Por Héctor Bernardo
El resultado en las presidenciales en Bolivia es la crónica de una derrota anunciada para el campo popular. El enfrentamiento entre el presidente Luis Arce y el ex mandatario Evo Morales (este último proscrito por el actual gobierno), destruyó toda expectativa de continuidad del proceso transformador iniciado en 2006 y que fue interrumpido por el golpe de Estado de 2019.
Dos grandes preguntas flotan en el aire: ¿Podrá el proyecto popular reconstruirse y volver a disputar el poder político en Bolivia? De ser así, ¿cuánto podrá tratar ese proceso? Mucho se podrá especular sobre ello, lo cierto es que los procesos y los tiempos de los pueblos son impredecibles.
El resultado
El pasado domingo 17 de agosto se realizaron las elecciones generales en el Estado Plurinacional de Bolivia. Los resultados definitivos tardarán alrededor de cuatro días, pero mediante un conteo rápido el gobierno pudo anunciar los resultados preliminares.
El primer dato es que ningún candidato superó el 40% de los votos, ni el que quedó en primer lugar obtuvo una ventaja mayor al 10% sobre el segundo, por lo cual la presidencia se definirá en una segunda vuelta que se realizará el 19 de octubre.
Lo que sí quedó definido fue la composición de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) donde la derecha quedará con una amplia mayoría.
Los dos candidatos más votados que participarán de la segunda vuelta son representantes de la derecha: Rodrigo Paz Pereira, el candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y Jorge “Tuto” Quiroga, de la Alianza Libre.
Según los datos suministrados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), con el 90% de los votos escrutados durante el conteo rápido Paz Pereira obtuvo el 32,02% y Quiroga el 26,08%. Los dos candidatos de derecha hablaron contra tienen un discurso de característica neoliberales.
El oficialismo tenía dos candidatos: el presidente del senado Andrónico Rodríguez, quien quedó en cuarto lugar con el 8,2% y el ministro Eduardo del Castillo quien quedó en sexto lugar con el 3,2%.
El ex presidente, Evo Morales, quien se encuentra proscripto, llamó a anular el voto, postura que alcanzó el 19% de padrón.
La segunda vuelta
Para entender los resultados y sus alcances, Contexto habló con Ariel Basteiro, ex embajador argentino en Bolivia, quien señaló que “lo primero que hay que destacar es que las encuestas en Bolivia no son confiables. Ninguna daba como candidato con mayor intención de voto a Rodrigo Paz Pereira”.
Basteiro aclaró que “Paz Pereira es alguien que viene de una familia presidencial, es hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989 – 1993) y primo Víctor Paz Estenssoro que también fue presidente (1985 -1989) y, a pesar de haber sido alcalde de Tarija y senador, representa la cara de la renovación de la política en Bolivia”.
“Desde mi punto de vista, Paz Pereira es un candidato de centro (o de centro derecha). Aunque creo que él no se percibe así, sino más del centro hacia la izquierda”, sostuvo el ex embajador.
Por último, Basteiro detalló: “Evo llamó al voto nulo, que en Bolivia históricamente es del orden del 9 o 10%, es decir que su postura obtuvo otro 10% y queda posicionado como el representante de la izquierda dado que los porcentajes que obtuvieron tanto Andrónico como Eduardo del Castillo son muy bajos y se les va a hacer muy difícil volver a tomar un lugar de importancia”.
En contraparte, cabe aclarar que Jorge “Tuto” Quiroga quien fue vicepresidente (1997 – 2001) del gobierno de Hugo Banzer, quien había impuesto una dictadura entre 1971 y 1977, y luego, tras ganar las elecciones, volvió a la presidencia entre 1997 y 2001. Tras la renuncia de Banzer en 2001, Quiroga asumió la presidencia por un año (agosto de 2001 – agosto de 2002).