Grave desfinanciamiento del programa de Educación Sexual Integral en escuelas

Mientras la agenda mediática instala la persecución política del gobierno a la oposición como tema central, las políticas económicas de ajuste siguen su curso. En este caso, el Observatorio de Derechos Humanos (ODH) denunció la grave reducción este año del curso de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas respecto de 2015.

Según sostiene el organismo, durante 2015 las capacitaciones se realizaron en 14.000 escuelas de diez provincias distintas. En 2017 llegaron a 500 escuelas en solo dos provincias. En relación con los cursos dictados online, la cantidad de docentes fue de 16.914 en 2015 y de 4.450 en 2017.

Con respecto a la inversión total de dinero informada por el propio Ministerio de Educación, los números son: $55.755.738 en 2015, $27.662.623 en 2016 y $43.211.136 en 2017.
Se trata de una baja de 12 millones de pesos para el programa que apunta a impartir educación sexual en articulación de campos como el médico, el psicológico, el social, el afectivo y el ético. El desfinanciamiento, además, conlleva un cambio de paradigma en el espíritu del espacio, pasando de un tratamiento integral de índole social y cultural, a otro estrictamente biologicista.

“Es grave. El objetivo del programa, fundado en la Ley de Educación Sexual Integral de 2006, se direccionaba a poder llevar a todas partes del país este tipo de conocimiento y formación, y dejar de lado el paradigma médico que solo apuntaba a la genitalidad y las cuestiones reproductivas para avanzar a un paradigma más amplio que contemple las distintas subjetividades”, dijo a Contexto Wilma Martínez, abogada e integrante del ODH, que esta semana hizo el pedido de información del estado del programa ante el Ministerio de Educación de la Nación.

“La ley busca llegar a una sociedad con mayor entendimiento de un tema que aun hoy es tabú y que está atravesado por temas fundamentales en la actualidad, como las discusiones de género y diversidad. En el curso también se abordan temáticas vinculadas con lo estereotipos sociales, por eso es nuestra preocupación”, agregó Martínez.

Cabe destacar que el equipo actual del Programa Nacional ESI en el Ministerio cuenta con sólo diecisiete trabajadores. Es una planta muy reducida, teniendo en cuenta que debe implementar los contenidos curriculares en todo el país.

Las capacitaciones presenciales para docentes de todo el país llegaron a 55.000 docentes en 2015 y 1.050 en 2017.

La abogada de la ODH explicó: “Hay que señalar que desde muchos sectores hay resistencia a impartir estos conocimientos en la escuela, que la sexualidad es un tema que se debe abordar ‘en el ámbito privado’. Lo que sucede es que, si indagamos, vemos que estos temas no son tratados en el ámbito familiar. Si, además, se debilita la presencia del Estado, estamos en una situación muy grave”.

A través de un comunicado, el ODH de Buenos Aires manifestó la “profunda preocupación por los datos informados desde el Ministerio de Educación de Nación, ya que la ESI constituye un aporte fundamental a la sociedad, que incluye a la subjetividad como dimensión inseparable en la sexualidad”.

Tal como el mismo Ministerio lo expresó, el programa nacional ESI colabora en “destejer la violencia de género, en promover la valoración positiva de la diversidad, en prevenir las situaciones de abuso y maltrato a niños y niñas, los embarazos no planificados por los y las jóvenes, y al mismo tiempo garantizar la posibilidad de seguir estudiando de madres y padres adolescentes”.


 

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