómo linkeamos la gran batalla que es el juicio político a la Corte con lo cotidiano. Porque los compañeros y compañeras y los vecinos nos van a decir ‘yo no llego a fin de mes con el juicio a la Corte’, ‘todo muy lindo pero el salario no alcanza’, ‘qué tiene que ver con mi vida esto que se está discutiendo allá, tan lejos, en Diputados’», dijo.

«Y ahí aparece la capacidad que tenemos que encontrar desde la militancia para hablar largo y tendido con vecinos y vecinas. A veces uno está en una manzana y ya repartió un toco de volantes, pero ahí mejor quedarse tres horas con uno o una dando esta discusión», agregó.

Asimismo, hizo hincapié sobre cómo la Corte Suprema en múltiples ocasiones supo actuar en función de favorecer a los sectores reaccionarios del país y en contra de los intereses populares. «De la enorme deuda externa en dólares, la Corte Suprema justamente no dijo nada. Causa que hoy tiene Capuchetti, imaginemos. ¿Hizo algo? Nada. Sin embargo habilitan con alrededor de diez mil amparos a la toma de dólares del Banco Central para la importación de insumos. Ojo, algunos insumos que necesita estratégicamente la industria sí, pero lo que se demuestra es que hay una triangulación con las casas matrices para que esos dólares se vuelvan a fugar. Eso también está habilitado por la Corte», ejemplificó.

«El tema de derechos humanos es la causal de juicio político por excelencia. No solo barrieron con la ley, porque ellos son especialistas en revivir leyes derogadas, sino que se mofaron en la tradición histórica del pueblo argentino de juicio y castigo a los genocidas, aplicando el 2×1», señaló también en relación con las causas en las que la Justicia intentó avasallar luchas históricas, en especial durante el período de Cambiemos.

Por su parte, Florencia Siantout se refirió al mecanismo de «disciplinamiento político» que adoptó el sector corporativo del Poder Judicial. «Con algunos no han podido, pero con otros sí, y ese es uno de los problemas más grandes que tenemos por delante. Cuando nosotros decimos que tenemos que ganar, también tenemos que poner en discusión para qué queremos ganar, qué es lo que queremos defender y qué queremos que se transforme», expresó la funcionaria bonaerense. 

En tanto, Siley recordó que hasta ahora la Corte Suprema tiene catorce denuncias entre sus miembros, de las cuales se registran unos sesenta motivos de posibles delitos o mal desempeño. «Para remover un juez de la Corte no hace falta comprobar que haya cometido un delito, solo falta que no esté a la altura del cargo para el que fue designado, eso es mal desempeño. Aceptar ser designado por decreto, por ejemplo, como un vicio de origen. El segundo, haberse autovotado como presidente y vicepresidente de la Corte. Otra de las cuestiones es el desfalco en la obra social de los trabajadores de la Justicia», indicó.

«Cuando nos tocan la libertad, hay que rebelarse. La hora que toca es la hora de la rebeldía de los pueblos. Yo no sé nada de candidaturas, pero sí sé que los tiempos que se vienen son de luchas, son de resistencia. Ganemos, y sí que podemos ganar, y lo tenemos que hacer. Estamos obligados a ganar. Inmediatamente, a ocupar y resistir en las calles. Más si ganamos. Porque lo que nosotros necesitamos es tocar intereses. En definitiva, si el pueblo no gana la calle, no gana. Esa es nuestra historia», concluyó.


SECCIONES