Lanata mintió en su carta a Cristina

Por Alberto Moya

Luego de que la presidenta Cristina de Kirchner tuviese otra intervención acerca del rol de la prensa en la política, Jorge Lanata le envió una carta abierta que merece ser corregida.

Dice el ex director de Página/12: «Y encabezamos las campañas internacionales por el regreso al país de Juan Gelman, entre otros…”.

Gelman lo recordaba de otro modo y, como ya no está para desmentirlo, es justo traer su palabra: «Un juez que hizo carrera bajo la dictadura me bajó la prisión preventiva y no pude volver cuando los militares se fueron. Horacio Verbitsky venció esa barrera. Me incorporó a Página/12 cuando estaba yo exiliado en París y así conocí el privilegio de haber colaborado en el primer número”.1

No es la primera vez que Lanata se atribuye logros de Verbitsky, como cada vez que rememora como propias las investigaciones sobre los guardapolvos de Bauzá, el Swiftgate, el Yomagate y la leche podrida de Miguel Ángel Vicco. Ya se había enancado en el poeta cuando a Alfredo Leuco conjugó en plural «trajimos a Gelman».2

Pero fue Verbitsky quien desarrolló la campaña para garantizar que Gelman pudiera regresar a la Argentina sin riesgo de prisión.

Reprodujo en Página/12 lo escrito por el novelista Graham Greene, quien en sus últimos años de vida, ya enfermo, escribió que Gelman representaba “un doloroso ejemplo de las paradojas de hoy”, en referencia al “perverso pasado argentino” y lo que Verbitsky llamó “persecución” del juez Guillermo Pons.3

No sólo desde Gran Bretaña, también en Italia le preguntaban al entonces presidente Raúl Alfonsín por qué los represores caminaban libres en tanto –agregó Verbitsky– el poeta continuaba su forzado exilio.4

Cuando trece diputados del Parlamento europeo hicieron saber a los titulares de los bloques del Congreso argentino “el asombro y la preocupación causada por la situación de Gelman, cuya obra simboliza la unión de la poesía y la lucha por la liberación en América Latina”, Verbitsky se preguntó si habría que esperar al cambio de presidente para que el “mayor poeta argentino viviente” pudiera venir a averiguar qué fue de su hijo, nuera y nieto desaparecidos.5

El día en que publicó esa columna, a la tarde, las Madres en la Plaza leyeron un poema de Gelman; y el juez concedió la eximición de prisión pero con una caución de muchísimo dinero. Verbitsky (y no Lanata) se presentó ante el Poder Judicial, con el patrocinio de Carlos Auyero, para decir que “atento a las calidades personales de uno de los más reconocidos poetas vivientes de lengua española, por cuya situación se han interesado en todos los países de Occidente, la eximición deberá otorgarse bajo caución juratoria”.

Durante esa puja destacó el rol de la Justicia en la transición, con el Juicio a las Juntas, el esclarecimiento de secuestros y asesinatos por el juez Martín Irurzun, Alberto Piotti y Juan Cardinali, el desbaratamiento de bandas terroristas y de narcos por el juez Juan Ramos Padilla, la detención de un criminal nazi por los jueces Vicente Bretal y Gustavo Becerra Ferrer, el reconocimiento a los divorciados por parte de la Corte, la restitución de niños por varios jueces, como el mismo Pons…6

En una semana, consiguió que la Cámara le diera la razón: Gelman podría regresar con sólo dar su palabra de que se presentaría cada vez que fuese convocado, con permiso para regresar a Europa cuando lo requiriese su trabajo en la UNESCO. Recordó que la Cámara era la que había juzgado a las Juntas, aunque con los cambios de Horacio Cattani, Carlos Tozzini, Raúl Zaffaroni y el secretario Horacio Vigliani, quienes dieron “una nueva manifestación de independencia, oxígeno imprescindible para la respiración de una sociedad libre”.7

Verbitsky mantuvo ese cuidado por el amigo durante años, como cuando hubo que dar detalles de avances en la investigación sobre la desaparición del hijo del poeta.8

Sólo una quincena después, Lanata escribió acerca de Marcelo Gelman.9 Puede hallarse esa nota en su libro Vuelta de Página, donde apenas menciona al poeta en cuanto referente, al igual que en Argentinos, como al pasar.

Otro era el recuerdo sentido que Juan relatara en privado o en la Feria del Libro, una memoria que trascendía a un Lanata que ya no estaba ni en el corazón del poeta, siempre agradecido a quienes en verdad se jugaron por él.


NOTAS:

3 Horacio Verbitsky, «El perverso pasado argentino», en contratapa de Página/12 del 28 de octubre de 1987.

4 Horacio Verbitsky, «Astiz y Gelman», en Página/12 del 15 de diciembre de 1987.

5 Horacio Verbitsky, «El poeta y los asesinos», en Página/12 del 31 de diciembre de 1987.

6 Horacio Verbitsky, «¿Qué poeta tiene 80.000 australes?», en Página/12 del 2 de enero de 1988.

7 Horacio Verbitsky, «Aquella Cámara», en Página/12 del viernes 8 de enero de 1988.

8 Horacio Verbitsky, «La ciudad negra», en Página/12 del domingo 24 de diciembre de 1989.

9 Jorge Lanata: «Poemas en una libreta», en Página/12 del 7 de enero de 1990.

10 «Mi amigo Juan», en suplemento Radar Libros del 9 de mayo de 1999.


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