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Trump y el FMI salvaron a Milei… ¿cómo se salvará Argentina?

Los poderes trasnacionales con epicentro en EE.UU. están cercando a nuestro país. Dominación económica y poderío armado. Gobiernos de ultraderecha, deuda externa, lingotes de oro y despliegue militar norteamericano e inglés. Qué significan el “Comando Sur” estadounidense y la Base Naval de Ushuaia.

Por Miguel Croceri (*)

Hace pocas semanas, mediante una planificada estrategia comunicacional destinada a ocultar los hechos fundamentales y así engañar a la opinión pública, Javier Milei instaló un clima de jolgorio económico al anunciar que a partir de ese momento las personas podían volver a comprar dólares sin mayores restricciones. Fue el viernes 11 de abril.

El espectáculo propagandístico montado por el gobierno y por los factores de poder locales y extranjeros que conforman el régimen de extrema derecha, se resume en tres palabras a las cuales se otorgaba y se sigue otorgando un significado mágico: “levantamiento del cepo”.

Pero el “secreto” detrás del anuncio es que Argentina se sigue hundiendo más todavía en el lodazal de una deuda externa perpetua con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El préstamo que dicho ente financiero le entregó a Milei es de US$ 20.000 millones (veinte mil millones de dólares). En lo inmediato ya fueron enviados 12.000 millones (Información de Clarín, nota del 15/04/25), es decir el 60 % del total adjudicado.

La agencia de noticias Bloomberg, especializada en temas financieros y con sede en Nueva York, destacó que la decisión de entregarle semejante suma al gobierno de nuestro país “encendió alarmas en el directorio del FMI”.

La aparente contradicción de que exista “alarma” en los mismos jerarcas del Fondo Monetario que autorizaron el crédito tiene una explicación sencilla: el auxilio financiero de urgencia fue en realidad una decisión política de Donald Trump para salvar a un gobierno servil que corría riesgos de desbarrancar hacia el abismo político.

Según Bloomberg, “alrededor de la mitad de los 25 miembros que integran el directorio del FMI expresaron serias preocupaciones” por la concesión del nuevo préstamo, y en ese sentido “algunos (integrantes del directorio) quedaron con la sensación de que la decisión estuvo motivada por la política, lo cual sembró preocupaciones por el precedente que ha sentado”.

La poderosa e influyente plataforma de información financiera destacó que “Argentina, que ya es el mayor deudor del FMI, acapara más de un tercio del crédito global del organismo”, o sea la tercera parte del total de dinero que el Fondo tiene prestado en todo el planeta. (Reporte de agencia Bloomberg, nota del 25/04/25). De esa misma fuente fue tomado el gráfico que ilustra este artículo).

Y eso no es todo. Con el propósito geopolítico de sostener a la ultraderecha encabezada por Milei, Trump está dispuesto incluso a entregarle plata del propio Tesoro norteamericano. Siempre con cargo al pueblo argentino, que durante varias generaciones deberá pagar estos favores.

La decisión fue comunicada días atrás en Washington por el mismísimo secretario del Tesoro, Scott Bessent, apenas regresado a su país después de haber viajado al nuestro. “Si Argentina lo necesita, en caso de shock externo y si Milei mantiene el rumbo, estaríamos dispuestos a utilizar” dinero de un llamado “Fondo de Estabilización Cambiaria” que maneja el gobierno estadounidense. (Crónica de Infobae, nota del 22/04/25).

(Los hechos ya han respondido a la conjetura expresada en un artículo que reprodujo Contexto en febrero pasado. El texto se publicó cuando estallaba el escándalo de la criptomoneda $Libra, pero el tema central era otro e incluía una afirmación y un interrogante formulados desde el título: “El país se hunde, ¿A Milei lo salvará Trump?”. Nota del 17/02/25).

Paralelamente, gracias a la impunidad que le garantiza el Poder Judicial argentino, y con la complicidad de mayorías parlamentarias que miran para otro lado, el mileísmo consiguió esconder -no se sabe dónde- las reservas en oro valuadas en miles de millones de dólares, que pertenecían al patrimonio de la Nación antes de ser saqueada por el actual régimen gobernante.

