Por Miguel Croceri (*)
Arte el asombro de la opinión pública internacional y la sorpresa para las/los propias/os protagonistas -tanto la gente común del pueblo como las dirigencias involucradas y la propia Cristina Kirchner-, y para desconcierto y furia de los enemigos externos e internos, la prisión -por ahora domiciliaria- y la proscripción de la líder peronista han abierto una nueva etapa de las disputas políticas en Argentina.
Desde el día en que la Corte Suprema de Justicia confirmó la canallesca condena (el martes 10 de junio), empezaron las protestas callejeras en Buenos Aires y en muchos otros lugares de todo el país, particularmente frente el edificio del barrio porteño de Constitución (calle San José 1111) donde vive la ex presidenta que es víctima del aparato judicial corrompido, las cadenas mediáticas dominantes, los poderes económicos locales y extranjeros, y demás factores de poder de aquí y del exterior.
Fue allí, delante de la vivienda de la líder/lideresa a la cual miles de personas fueron/van a mostrarle su amor, solidaridad y agradecimiento, donde empezó a cantarse nuevamente “A volver / a volver / vamos a volver”.
Pero el hecho más determinante que marca el punto de largada para el periodo que se abrió en la vida colectiva de la Nación, estuvo constituido por la imponente movilización popular en plaza de Mayo el miércoles 18 de junio, y sus expresiones equivalentes en el conjunto del territorio nacional.
Salvo excepciones, el porteñismo mediático oculta -también en esto, como lo hace cotidianamente respecto de cualquier asunto de interés público- lo que sucede en las provincias argentinas. Sin embargo, las marchas multitudinarias que ocurren en Buenos Aires por lo general tienen, y así volvió a ser esta vez, una expresión similar y propia, con sus singularidades, en decenas o quizás más de cien ciudades y localidades del país.
En estos días los sectores más politizados de la sociedad se empeñan legítimamente en preguntarse qué es lo que pasará de aquí en adelante, cuál desemboque político derivará de la novedosa situación, cómo será el futuro político de Cristina e incluso, llevando la ansiedad al extremo, se interrogan acerca de si ella volverá algún día a ser presidenta de la República o al menos se postulará al máximo cargo cuando haya recuperado la libertad.
Ella se anticipó a darle racionalidad a tanta expectativa generada. En el conmovedor discurso -grabado con su voz y desde su casa donde cumple prisión domiciliaria- que fue emitido por altavoces en Plaza de Mayo, dijo por ejemplo:
– “Quiero agradecerles a todos y todas las increíbles muestras de afecto en todos estos días. Me gustó escuchar el ‘vamos a volver’. No lo contábamos hace muchísimo tiempo”
– “El pueblo argentino demostró que si lo expulsan, también sabe volver. Volvió con Perón, con Néstor. Yo no sé qué me depara el futuro inmediato, no tengo una bola de cristal. Y ya he pasado por casi todo en esta vida. Viví una dictadura, múltiples intentos de saquear el país y dejar al pueblo sin derechos. Viví el esfuerzo y enorme sacrificio de Néstor y todo lo que nos costó construir esa década ganada. Viví un intento de asesinato y ha soportado este proceso judicial infame que se arrastra desde hace varios años y que llegó a su fin con la misma corrupción con la que empezó”.
– “Vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza. Desde donde me toque estar, desde la trinchera que sea, voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes, como ustedes han estado siempre junto a mí”.
– “Nosotros tenemos algo que ellos no tienen, por más plata que tengan. Tenemos pueblo, memoria, historia y patria. Vamos a volver una y mil veces porque los pueblos, finalmente, siempre vuelven”.
(Para ampliar estos y otros conceptos, puede verse una crónica del diario cooperativo Tiempo Argentino. Nota del 18/06/25).
Devastación día tras día
Javier Milei, el jefe -al menos formal e institucional- del régimen de ultraderecha que azota al país, quedó desplazado del centro de la escena política por primera vez en el año y medio que lleva en el poder. Fue relegado por la contundente respuesta popular y del conjunto de la sociedad civil democrática, ante la ratificación del encierro y proscripción de la principal dirigente opositora.
