Esta noche, Santi Maratea estrenará su primera experiencia como conductor televisivo al frente de Trato Hecho por América TV. El influencer que convirtió las colectas virtuales en espectáculos virales salta así de la pantalla del celular al estudio clásico, con la promesa de repartir 20 millones de pesos en cada emisión. Una apuesta que, para sus seguidores, confirma que “todo lo que toca lo transforma”; para otros, apenas un capítulo más en su carrera de figura omnipresente.
Maratea, que se define como “apolítico” pero suele elogiar la coherencia y la incorrección de Javier Milei, llegó a esta instancia con un prontuario mediático que incluye hazañas como la colecta millonaria para el Club Atlético Independiente en 2023. Aquella campaña recaudó más de 800 millones de pesos y lo puso en el centro de un debate sobre transparencia y manejo de fondos. “No estoy salvando a Independiente, estoy ayudando a su gente a salvarlo”, dijo entonces, frase que resumió su impronta: protagonismo con causa, visibilidad garantizada.
A lo largo de los años, ha cultivado un perfil en el que la filantropía convive con una habilidad innata para capitalizar coyunturas. Sus gestos solidarios, lejos de la militancia tradicional, parecen funcionar como un puente entre la sensibilidad liberal y un discurso de rechazo a “la casta política”. Una zona ambigua donde, sin declararlo, las simpatías suelen coincidir con los vientos que soplan desde el poder económico y mediático.
Ahora, frente a las cámaras de Trato Hecho, Maratea tendrá un escenario hecho a medida para lo que mejor sabe hacer: administrar el suspenso, el premio y la gratitud. Que el objetivo sea “dar” o “ganar” —según el caso— es apenas un detalle; lo importante, como siempre, será que el show continúe y que el protagonista no pierda nunca el centro de la escena.
