Repudiados y con pedido de expulsión

Por Florencia Abelleira

“El chico ya había cambiado totalmente de hábitos. El menor ya venía con travestismos”, fue el argumento que utilizó el juez del Tribunal de Casación Penal bonaerense, Horacio Piombo, en una entrevista que brindó al diario La Nación para justificar el fallo que redujo la pena del hombre que violó al nene de seis años en San Martín. Todo indica que para Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, el otro camarista integrante de la Sala I de Casación Penal, la orientación sexual está directamente vinculada con los agravantes de una violación. Para el juez, el hecho pasó de tener una pena de seis años por ser un hecho “gravemente ultrajante”, a llevar una condena de la mitad de tiempo porque el menor advertía una supuesta “orientación homosexual”.

En este contexto, ayer por la tarde se reunieron en una asamblea más de cuatrocientos estudiantes de la Facultad de Derecho de La Plata. Organizaciones estudiantiles de distintas ideologías políticas ocuparon el segundo piso de la facultad y resolvieron exigirle a las autoridades que expulsaran a Piombo y Sal Llargués de sus cargos docentes. La respuesta fue que el Consejo Directivo realizaría una reunión extraordinaria en 48 horas. Pero eso no convenció a los estudiantes, que optaron por tomar por tiempo indeterminado el Decanato de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales “hasta que Piombo y Sal Llargués dejen sus cargos en la Facultad”. Pidieron, además, “que la  Facultad se pronuncie en repudio del fallo”, y votaron una movilización al Rectorado de la UNLP para hoy al mediodía.

También la Federación Universitaria de La Plata había organizado un escrache para las 16hs, horario en que Piombo dicta clases, pero el juez suspendió la clase.

todos los bloques de la Cámara de Diputados votaron un proyecto de repudio y reclamaron el inicio del juicio político a los magistrados.

Otros sectores del Estado también tomaron cartas en el asunto y repudiaron el fallo que baja a tres años la condena del violador. Por un lado, todos los bloques de la Cámara de Diputados  votaron un proyecto de resolución de repudio a la baja de la condena y reclamaron el inicio del juicio político a ambos magistrados.

Por otro, la Dirección de Derechos Humanos de la Universidad de La Plata publicó un comunicado en el que cuestiona el fallo: “Las apreciaciones sobre la existencia de una opción sexual por parte de un niño de seis años abusado en reiteradas oportunidades, y las justificaciones que de allí resultan para colegir que el daño producido en el niño no tiene la entidad suficiente para resultar gravemente ultrajante, resultan perversas y demuestran, una vez más, los límites y prejuicios sexistas y clasistas de la mirada judicial sobre una problemática tan grave como es la de los niños y niñas abusados sexualmente por adultos”.

Además, en el comunicado cuestionan la mirada patriarcal y homofóbica de los jueces y critican que funcionarios judiciales que son capaces de dictar un fallo como este sean docentes de la Universidad. “Es alarmante que aún hoy, magistrados del Poder Judicial interpreten la conducta de un niño víctima de abuso como una elección libre sobre su sexualidad, y, en consecuencia –y sumado a su supuesta orientación sexual– consideren que la victimización sufrida es menor, vulnerando los derechos del niño víctima y omitiendo los más elementales saberes sobre este tipo de delitos.”

 

Antecedentes

 

Para el magistrado Piombo, su fallo quiere usarse para armar un «circo romano» porque le quieren quitar la banca en el Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires. Pero la realidad indica que no es la primera vez que dicta fallos perversos como este.

En 2012, aprobó la libertad asistida para un hombre que había sido condenado por la violación de su hijastra de doce años. En 2011, junto con Sal Llargués, le bajaron la condena de 18 a 9 años de prisión a un pastor que había abusado de dos niñas de 14 y 16 años y que había dejado embarazadas porque, para ellos, se trataba de “mujeres que viven en comunidades en las que el nivel social acepta relaciones a edades muy bajas y que además poseían experiencia sexual”.

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