Embajador palestino: “Hay 350 niños palestinos prisioneros en cárceles israelíes”

La liberación de la joven Ahed Tamimi puso en primera plana un caso que es símbolo de la realidad que el pueblo palestino vive desde hace décadas. Tamimi, de diecisiete años, permaneció ocho meses presa en una cárcel del Estado de Israel por haberle dado una cachetada a un soldado israelí que acababa de dispararle a su primo.

Contexto charló con el embajador del Estado de Palestina en Argentina, Husni Abdel Wahed, para entender el marco general en que se dio el caso de Ahed Tamimi, las implicancias de la ley que declara a Israel como “Estado nación del pueblo judío” y el silencio de la comunidad internacional y los medios hegemónicos sobre los crímenes del gobierno de Benjamín Netanyahu.

¿Qué representa el caso de Ahed Tamimi?
Lo que sucedió con Ahed Tamimi no es un caso aislado, está dentro del contexto de lo que significa la ocupación israelí. Es parte de una política diaria, una política sistemática de las fuerzas de ocupación israelí que incluye la violación de la privacidad de las casas, la usurpación de la tierra y la represión de las personas.

¿Por qué ese caso en particular tomó tanta trascendencia?
El caso de ella fue filmado y se viralizó, pero la realidad es que hay muchos y muchas Ahed Tamimi en Palestina y no son conocidas sus historias. Israel es único país del mundo que redujo a doce años la edad de los niños que pueden ser sometidos a juicios en tribunales militares. Por supuesto que se trata de una norma aplicada a los niños palestinos, no a niños israelíes. Decidieron que los niños palestinos de doce años pueden ser sometidos a tribunales militares cuando en realidad deberían estar jugando, estudiando, haciendo la vida normal que hace cualquier chico de esa edad. Pero son juzgados y encarcelados por una bofetada o por lanzar una piedra.

¿Está es una política sistemática?
Hay más 350 los niños palestinos prisioneros en cárceles israelíes. Además, si tomamos como punto de partida la Guerra de los Seis Días, que en 1967 terminó con la ocupación de los territorios palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, hasta la fecha, es decir, a lo largo de estos 51 años de ocupación israelí, ha habido un millón de presos políticos palestinos. Un millón de presos políticos de una población que no supera los 4,8 millones. Es decir, no hay familia palestina que no tenga, al menos, uno de sus integrantes que no hayan pasado por esta experiencia. Entre ellos, decenas de miles de niños. Hay muchos niños palestinos que han sido encarcelados, pero muchos otros han sido asesinados.

¿La represión está focalizada en los jóvenes?
El pueblo palestino es un pueblo muy joven. Cerca del 60% de la población es menor de treinta años. Un pueblo con empuje, con mucha voluntad, y siempre los jóvenes son los más desafiantes.

Hay una tesis israelí-norteamericana en la que tanto John Foster Dulles (exsecretario de Estado norteamericano) como Golda Meir (exprimera ministra israelí) decían, respecto de los palestinos, que “los viejos morirán y los jóvenes olvidarán”. Es cierto que los viejos podemos morir, pero cada día queda más claro que los jóvenes no olvidan. Esta es la garantía para que el pueblo palestino recupere sus derechos.

Es fundamental entender que Ahed Tamimi, como sucede con todo el pueblo palestino, fue reprimida por su resistencia pacífica. Esto hay que tenerlo siempre muy claro, la resistencia palestina es pacífica.

Recientemente, el Parlamento de israelí aprobó una ley que declara a Israel “Estado nación del pueblo judío”
En los últimos años el Parlamento israelí ha aprobado 51 leyes que consagran la discriminación contra el pueblo palestino. Hay que entender que el sionismo es una ideología racista. El Estado de Israel es producto de esa ideología y, por lo tanto, es lógico que sus leyes también sean racistas.

Esa ley es la culminación de un proceso de fascistización de la sociedad israelí. No es sólo una ley antipalestina, sino antihumana. Allí se plantea que el derecho a la autodeterminación es exclusivo de los judíos, los no-judíos no tienen derecho a la autodeterminación. Esta ley también elimina la lengua árabe como idioma oficial del Estado de Israel. Hasta la semana pasada, la lengua árabe era idioma oficial junto con el hebreo, pero ahora el árabe se elimina sin tener en cuenta el derecho de la minoría árabe-palestina, que representa más del 20 % de la población de Israel.

La ley califica los asentamientos en territorio palestino ocupado como “un valor nacional”. Por lo tanto, no sólo se consagra la discriminación, sino también la colonización del territorio palestino ocupado.

Al jactarse de que es el Estado de los judíos, no sólo los judíos israelíes, sino de los norteamericanos, franceses, chilenos, argentinos, etcétera, las comunidades judías del resto del mundo tienen el deber de alzar sus voces contra esta ley y distanciarse de esa política racista. Si no se hace eso, ¿cuál sería el argumento en otras partes del mundo para criticar cuando se dictan leyes discriminatorias? Si es legítimo hacerlo en Israel, ¿por qué no sería legítimo hacerlo también en otro país y crear, por ejemplo, comunidades donde sólo tuvieran derechos los católicos y quedaran fuera los judíos y los musulmanes? Bueno, en Israel pasa eso y la comunidad internacional se calla mientras se consolida un Estado de apartheid.

¿A qué se debe el silencio de la comunidad internacional sobre estos temas?
Lamentablemente este es el reflejo de la corriente dominante en la política internacional de hoy, donde los medios de comunicación juegan un rol clave. Hay un avance de las ideologías de extrema derecha. Se ve en Israel, en algunos puntos de América Latina, en Europa y en el propio Estados Unidos. La elección del presidente norteamericano Donald Trump es parte de ello. Las políticas de Trump no se alejan de las políticas racistas del Estado de Israel. Separar a los niños migrantes de sus familias y ponerlos en jaulas es igual a lo que hace el Estado de Israel con los niños palestinos, cuando los encarcelan o los matan.

Esa ley racista que determina que Israel es el “Estado nación del pueblo judío” se aprobó porque la comunidad internacional está presa de la corriente dominante de extrema derecha y porque siempre que se trata de Israel hay terror enorme a ser tildado de antisemita. Quien se atreva a criticar la política del Estado de Israel es automáticamente tildado de antisemita, y la verdad es que hay una gran diferencia entre criticar la política de un Estado y ser antisemita.


 

SECCIONES