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Los estudiantes universitarios se suman al ruidazo y le exigen a Vidal que “descongele” el boleto educativo

A pesar de que el gobierno de Cambiemos impulsó reiterados aumentos en el transporte -el último, aplicado el día de hoy-, el boleto educativo en la provincia de Buenos Aires quedó muy por debajo de lo estipulado por la normativa hasta que el gobierno de María Eugenia Vidal avance con las actualizaciones de los montos que se acreditan.

Sancionada en 2015, la Ley provincial N° 14.735 que establece el Boleto Educativo Gratuito y Universal en territorio bonaerense estipula en su artículo tercero 45 viajes mensuales a universitarios y 50 a secundarios, que reciben cada mes una carga en sus SUBE. Sin embargo, esta acreditación, como advierten los estudiantes, quedó congelada, y lejos de cubrir esa cantidad de viajes alcanza sólo para el 40%.

“Cada vez que se aumenta el boleto, debe aumentarse el monto que se acredita en la SUBE, pero eso no sucede ni siquiera de forma automática”, explicó Gisela Cernadas, presidenta de la FULP, quien destacó que este monto sólo sube cuando la comunidad educativa se moviliza.

Actualmente son aproximadamente 528 pesos los que se acreditan en las SUBE, un número menor si se tiene en cuenta que hoy el boleto de colectivo va desde 17,70 hasta 22,20 según el tramo, y que en marzo habrá un nuevo aumento, el tercero de 2019: el mínimo será de 19,20 y el máximo de 24,20.

Según calculan desde la FULP, para estar actualizado el monto debería ser de al menos 945 pesos. En este marco, los 528 pesos representan “un recorte del 40% sobre un derecho que los estudiantes conquistamos”, consideró Cernadas, quien destacó que “es una falta de respeto cuando hay estudiantes que se están quedando fuera de las aulas por no poder pagar un boleto”.

En ese marco, Lucas Giudi, referente de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y vicepresidente de la FULP, destacó que en cada facultad “las aulas se vacían cada vez más rápido. Hay una falta de recursos para solventar todos los gastos de fotocopias, viaje, traslados y comida. También los tarifazos, la suba de los alquileres, todo esto genera que estudiar sea cada vez más difícil”.

“No alcanza porque con el ajuste que impone el gobierno, sumado a los recortes del presupuesto en estos programas para hacer más inclusiva la Universidad, ya no alcanza, sólo le alcanza al que se toma un micro”, sostuvo Guidi, quien consideró el montó actual como “un paliativo” a los gastos.

Uno de los principales programas de incentivos para los estudiantes era el PROG.R.ES.AR., que corrió con la misma suerte que el boleto. Hace tan sólo unos días, el Ministerio de Educación lanzó las convocatorias 2019 y, a pesar de la escalada inflacionaria, los montos serán los mismos que en 2018. “Pasa a ser una beca en vez de un programa para todos, con el requisito de cumplir con más materias, volviéndolo más elitista”, destacó el referente de la JUP.

“Mantener los ingresos del PROG.R.ES.AR. en los valores de 2018 es plantearles, a quienes gracias a esta política de inclusión habían vuelto al sistema educativo, que son prescindibles”, consideró en tanto la diputada nacional Laura Alonso, exsubsecretaria de Políticas Universitarias, quien instó a “rever esta situación”.

“No sólo por la falta de sensibilidad, también por la falta de sentido estratégico. No se construye un país condenando a la exclusión económica, social y educativa a amplios sectores de la sociedad”, concluyó la legisladora de Unidad Ciudadana.


 

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