“Si vamos a la guerra, todos naufragaremos”

Por José Welschinger

Meir Margalit es analista del diario israelí Haaretz, Doctor en Historia y Coordinador de la oficina de América Latina en el foro de organizaciones del Centro para el Avance de Iniciativas por la Paz. Decepcionado por los resultados electorales en Israel, Margalit manifestó que el triunfo de la derecha anuncia la continuidad del conflicto armado: “El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu no sabe que en este país, ambos ganamos o ambos perdemos. Si vamos a la guerra, todos naufragaremos en el mismo bote”.

El analista y catedrático consideró escandaloso el llamado que días antes de las elecciones realizó Netanyahu, en el que alertó que “los árabes” estaban concurriendo masivamente a las urnas. “Además de deslegitimar el sistema democrático, esas declaraciones significan un hecho innegable de discriminación a los ciudadanos israelíes de religión musulmana”, sostuvo Margalit durante una entrevista en el programa “Mañana 1390”, de Radio Universidad de La Plata.

Así, explicó que en Israel se observa un desfasaje cognitivo: si bien la gente manifiesta intenciones de votar a algún partido que proponga una alternativa no belicista respecto de la cuestión palestina y la situación en medio oriente, al momento de los comicios los israelíes terminan definiéndose por la derecha.

Margalit informó que los votantes representaron cerca del 70% de la población empadronada. El partido de Netanyahu, Likud, obtuvo 30 de los 120 escaños del Parlamento, lo que equivale a decir que sólo un 25% apoya al actual primer ministro. Para alcanzar ese resultado, Netanyahu debió negociar con los líderes de la ultraderecha para conformar una coalición informal con otros cuatro partidos.

“El laborismo hace mucho adoptó un discurso derechista, con fines electoralistas”, aseguró Margalit. “Hubo una época en la que fuimos un país claramente humanista; hoy somos un país claramente militarista. Tenemos que hacer un esfuerzo conjunto para devolver el humanismo profético que está en las raíces de este pueblo, y para remover el derechismo que está causando tantos estragos a la comunidad internacional”, agregó en el micrófono de la radio de la Universidad Nacional de La Plata.

En ese camino recordó que “esquivamos hablar del fin de la utopía, no sólo en términos económicos sino también en cuanto a forma de vida. Se ha producido un cambio drástico a partir del 6 de junio de 1967, con la guerra de los seis días. Ese día empezamos la degeneración que nos condujo a la situación actual”.

Respecto de la importancia de esta cuestión para nuestro país, Margalit concluyó lo siguiente: “Las esquirlas llegan también a Latinoamérica, como se ha visto con el caso de la AMIA y la embajada de Israel. Nadie se salva de este conflicto”.

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Una victoria que preocupa a Medio Oriente

Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (d), deposita su voto en un centro de votación, durante las elecciones parlamentarias.
Primer ministro Benjamín Netanyahu.

Tanto Estados Unidos como la Unión Europea manifestaron su preocupación respecto del futuro de la paz en Medio Oriente, según expresaron en los mensajes que le hicieron llegar al Presidente reelecto Benjamín Netanyahu luego de reconocer oficialmente el resultado de los comicios en Israel. La canciller alemana Ángela Merkel declaró, por medio de su portavoz oficial, que “la mejor forma de garantizar la seguridad de Israel es en el marco de una solución de dos Estados”. En consonancia, el vocero de la Casa Blanca declaró: “Estados Unidos está profundamente preocupado por la retórica de polarización que pretende apartar a los ciudadanos árabe-israelíes», y luego agregó que Washington considera desde hace más de 20 años que la mejor opción para acabar con el conflicto está en el reconocimiento de la soberanía de un Estado palestino y un Estado de Israel.

Estas declaraciones no pasaron inadvertidas a Netanyahu, quien en los días previos a las elecciones hubiera asegurado que la solución de dos Estados quedaba descartada como vía hacia un proceso de pacificación. Variando su posición, el Presidente reelecto afirmó: «No quiero una solución de un Estado. Quiero una solución duradera y pacífica de dos Estados».

Mahmud Abbas, Presidente palestino, advirtió luego del polémico triunfo del Likud: «Estamos en nuestro derecho de ir a cualquier parte del mundo para realizar nuestro reclamo, de acuerdo con el Derecho Internacional».

“No queremos interferir en los asuntos internos de Israel, pero eso no implica que no nos preocupemos por los derechos de los árabes de Israel y por los del pueblo palestino. Esa sí es nuestra obligación», recalcó Abbas citado por la agencia de noticias palestina Maan.

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