Miles de trabajadores confluyeron este lunes en Plaza de Mayo para expresar nuevamente su repudio al ajuste, los despidos masivos y la pobreza generada por las políticas del Gobierno de Cambiemos en los últimos veinte meses. También rechazaron “cualquier reforma laboral o previsional que lesione derechos”, el intento de flexibilizar los convenios colectivos de trabajo y las intervenciones en los sindicatos.
Ante la multitud, uno de los tres secretarios generales de la CGT, Juan Carlos Schmid, dijo que “enfrente hay un Estado ausente, que se olvidó de proteger a quienes se levantan a las tres de la mañana para ir a trabajar”, y anunció que el Confederal de la central obrera se reunirá el próximo 25 de septiembre “para reiniciar un plan de lucha que incluya un paro general”.
“El trabajo es un derecho, pero vemos el desempleo, la precarización y la caída de los salarios. Lo que se ha multiplicado es la pobreza”, sostuvo, y agregó: “Las recetas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, esos consejos nos han conducido terriblemente al fracaso. La juntan con pala y la sacan del país practicando un saqueo más sobre las espaldas de nuestro pueblo”.
Schmid también respondió a las acusaciones del presidente Mauricio Macri y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca: “No venimos detrás de ninguna candidatura. Venimos con una demanda central de trabajo digno y salario justo”.
“Nos acusan de atentar contra empresas, de que somos un freno para las inversiones, de que representamos el atraso en nuestro país. Somos hijos del peronismo y fue en ese famoso acuerdo de tres patas, capital, trabajo, sindicatos, donde el pueblo trabajador vivió sus años más felices. Rechazamos cualquier acusación que diga que nosotros estamos atrasando la modernización de nuestro país. El peronismo fue la transformación social más importante”, completó el dirigente sindical.
En otro tramo de su discurso, Schmid se solidarizó con el pueblo catalán por los atentados de la semana pasada, rechazó cualquier intervención militar estadounidense sobre Venezuela y alzó el reclamo por Santiago Maldonado.
“Venimos a presentar nuestra agenda social, pero también para sumar nuestra voz a todas las voces que piden por la aparición con vida de Santiago Maldonado. No queremos que haya otro Julio López en Argentina”, afirmó al cuestionar a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien actúa con rapidez cuando se trata de desalojar una fábrica y muy lentamente cuando se debe esclarecer el caso del joven desaparecido tras la represión de la Gendarmería en Chubut.
Schmid fue el único orador del acto, acompañado sobre el palco por otro de los triunviros de la CGT, Carlos Acuña, líderes sindicales como Pablo Moyano (Camioneros), Omar Plaini (Canillitas) y Víctor Santa María (SUTERH), y dirigentes sociales como Esteban Castro (CTEP), Daniel Menéndez (Barrios de Pie) y Juan Carlos Alderete (CCC).
La marcha también contó con el apoyo de las CTA conducidas por Hugo Yasky y Pablo Micheli, la Corriente Federal de Trabajadores, encabezada por Sergio Palazzo, representantes de Unidad Ciudadana y partidos políticos de izquierda que se movilizaron desde el Congreso a Plaza de Mayo junto a los despedidos de PepsiCo.
Vienen por todo
“Nadie puede quedar afuera de esta pelea, porque el Gobierno y los sectores dominantes vienen por todo, quieren arrasar con este movimiento obrero y con el movimiento popular argentino. Ya pusieron de rodillas al radicalismo y ahora quieren someter al peronismo. Necesitan el camino libre para poder imponer sus políticas”, subrayó Leopoldo Moreau, candidato a diputado nacional por Unidad Ciudadana.
Entre los grandes ausentes se destacaron Héctor Daer, también secretario general de la CGT, Gerardo Martínez (Uocra), Ricardo Pignanelli (mecánicos), Guillermo Pereyra (petroleros), Armando Cavalieri (Comercio) y Ramón Ayala (peones rurales).
Estos dirigentes, junto a otros como Andrés Rodríguez (UPCN) y Rodolfo Daer (Alimentación), son los que se oponen a la construcción de un plan de lucha unificado contra el neoliberalismo macrista y rechazan cualquier posibilidad de una huelga general.