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La crisis golpea a la industria láctea: quiebra La Suipachense y 143 familias quedan en la calle

La caída de La Suipachense dejó 143 puestos de trabajo perdidos y expuso el impacto que atraviesa el sector lácteo, que en pocos días sumó también el cierre de ARSA. Entre plantas frenadas, sueldos adeudados y comunidades afectadas, la actividad enfrenta un momento crítico.

La crisis económica y la destrucción del aparato productivo sumaron una nueva víctima. La tradicional empresa láctea La Suipachense, una firma con más de 70 años de trayectoria en el país, fue declarada en quiebra y dejó sin empleo a 143 trabajadores y trabajadoras en la localidad bonaerense de Suipacha. La noticia vuelve a exponer el impacto del modelo económico del gobierno de Javier Milei, que prioriza la especulación financiera por sobre la producción y el empleo.

La empresa atravesaba desde hace meses una situación crítica con salarios impagos  y parálisis de actividades. Frente a ese escenario, los trabajadores sostuvieron 84 días de acampe en defensa de sus puestos de trabajo, resistiendo para evitar el cierre.

“La empresa está en Suipacha, una localidad pequeña cercana a Chivilcoy. Se conoce Suipacha por La Suipachense. Nos encontramos 84 días en un acampe fuera de la fábrica aguantando y tratando de cuidar la empresa y esta semana cayó la quiebra, que era algo que esperábamos porque era una empresa que estaba concursada y después hubo una deuda post concursal que hizo este grupo”, afirmó el secretario General de Atilra (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina) seccional Chivilcoy, Cristian Fenoglio.

El dirigente también describió el impacto local del cierre: “Hoy estamos también en el acampe acompañando a los compañeros que desde julio que no cobran el salario. La comunidad de Suipacha se está desangrando. Es lo que se ve y lo que nos dicen los habitantes de ese pueblo”, agregó en diálogo con la radio AM 750.

La resolución judicial fue contundente. Según consta en el expediente, “el Juzgado Civil y Comercial N°7 de Mercedes dispuso la inhabilitación de la compañía, la clausura del establecimiento, la inhibición general de bienes y la incautación de su documentación contable”. A su vez, el administrador del grupo venezolano Maralac, Jorge Luis Borges León, fue inhabilitado para ejercer funciones comerciales por un año y deberá contar con autorización judicial para salir del país.

La caída de La Suipachense ocurre apenas días después de la quiebra de ARSA (Alimentos Refrigerados S.A.), otra histórica empresa del sector lácteo que fabricaba productos SanCor y que estaba administrada por el mismo grupo extranjero. El hundimiento de ARSA dejó a otras 400 personas sin empleo.

La principal planta de ARSA, ubicada en Lincoln, empleaba a 180 trabajadores, mientras que otros 200 trabajaban en su establecimiento y centro de distribución en Córdoba. La firma abastecía a 70.000 comercios en todo el país mediante una red logística que alcanzaba a 165 distribuidores. El cierre no solo impactó en las familias trabajadoras, sino en proveedores, transportistas y cientos de pequeños comercios que dependían de su producción.

La semana pasada, el juez comercial Federico Güerri ordenó la liquidación final de la empresa y el cierre definitivo de todas sus instalaciones. La medida dejó a toda la estructura productiva paralizada, profundizando un escenario de crisis para la industria láctea que ya llevaba meses sin señales de recuperación.