¿“Frente ciudadano” o “ciudadanos frente al ajuste”? Dos claves para entender la apuesta de Cristina

Por Nicolás Forlani

En su reaparición en la escena política tras la derrota electoral del Frente para la Victoria (esto es, en el acto político que tuvo lugar en las inmediaciones del Poder Judicial Comodoro Py en abril), la ex mandataria exhortó a la conformación de un “frente ciudadano”. Por las implicancias en la coyuntura política actual, el discurso de CFK merece ser analizado desde dos ángulos conceptuales: la articulación y el antagonismo.

El concepto de frente nos remite a la noción de lo diverso, la articulación de lo heterogéneo, de lo distinto. Resulta, no obstante esa aproximación general, complejo de definirlo ónticamente, como lo que debe ser, de una vez y para siempre. Es que es justamente allí, en esa incapacidad fundante de precisar su contenido, su significado, que este significante (Frente Ciudadano –FC–) cobra fuerza política. El carácter vacío del FC (para decirlo en los términos del politólogo Laclau) habilita una articulación potencial de todos aquellos sectores (trabajadores, estudiantes, jubilados, productores, empresarios) afectados por las políticas neoliberales en curso.

No los unen necesariamente los mismos intereses, pero comparten cada vez de manera más creciente una lectura crítica en torno a las medidas gubernamentales del frente Cambiemos. Es decir, aparece aquí con fuerza la idea de equivalencia, pues todos estos sectores comienzan a percibir en la ortodoxia de la política económica las causantes de sus males (caída del mercado interno, despidos masivos, merma del poder adquisitivo, quita a la moratorias de los jubilados, tarifazos, menor presupuesto en educación y salud, etcétera).

Es en estos términos que la apuesta por un Frente Ciudadano, propuesta que probablemente los militantes de la izquierda (y aun sectores del propio kirchnerismo) interpreten como liviana, reformista y carente de sentido revolucionario, adquiere ímpetu de disputa de poder. En una suerte de juego del lenguaje, invirtiendo sus conceptos, tal vez se exprese con mayor claridad el envite –el conflicto a la que invita o desafía: Frente Ciudadano / Ciudadanos frente al sesgo neoliberal y conservador del partido gobernante.

Semejante apuesta parece tener un sólido anclaje material, por lo menos en lo que refiere al impacto inicial de las medidas del gobierno de Mauricio Macri. A la pérdida salarial ocasionada por la devaluación y el fuerte impacto inflacionario del primer semestre de gobierno, se le ha sumado la caída del mercado interno y los desequilibrios en el sector pymes (estos últimos, gravemente afectados por el brutal aumento de las tarifas de luz y gas).

Imprimirle a esta realidad objetiva movilizaciones políticas de magnitud es la tarea –si tienen las fuerzas (aun fragmentadas y divididas)– del amplio campo popular. Sólo en unidad en la acción, en otros términos, únicamente bajo el armado de un gran frente podrá el campo popular disputar el poder estatal, hoy vestido de “amarillo” y bajo el auspicio de un revanchista “club ceomediático” pro imperial.


* Licenciado en Ciencia Política. Becario CONICET. Doctorando en Estudios Sociales en América Latina, CEA, Córdoba.

SECCIONES