El destino de esa parte de las reservas del país “siguen siendo un misterio” y ni siquiera figuran en los balances del Banco Central, reveló el portal La Política Online a través de la periodista especializada en economía Luciana Glezer.

Según la información, el Central “presentó su balance y entre los activos de la entidad no aparecen consignados los miles de millones en oro que tenía ese organismo hasta la llegada de la administración libertaria. En ninguna parte del estado contable, financiero, notas o ‘statements’ se mencionan los lingotes de oro, que salieron del país en aerolíneas comerciales con paradero desconocido. Se especula que están en Basilea (Suiza) y en Londres”. (Nota del 26/4/25).

El despojo que está sufriendo Argentina afecta a la calidad de vida de la mayoría de las familias, y se extiende a cualquiera de las múltiples actividades, espacios y dimensiones que constituyen la existencia misma de cada persona y del colectivo social.

En ese contexto, queda planteada la incógnita acerca de cómo harán el conjunto del pueblo y las fuerzas políticas, sociales y de todo tipo que aspiran a representarlo, para revertir en algún momento del futuro semejante humillación contra sus derechos y su bienestar.

El “Comando Sur”

Los tentáculos con los cuales el poder capitalista trasnacional, que tiene epicentro en Estados Unidos, está cercando a nuestra Patria para someterla bajo su dominio por largas décadas -si no hubiera reacciones sociales y políticas que lo impidieran-, exceden completamente a la asfixia económica.

La herramienta principal es el poderío militar, a través del cual controlará los recursos naturales de la Nación y tendrá amenazados a futuros gobiernos que eventualmente pudieran tener -como fue el caso del kirchnerismo- una voluntad política soberana y defensora del bien común de la población.

El afianzamiento de los intereses geopolíticos norteamericanos en Argentina quedó exhibido recientemente con la presencia en nuestro país de uno de los jerarcas político-institucionales del aparato armado estadounidense: el jefe del Comando Sur, almirante Alvin Hosley, quien la semana pasada estuvo varios días en territorio nacional.

La noticia fue comentada en el portal informativo español Diario Red, creado por el referente político progresista Pablo Iglesias, quien en la década pasada fuera fundador en España del partido “Podemos”. Haciendo foco en “la sombra de las bases militares de EEUU”, la presentación del texto destaca que la visita de Hosley “reabre el debate sobre la influencia militar norteamericana en la región y la disputa por recursos estratégicos”.

En un artículo de Ingrid Urgelles, analista política de nacionalidad chilena que desarrolla su tarea en diversos medios de comunicación, se informan algunas características del muy mencionado pero poco explicado Comando Sur (SouthCom, según su abreviatura en inglés). La autora puntualiza que “desde su sede en Doral, estado de Florida, coordina las actividades militares de Estados Unidos en América Central, Sudamérica y el Caribe. Es una de las once estructuras de mando unificado del Departamento (equivalente a “ministerio”) de Defensa estadounidense, y su misión oficial es ‘fortalecer la seguridad regional’ y ‘promover la estabilidad’”.

Dicho “Comando”, creado en 1963, “tiene sus raíces en estructuras militares anteriores que operaban en el Canal de Panamá. Desde entonces, ha ido ampliando su alcance y funciones, particularmente desde el fin de la Guerra Fría, cuando se redefinieron sus prioridades (…)”.

El artículo sintetiza que “en la práctica, el Comando Sur ha servido como plataforma para sostener la influencia militar estadounidense en América Latina. Mediante ejercicios conjuntos, programas de entrenamiento, intercambios militares y el uso de bases estratégicas, el ‘SouthCom’ mantiene una presencia constante en países clave de la región”. (El texto completo puede verse en Diario Red. Nota del 30/04/25). https://www.diario-red.com/articulo/argentina/1-visita-jefe-comando-sur-argentina-sombra-bases-militares-eeuu-america-latina/20250430120000046611.html

“Una invasión sin estruendos”

El pasado martes (29/04), el almirante estadounidense Alvin Hosley llegó a Buenos Aires y se reunió con Milei. Después viajó a la Base Naval de Ushuaia, un “estratégico punto militar del sur del país”, a fin de interiorizarse “en las misiones y el desarrollo” de dichasinstalaciones “en medio de las negociaciones por la construcción de una Base Naval Integrada que logre competir con Punta Arena, instalada en Chile”, según informó el diario cooperativo Tiempo Argentino. (Nota del 29/04/25).