No obstante, el gobierno conserva por el momento su capacidad de daño. Diariamente toma decisiones que perjudican a la economía de las familias, al aparato productivo nacional, a los bienes e instituciones públicas forjados a lo largo de generaciones, a los recursos naturales del país, y a las propias libertades públicas y derechos democráticos.
La clave financiera del libertinaje capitalista consiste en aumentar de forma constante el endeudamiento de la Nación, lo cual quedará como una soga atada al cuello de las actuales y presentes generaciones de argentinas y argentinos. Con el ministro Luis Caputo como jefe de la política económica, Milei contrajo deudas por 45.000 millones de dólares en apenas un año y medio. En solo ese lapso superó lo que había recibido Macri en 2018 como pago por su canallesco pacto con el Fondo Monetario Internacional. (Detalle y análisis del periodista Leandro Renou en Página 12, nota del 15/06/25).
Como parte de la misma estrategia deben computarse, entre otras medidas recientes y cotidianas, las atribuciones inconstitucionales otorgadas por decreto para que la Policía Federal pueda realizar requisas a las personas y espiar las redes digitales sin autorización judicial.
La ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, al hacer el anuncio realizó otra de sus habituales puestas en escena propagandísticas, con el infaltable toque marketinero de poner nombres “atractivos” y pronunciar frases que buscan el impacto: “Hoy nace el Departamento Federal de Investigaciones (DFI)”, que será “el corazón de una nueva PFA (Policía Federal Argentina)”.
(El decreto crea una agencia de espionaje sin control parlamentario, advirtió el diputado nacional José Glinski, de Unión por la Patria. Dijo que el efecto no será “fortalecer la seguridad sino debilitar la democracia y profundizar una visión autoritaria”. Explicó que “con este decreto la Policía podrá hacer inteligencia sin causa judicial ni orden de un juez”, lo cual “viola la ley actual y borra de un plumazo los controles democráticos que tanto costó conseguir” después de la dictadura. Información del diario La Nación, nota del 18/06/25).
Otra decisión del régimen gobernante conspira contra la paz de la Nación y en consecuencia contra la tranquilidad y seguridad de las familias que la habitan/habitamos: consiste en involucrar a Argentina en las guerras de Medio Oriente, al menos en los discursos del oficialismo y en sus gestos públicos.
Milei, desde la campaña electoral de 2023 y sin ser criticado siquiera por su adversario peronista Sergio Massa, proclamó en aquel tiempo que su prioridad absoluta en las alianzas internacionales serían Estados Unidos e Israel. Cada día de su gestión llevó a la práctica esa estrategia. Pero en días recientes volvió a ratificarla después de que Israel atacara a Irán y recibiera represalias, dando comienzo a una guerra.
El presidente estaba justamente visitando al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, cuando este último dispuso agredir al país islámico, y allá el argentino lanzó sus primeros respaldos al atacante. Poco antes había anunciado que la embajada argentina sería trasladado de Tel Aviv a Jerusalén.
Tras su regreso, ya en territorio nacional, Milei declaró en una conversación televisiva que “soy aliado de Israel e Irán es enemigo de Argentina”, y además llamó “mi amigo Bibi” a Netanyahu (Crónica de Infobae, nota del 19/06/25). El premier israelí ha sido denunciado por autoridades y organizaciones de numerosos países como máximo responsable del genocidio contra la población palestina en Gaza. Así lo han hecho por ejemplo el mes pasado los gobiernos de Brasil, Chile y Colombia. (Reporte de la cadena pública británica BBC-Mundo, nota del 30/05/25).
Enfrentar a la maquinaria destructiva
El mileísmo sigue arrasando el bienestar de las personas, el poder de compra de los sueldos y jubilaciones, los puestos de trabajo, la industria nacional, el sistema educativo, la ciencia y la tecnología, los recursos productivos del país, las riquezas naturales, y ahora también amenaza la paz interior y la convivencia pacífica con todas las naciones del mundo.
