Un premio para los fiscales que denunciaron a un medio cómplice de la dictadura

Por Alejandro Palladino

La Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata entregará hoy el Premio Rodolfo Walsh a los fiscales Abel Córdoba, Miguel Palazzani y José Nebbia, integrantes de la Unidad Fiscal de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado –jurisdicción Bahía Blanca–, por su trabajo de investigación en cuanto al rol que cumplió el multimedios La Nueva Provincia –hoy, La Nueva–, de la familia Massot, en el encubrimiento y justificación de la campaña de exterminio llevada a cabo por el aparato represor durante el período 1976-1983.

La entrega del premio Rodolfo Walsh a los fiscales Córdoba, Nebbia y Palazzani será durante un acto en el edificio Néstor Kirchner de la Facultad de Periodismo de La Plata (diagonal 113 y 63) a las 17:30hs.

La distinción Premio Rodolfo Walsh, en memoria del periodista y escritor secuestrado y desaparecido por el terrorismo de Estado, y decidida por el Honorable Consejo Directivo de la casa de estudios, es un reconocimiento a aquellas figuras que desde su trayectoria en la política, la cultura, el deporte o los derechos humanos hacen un significativo aporte a la reivindicación de las causas sociales y populares.

En su misión, teniendo como punto de partida que ninguna dictadura es posible sin su necesario apoyo comunicacional para conseguir el consenso simbólico en la sociedad, los fiscales realizaron investigaciones inéditas sobre la participación civil, en este caso de un multimedios, como uno de los brazos ideológicos del Ejército y la Armada.

La labor de los fiscales apuntó a la relación de los directivos del diario con miembros de la Junta Militar, y al secuestro en sus casas en junio de 1976 de Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, delegados gremiales del diario e integrantes del Sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca. La familia dueña del medio, imputada en el caso como coautores «instigando, determinando, prestando aportes indispensables para su concreción material y encubriendo a sus autores inmediatos», no denunció los secuestros de sus trabajadores, anunció en breves líneas su desaparición y no volvió a recordar lo sucedido.

En la segunda imputación, los tres fiscales resaltaron cómo el medio, cuyo actual propietario es Vicente Massot, machacó conceptos propios del discurso militar que fueron sustento de los crímenes de lesa humanidad, y que son una muestra de la relación causal entre las publicaciones y el genocidio, tales como “guerra”, “guerra sucia”, “enemigo”, “delincuente subversivo” y “aniquilamiento”.

En el documento en el que solicitan el procesamiento y la prisión preventiva de Vicente Massot, en 2012, los fiscales citan un editorial de La Nueva Provincia del 19 de noviembre de 1977, donde establecen el estrecho vínculo entre los militares y la postura del diario: «Más que hablar de la guerra, hay que hacer la guerra. De entre todas las profesiones le cabe al periodismo un puesto de avanzada en las trincheras de la Patria. Contiguo al de los soldados que, día a día, se lanzan a la cotidiana aventura de defender las raíces fundacionales de la Nación, anejo al de los esforzados agentes de policía, siempre dispuestos a dar su vida en defensa del país, nuestro puesto está cavado en las entrañas ideológicas de la realidad…».

En marzo de 2015, el juez federal Claudio Pontet dictó la falta de mérito probatorio del empresario periodístico Vicente Massot, rechazando las pruebas presentadas por los fiscales. La decisión provocó un amplio rechazo de organismos de derechos humanos, que leyeron el fallo como un paso estratégico de la corporación judicial de Bahía Blanca para que no avancen los juicios por responsabilidades civiles, eclesiásticas y mediáticas.

Entre los referentes de los derechos humanos que recibieron el premio Rodolfo Walsh se encuentra la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien, cuando recibió la condecoración en 2011 de manos de Víctor Hugo Morales, afirmó que “recibir un premio con el nombre de Walsh es demasiado para mí, es un orgullo enorme”. Susana Trimarco, otra premiada, aseguró en 2013: “Como dijo Rodolfo Walsh, una lucha termina y comienza otra todos los días, por eso lucharé contra las mafias, por democratizar la Justicia y para que no existan más víctimas como mi hija”.

 


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