Trotta: «El nuevo Progresar tendrá redes de acompañamiento y una perspectiva integral»

Por Manuel Protto Baglione

«La Dirección Nacional de Becas funcionaba como la oficina de un banco», describe el ministro de Educación, Nicolás Trotta. El Progresar, dependiente de dicha oficina, había pasado de ser un ambicioso programa con un abordaje multidimensional de la desigualdad educativa a una política de estipendios económicos. En el medio, la idea del respaldo había sido cambiada por la del mérito, y la beca permaneció congelada durante prácticamente todo el macrismo. Los nuevos anuncios realizados por el Ministerio recientemente buscan desandar ese camino de ajuste económico y darwinismo cultural. En diálogo con Contexto, el ministro detalló las medidas más relevantes: revisión de requisitos para personas trans y miembros de pueblos originarios, creación de la figura de Tutores de Acompañamiento a la Trayectoria Escolar para el nivel secundario, y acceso a derechos mediante programas de Salud, Turismo, Cultura y Desarrollo Social.

Todas las personas trans, sin límite de edad, podrán inscribirse en el Progresar. «Esta población se encuentra afectada históricamente por prácticas discriminatorias. Se trata de un sector particularmente vulnerabilizado, porque son expulsados de sus hogares a muy temprana edad», advierte Trotta. Las experiencias de exclusión se repiten en diferentes ámbitos: el laboral, el educativo. «Para poder sobrevivir, desde jóvenes tienen trabajos muy precarizados, también en los espacios vinculados a lo educativo o a la formación profesional hay prácticas discriminatorias desde las instituciones y la comunidad. Por ende, para las personas trans los espacios públicos, como escuelas y universidades, también son espacios donde hay que incentivar su acceso, permanencia y finalización», fundamenta el ministro.

«el racismo, la cultura occidental de nuestra sociedad y la xenofobia han existido históricamente, por lo que estos pueblos han vivido la expulsión de diferentes ámbitos, también de manera estructural»

Con respecto a los integrantes de pueblos originarios, el requisito de la edad mínima pasa de 24 a 30 años en la educación obligatoria y hasta 35 años en educación superior. Para Trotta, esta medida se fundamenta en que «el racismo, la cultura occidental de nuestra sociedad y la xenofobia han existido históricamente, por lo que estos pueblos han vivido la expulsión de diferentes ámbitos, también de manera estructural». El funcionario advierte, en el mismo sentido, que «a pesar de la Ley de Educación Nacional (y la educación intercultural consagrada como modalidad), no están reconocidas plenamente desde una perspectiva cultural en el sistema educativo y por lo tanto persisten mecanismos de discriminación y exclusión de escuelas y universidades».

La creación del sistema de Tutores y Tutoras de Acompañamiento a la Trayectoria Educativa para el nivel secundario también es una apuesta estratégica, ya que el acompañamiento personalizado en las situaciones de mayor exclusión resulta tanto o más relevante que la contraprestación económica. De ese modo, explica Trotta, las tutorías buscarán «otorgar herramientas orientadas al mundo del trabajo y retomando conocimientos escolares que se relacionen con las oportunidades laborales del lugar. Asimismo, se buscará brindar apoyo en consultorías individuales de acompañamiento de situaciones personales particulares y también apoyo académico en los casos de dificultades de aprendizaje».

Sobre el último punto, Trotta afirmó que «desde el Ministerio se mantuvieron diferentes reuniones de trabajo con las máximas autoridades del área social, para establecer beneficios tales como tener prioridades en atención de la salud, acceso a participación como asistentes y como artistas en diferentes actividades culturales, acceso a turismo social, entre otros». Como todas estas políticas habían sido abandonadas, en contra del espíritu del programa y de su normativa vigente, estas líneas de intervención en articulación con otros ministerios están en etapa exploratoria y próximamente se desarrollarán con mayor precisión.

«El acceso, permanencia y egreso estudiantil en los diferentes niveles educativos no depende solamente de su situación económica, sino también de la eliminación de los sutiles mecanismos institucionales que agregan dificultades administrativas, académicas y culturales»

Finalmente, el ministro se expresó a favor de un abordaje integral sostenido por redes de acompañamiento. «El acceso, permanencia y egreso estudiantil en los diferentes niveles educativos no depende solamente de su situación económica, sino también de la eliminación de los sutiles mecanismos institucionales que agregan dificultades administrativas, académicas y culturales. El nuevo programa Progresar incluye ayudas económicas (becas) complementadas en una perspectiva integral con dispositivos institucionales de acompañamiento de trayectorias educativas, concretadas según la especificidad de cada uno de los niveles».

Las becas estuvieron congeladas durante buena parte del gobierno de Mauricio Macri y perdieron mucho poder adquisitivo. El último aumento fue una medida tomada inmediatamente después de la derrota de Juntos por el Cambio en las PASO del año pasado. El saldo arroja que entre 2015 y 2019 la prestación económica anual del programa perdió casi tres cuartos de su valor medido en dólares, un comportamiento similar al experimentado por otras variables, como salarios y jubilaciones.


 

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