Sobre el mismo tema, el periodista Mariano De Vedia explicó en el diario La Nación que “la Base Naval de Ushuaia, donde el gobierno de Javier Milei proyecta edificar un Polo Logístico Antártico, esconde una pulseada internacional con efectos geopolíticos. Se trata de un ambicioso emprendimiento naval que aspira a convertir a la ciudad más austral del mundo en la puerta de entrada al continente blanco, y en el cual han posado sus miradas las potencias de Estados Unidos y China”.

El texto periodístico agrega: “’La mayor preocupación de Estados Unidos es la influencia de China. Quieren estar tranquilos de que este proyecto nacional no tiene financiamiento o influencia del lejano Oriente’, reveló un jefe militar argentino a La Nación, al explicar el marcado interés del gobierno de Trump por una base naval que se construirá en el fin del mundo”. (Nota del 30/04/25).

Por su parte, en una columna de opinión que publicó Página 12, el sociólogo y politólogo Atilio Borón derribó argumentalmente las excusas con las cuales se pretende legitimar el despliegue bélico estadounidense en territorio argentino.

Entre muchas otras razones, afirmó que “la ‘seguridad nacional’ de nuestro país nada tiene que ver con lo que predica el gobierno de Washington, dado que la misma se ve amenazada por la enorme base militar que la Real Fuerza Aérea británica construyó en las islas Malvinas. Cubre un área de 100 kilómetros cuadrados, alberga a unos 1200 efectivos permanentes y cuenta con dos pistas de aterrizaje: la más extensa tiene 2.590 metros y es apta para la operación de los aviones militares de mayor peso”.

El analista también llamó la atención sobre coincidencias de fechas que revelan continuidades y al mismo tiempo diferencias en los procesos históricos: resaltó que Hosley llegó a Argentina justo el día en que se cumplían 60 años de la invasión de Estados Unidos a República Dominicana, perpetrada para apoyar a los golpistas que habían derrocado al gobierno nacionalista de Juan Bosch.

Seis décadas más tarde “el imperio norteamericano dispone de un arsenal intervencionista mucho más variado que antaño. La invasión se realiza hoy de muy variada manera: misiones militares, ejercicios conjuntos, operaciones de inteligencia compartidas, venta y entrenamiento de equipos obsoletos como los (aviones) F16 descartados por la OTAN y estúpidamente adquiridos por el gobierno de Milei, porque nuestro país jamás los podrá utilizar en nuestra única hipótesis de conflicto: un enfrentamiento con el Reino Unido (por la soberanía en Malvinas). Se trata entonces de una invasión sin estruendos pero tremendamente efectiva, destinada a convertir a este país en una colonia”, analizó el estudioso de la política internacional.

(Un enunciado casi idéntico al último del párrafo citado, “Convertir al país en una colonia de EE.UU.”, fue el título de un comentario que publicó Contexto hace tres semanas, cuando el gobierno trumpista y el FMI consumaron el salvataje económico y político de Milei. Nota del 13/04/25).

Borón, uno de los más reconocidos intelectuales de izquierda de América Latina, dijo en el final de su análisis que el plan para colonizar Argentina “ya lo está haciendo nuestro gobierno con su política económica, y ahora está a punto de hacerlo con su política de defensa. En realidad, una política que nos condena a la indefensión”.

Ya se sabe que Trump y el Fondo Monetario salvaron al régimen que encabeza Milei. A partir de este etapa histórica dramática, y hacia los próximos tiempos, uno de los mayores desafíos es reflexionar acerca de cuáles serán las decisiones de la ciudadanía -y las acciones de las dirigencias populares- tendientes a recuperar nuestro derecho a vivir con dignidad.

(*) Publicado en www.vaconfirma.com.ar