Para enfrentar semejante maquinaria destructiva, el “Cristinazo” que comenzó el mismo día en que la Corte Suprema ratificó la condena contra la líder de la oposición y que tuvo su más alta expresión el 18 de junio en Plaza de Mayo, marca el comienzo de una nueva etapa de luchas políticas y sociales.
En este periodo, una clave del éxito sería que las fuerzas que compiten por el voto ciudadano para obtener cargos de representación en las instituciones del Estado, puedan articular su potencia recíproca con las infinitas protestas que tienen lugar diariamente en el pais por parte de los sectores más afectados por el régimen gobernante.
Si tal proceso virtuoso llegara a producirse, es decir si las luchas que se emprenden desde las bases de la sociedad tuvieron una conducción política acorde a sus intereses, eventualmente esa dinámica se reflejaría en los resultados electorales.
Pero en el medio, el peronismo y las demás fuerzas democráticas y populares deberán atravesar el filtro más difícil de la política partidaria profesional: el cierre de listas. Esto es, la definición de candidaturas en todos los distritos de Argentina y particularmente en la provincia de Buenos Aires.
En el ámbito bonaerense, primero habrá elecciones legislativas provinciales y de concejales municipales el 7 de septiembre, y luego por cargos de diputados nacionales, igual que en el resto del territorio nacional, el 26 de octubre. (Informe de El Destape, nota del 21/05/25).
Cuando se haya completado el cierre de listas, se podrá apreciar en qué medida se sostienen y fortalecen, o por el contrario vuelven a debilitarse, los gestos y acciones tendientes a la unidad que se pusieron en práctica tras la confirmación del encierro y proscripción de la líder del peronismo, entre dirigencias y sectores dispersos o directamente enfrentados.
Mientras tanto el “Cristinazo” toma de la forma de una movilización política en sentido amplio -en las calles y plazas, en los medios y las redes, y en todos los ámbitos de acción cívica colectiva incluso de la vida privada, laboral, etcétera de las personas-, que si bien en cualquier momento puede tener altibajos, por ahora sostiene actividades constantes.
Este viernes 20 -feriado nacional de conmemoración por el patriota de la independencia Manuel Belgrano-, el gobierno rodeó de vallas y policías la casa donde la ex presidenta cumple prisión domiciliaria, y en el marco de la tensión generada por la amenaza de violencia del oficialismo, la propia líder exhortó a que la concentración de gente se trasladara al Parque Lezama, no muy lejos de allí.
En dicho parque tuvo lugar un “Banderazo”, donde además se difundió otro discurso de Cristina, de forma similar a lo ocurrido dos días antes en Plaza de Mayo.
En esa segunda ocasión, ella dijo entre otros conceptos que “la patria, que no es ni más ni menos que el pueblo mismo, una vez más, necesita ser defendida. (…) Esta nueva etapa exige nuevas actitudes y exige también mucha sabiduría, mucha creatividad, mucha templanza y mucho pero mucho coraje, para organizar, para clarificar y para volver”. (Crónica de Página 12, nota del 21/06/25).
El gobierno de Milei mantiene su capacidad de daño, pero ya no es el único protagonista relevante en las disputas de poder.
El injusto encierro y proscripción contra Cristina Kirchner, planeados por poderes de facto locales y extranjeros y ejecutados por estructuras judiciales corrompidas, provocaron como respuesta una movilización política en las bases sociales y las dirigencias contrarias al régimen de extrema derecha antinacional, antipopular, pro-estadounidense y pro-israelí. Ahora las luchas populares volvieron a recuperar potencia y se va armando un contrapeso en las disputas para reorganizar el reparto de los poderes tanto democráticos como corporativos. Así se irá definiendo cuál será el modelo de sociedad en el que la mayoría de las argentinas y argentinos quieran vivir después de la traumática experiencia actual.
(*) Publicado en www.vaconfirma.com.ar