La utilización del bambú en la construcción de drones

Por Gabriel Di Battista

Uno de los responsables del trabajo es Gustavo Juárez, doctor en Tecnologías de la Información, director del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán. “Estamos apuntando a un producto final que sea utilizado por las comunidades de pueblos originarios. Ellos están con subsidios para la capacidad de compras de drones, pero ante los siniestros la tasa de recuperación del equipo se hace muy larga”, expresó Juárez en el programa «Argentina Investiga» que se emite en Radio Universidad Nacional de La Plata. La idea apunta a que las mismas comunidades puedan fabricar y reparar las estructuras de bambú y tengan los equipos volando en poco tiempo.

Con respecto al uso de carbono como material, se detectó que las mayores roturas se dan en las estructuras y en las hélices. El bambú es muy fácil de obtener: se lo encuentra al costado de las rutas, en los campos y en las montañas. El tipo de caña está al alcance de la mano de los productores, y su duración (si no sufre incidentes serios) depende del proceso de secado, pero por lo general tiene una vida útil muy larga.

Las aplicaciones más comunes están dedicadas a los cultivos de pueblos originarios. “En el norte argentino, en la ganadería, hay una problemática de los pueblos originarios de cuidado de ganado en corrales o a campo abierto –en campo abierto se da mucho la pérdida de ganado–, y estos dispositivos sirven para su ubicación”, precisó el docente de Exactas. También se utiliza para ubicar vicuñas y hacerle un seguimiento de trazabilidad.

Autonomía de vuelo

Juárez establece una diferencia entre diferentes puntos de la provincia. El lado oeste, sector de cadenas montañosas (Sierras de Quilmes) que generan una corriente ascendente cálida, sirve “para desarrollar drones con otras especificaciones estructurales. El desarrollo de drones de ala volante, donde pondremos a volar un ala en lugar de un multirrotor, nos permite hacer un vuelo que nos eleve y podamos reducir el uso del rotor. Esta característica nos permite volar aproximadamente unos 140 km, setenta de ida y setenta de vuelta”. En la parte este, las características son diferentes y las estrategias a seguir cambian. El dron de bambú tiene un tiempo de vuelo de entre veinte y treinta minutos. Dentro de este tiempo se debe considerar el vuelo de retorno”.

Capacitación

Las capacitaciones están orientadas en dos direcciones: destinada a los pueblos originarios, con visitas a las escuelas rurales donde se les brinda a los jóvenes de las secundarias clases de aviónica. También hay un trabajo conjunto con la Universidad Nacional de Córdoba y la UBA para integrar placas controladoras de vuelos fabricadas y la programación e integración de la electrónica. Para los estudiantes, estas enseñanzas pueden ser una potencial salida laboral.


 

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