Los chicos en los hospitales, por su nombre

Apoyado por varias instituciones locales, provinciales y nacionales, el proyecto que propone que los pacientes pediátricos sean llamados por su nombre, y no por el número de cama que ocupan en los hospitales o por las patologías que padecen, fue aprobado ayer sin modificaciones por la Comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados bonaerense.

El año pasado, la iniciativa impulsada por la biblioteca popular «Del otro lado del árbol» y nacida del Encuentro de Asociaciones de Salud de la ciudad de La Plata había conseguido la media sanción en el Senado provincial. Con la aprobación de ayer, se acordó su pase a la Comisión de Asuntos Constitucionales a la espera de una resolución favorable para la sanción definitiva.

“Creemos que tiene que salir, porque es una ley amigable que pretende mejorar la calidad de vida de los pacientes pediátricos, humanizando la salud pública y sin necesidad de un presupuesto especial”, indicó a Contexto Paula Kriscautzky, encargada del espacio.

El proyecto fue presentado el año pasado, impulsado por los senadores Luciano Marini y Cristina Fioramonti, y “es el resultado de distintas reuniones entre asociaciones de salud locales, en las que nació la idea de colocar un simple cartel con el nombre y el apellido en las camas”, explicó Kriscautzky, para identificar al paciente sin la necesidad de recurrir a un número.

A pesar del apoyo inicial y de la simpleza de la iniciativa, en la Cámara de Diputados inicialmente “fue rechazado en la Comisión de Salud porque, según nos explicaron, no se puede legislar sobre cuestiones éticas”, pero este proyecto excede esa idea, que es la de mejorar aunque sea un poco una situación compleja no sólo para el paciente, sino para todo su entorno familiar.

Hoy por hoy, “hay una formación que deshumaniza la práctica de la medicina, y hay una pata muy floja en cuanto a la relación médico-paciente en cuestiones tan básicas como la charla con la gente”, añadió la gestora de la biblioteca popular que se encuentra en Parque Saavedra.

“Existe una situación fundamental, ya que ni siquiera está instalado el debate sobre la comunicación de los diagnósticos” en la medicina, aseguró Kriscautzky, una realidad que busca subsanarse aunque sea en aspectos mínimos mediante la aprobación y aplicación de este tipo de leyes.

Sin embargo, “cuando confluyen las dos líneas, la del médico con gran trayectoria y experiencia y la sensibilidad en el trato humano, la diferencia es notable”, y aporta al mejoramiento de la calidad de vida, agregó Kriscautzky.

El proyecto

La iniciativa establece entre sus artículos “la obligación a los efectores públicos y privados de salud situados en la Provincia de Buenos Aires, de identificar las plazas hospitalarias en las que permanezcan internados pacientes pediátricos, por el nombre y apellido de los niños que ocupen las mismas, durante su permanencia en tales establecimientos”.

Entre sus fundamentos se destaca que aquel niño que transita por una circunstancia de enfermedad “tiene como derecho primero ser llamado por su nombre propio y ser respetado de manera íntegra. Nadie por estar enfermo se convierte en la patología que lo afecta, nadie se transforma en un número frío y despojado de humanidad”.

Básicamente, la propuesta “facilita el reconocimiento de los niños y niñas que están siendo atendidas y hace concreto el ejercicio de su derecho a la identidad”, cristalizando el paso entre aquella “identidad oficial y la identidad real que implica el ejercicio del derecho consagrado en las normas”.

Entre las instituciones que adhieren a la iniciativa “A los chicos por su nombre” se encuentran el vicepresidente de la Sociedad de Medicina Interna de La Plata, jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Medicina Interna de la Universidad Nacional de La Plata, instructor de residentes de Clínica Médica del Hospital San Roque de Gonnet, doctor Efrain Salvioli, el Foro por los Derechos de la Niñez, la Adolescencia y la Juventud de la Provincia de Buenos Aires, Abuelas de Plaza de Mayo, ATE, H.I.J.O.S. La Plata y diferentes organizaciones de salud, bibliotecas populares, cátedras y entidades políticas de la provincia.


 

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