Para los que piden trabajo, el macrismo sólo tiene represión

Por Fernando M. López

Mientras la desocupación bordea los dos dígitos y crece la cantidad de nuevos pobres como consecuencia de las políticas de ajuste del Gobierno de Mauricio Macri, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, da rienda suelta a la represión.

Manifestantes de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD) “Aníbal Verón” y organizaciones nucleadas en la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) fueron brutalmente atacados ayer con balas de goma, camiones hidrantes y gases lacrimógenos cuando finalizaban un corte sobre la autopista Buenos Aires-La Plata en reclamo de la continuidad de programas laborales y sociales.

“El piquete estuvo pautado de 12 a 15hs, y así se lo habíamos ratificado a las autoridades. Siendo la 14:50, mientras nos llamaban desde el Ministerio de Desarrollo Social para negociar, avanzó un cordón de gendarmes sin darnos tiempo a replegarnos. Cuando comenzaron a reprimir, algunos nos quedamos aguantando para que las compañeras con chicos y criaturas pudieran bajar de la autopista”, relató a Contexto Paulo Cerezuela, integrante de la CTD “Aníbal Verón”.

La Gendarmería actuó junto a la Infantería de la Policía bonaerense, que se encargó de perseguir a balazos a los manifestantes que respondían con piedras a la agresión de los uniformados.

“Nosotros fuimos a cortar para defender el trabajo, la continuidad laboral de los compañeros cooperativistas en el marco del programa Argentina Trabaja, que lo están vaciando, y del plan Barrios Bonaerenses, que lo van a cerrar. Pero, lejos de hacer políticas públicas, se lanzan a reprimirnos como si eso fuera a solucionar algo. Hay 450 mil personas que perdieron su trabajo en los últimos nueve meses. Mucha gente va a seguir volcándose a las calles”, sostuvo Cerezuela.

El dirigente social también repudió el comportamiento de los “medios gorilas”, que prepararon el terreno criminalizando la protesta sobre la autopista: “Lo peor fue lo de C5N, porque uno a veces piensa que está de este lado. Sin embargo, le dio letra al macrismo para que nos reprimiera. Un desastre”.

Durante las casi tres horas que duró el corte, los medios hegemónicos alimentaron la idea de que se trataba de un “violento piquete”, asegurando que los manifestantes atacaban y robaban a los automovilistas.

Lo que ocurrió en realidad fue que, cuando empezó el bloqueo de la autopista, a la altura del kilómetro 9, un mico no llegó a frenar y embistió a una camioneta que se encontraba detenida cerca del corte.

“La Kangoo salió despedida como si fuera un balazo y se llevó por delante a dos compañeros. A uno de ellos le pisó las dos piernas y tuvieron que hospitalizarlo. Algunos compañeros no entendieron lo que había pasado y se la agarraron con la camioneta, pero los sacamos rápidamente. No hubo ningún robo, y el micro estaba roto porque chocó de manera frontal con la parte trasera de la camioneta”, aclaró el Cerezuela.

Balas de plomo en Salta

Casi al mismo tiempo que Gendarmería y la Bonaerense reprimían sobre la autopista, la Infantería salteña arremetía contra los trabajadores azucareros en las inmediaciones del ingenio “El Tabacal”, cerca de la ciudad de Orán.

Si bien los funcionarios del gobernador Juan Manuel Urtubey intentaron minimizar el brutal accionar policial, hablando en medios como Télam de “algunas escaramuzas”, poco después trascendía que los efectivos no sólo habían utilizado gases y postas de goma, sino también balas plomo. salta

Desde el Sindicato de Trabajadores del Azúcar (STA) afirmaron que la Infantería disparó indiscriminadamente contra los obreros y sus familiares en momentos en que bloqueaban el ingreso a la planta, dejando un saldo de varios heridos.

En un comunicado de repudio, la CTA Autónoma también denunció la presencia de Gendarmería durante la represión y detalló que se registraron, al menos, “cinco trabajadores gravemente heridos, dos de ellos de bala de plomo que están fuera de peligro”.

Los azucareros salteños, en conflicto desde hace más de setenta días, demandan mejoras salariales y resisten los intentos de la empresa estadounidense Seaboard de imponerles un cuarto turno que recorta sus jornales.


 

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