En medio de las tensiones con el ministro Mario Lugones, este martes se formalizó la renuncia de Cecilia Locciasiano como viceministra de Salud, oficializada con la publicación del Decreto 783/2025 en el Boletín Oficial, donde también se designó a Guido Giana, ex funcionario del PRO y hombre del entorno directo de Santiago Caputo en su poder.
En medio del rearmado de Gabinete, con la salida de Guillermo Francos y de Guillermo Catalán en la Jefatura y en Interior, el Ministerio de Salud también se reestructura con la llegada de Giana, quien ya venía trabajando en las sombras con Caputo. Hasta ahora se desempeñaba de manera informal como uno de los asistentes cercanos al asesor presidencial, registrandose multiples ingresos en Casa Rosada del ahora funcionario nacional.
Giana es un viejo conocido de Lugones, gracias al Sanatario Guemes, institución donde coincidieron ambos. Por un lado el ministro ocupó diversos cargos, siendo el último la presidencia de al Fundación Guemes, mientras que el flamante funcionario estuvo al frente de la Dirección de Administración y Finanzas del hospital.
El conector entre Caputo, Giana y Lugones, según consignaron diversos medios, es Rodrigo Lugones, hijo del Ministro quien sería amigo de Caputo y uno de los responsables de Move Group, consultora que ha realizado ya varios trabajados para La Libertad Avanza.
En el sector público, Giana fue gerente Económico-Financiero del PAMI bajo la gestión de Mauricio Macri y, previamente, funcionario del Ministerio de Desarrollo Económico del Gobierno porteño bajo la conducción de José Luis Giusti. A nivel territorial, tuvo un paso por la política municipal: fue concejal en Presidente Perón por el PRO durante la gestión de María Eugenia Vidal, donde intentó sin éxito posicionarse intendente por el vidalismo.
Además, poco antes de su asunción como viceministro, Giana fue vinculado mediáticamente a un escándalo en PAMI: según una denuncia, su nombre aparece como uno de los operadores de una licitación pública (N.º 12/25) por la compra de lentes intraoculares a precios hasta seis veces superiores al valor de mercado —la denuncia sostiene que se compraron unidades por aproximadamente $230.000 cuando su precio habitual rondaba los $35.000.








