Lucha contra la «infodemia»: Las cien noticias falsas que desmintió el Estado durante la cuarentena

Al mismo tiempo que el gobierno del Frente de Todos continúa en plena lucha por preservar la salud de la población en medio de la pandemia, la batalla por afrontar la actual crisis también se libra en el plano de la comunicación y la información. Así lo demostró en los últimos meses el equipo anti noticias falsas coordinado por especialistas del CONICET, abocado a la tarea de desmantelar la circulación de información errónea respecto de la covid-19.

El equipo del CONICET trabaja codo a codo con la plataforma Confiar, donde se encargan de aportar información científica de rigor para despejar dudas sobre temas vinculados a la covid-19, así como de desmentir las noticias falaces que circulan tanto en los medios como en redes sociales. En la última semana, el equipo de científicos llegó al récord de cien noticias falsas desmentidas desde el inicio de la cuarentena.

En promedio, Ciencia Anti Fake News chequea la veracidad de entre cinco y siete noticias por semana. Una de las primeras que desmintieron, por ejemplo, fue la que circuló en cadenas de WhatsApp y que aseguraba que lavar las fosas nasales con solución fisiológica disminuía el riesgo de contraer la enfermedad.

«Entre las informaciones falsas más recurrentes podemos citar la aseveración de que el nuevo coronavirus fue creado en un laboratorio, o al supuesto pasaporte de inmunidad que da por hecho que la persona que estuvo expuesta al virus (que tiene defensas), ya no tendrá posibilidad de reinfectarse y este pasaporte entonces le asegura salir a trabajar sin problema. También la utilización de la ‘sustancia mineral milagrosa’ o MMS (dióxido de cloro) como la salvación para covid-19. Desde 2017, ANMAT prohibió su venta y comercialización pero desde la pandemia se comenzó a comercializar nuevamente en plataformas de venta online», dijo a Contexto Florencia Sabbione, investigadora del área de Inmunología en el Instituto de Medicina experimental (IMEX-CONICET) e integrante del equipo.

Con el correr de las semanas, el avance de la cuarentena y el mayor caudal de información que comenzó a gravitar en los grandes medios, la circulación de noticias falsas fue tomando cada vez más complejidad. «Notamos que algunas fake news se fueron perfeccionando con el paso del tiempo, por ejemplo, algunas de ellas cambiaron palabras que eran incorrectas por otras más adecuadas, más allá de que el contenido total seguía siendo erróneo o falso, y también incluso otras hasta incorporaron links a páginas oficiales reales como la CDC pero tergiversando el contenido original», dijo Sabbione.

Cabe resaltar que, más allá del riesgo sanitario inmediato que implica divulgar información falsa o distorsionada respecto de una enfermedad de la magnitud de la covid-19, las noticias falsas se convierten en ejes de tensión por el sentido de operación política que adquieren, puestas en contextos de disputa de poder. Además de una tarea de responsabilidad científica, desde el equipo del CONICET también sostienen el peso político y social que conlleva el manejo de información y, por consiguiente, su falsificación.

«Las fake news no son un fenómeno nuevo, ya las hemos visto proliferar en momentos claves, como en las elecciones o en el contexto de los movimiento antivacunas. Ahora estamos en un momento muy propicio para que estas fakes se multipliquen por mil, debido al miedo de la población a una enfermedad nueva y desconocida. Esta pandemia generó en la población un deseo de sobreinformarse y una ansiedad por entender todo lo relacionado al nuevo coronavirus. Creemos que esto creó las condiciones ideales para la infodemia, pandemia de infofalsedades según la OMS», indicó la especialista del CONICET.

En ese mismo punto se pronunció Antonia Portaneri, integrante del equipo de trabajo de la plataforma Confiar, dependiente de la agencia Télam, que decidió mantener el contacto directo con los investigadores para avanzar en el trabajo de «desarmar» noticias falaces.

«Partimos de la base de que el sentido común se construye y sobre eso tenemos que trabajar. Por eso esto es una responsabilidad política, por el lugar institucional en el que estamos. La información veraz, chequeada y genuina es algo importantísimo que ahora toma relevancia por lo extremo y excepcional de la situación», había afirmado Portaneri en diálogo con Contexto a comienzos de mayo, cuando la plataforma Confiar ya comenzaba a dar cuenta de la expansión de noticias falsas que comenzaba a instalarse en los medios y redes sociales.


 

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