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El verdadero poder detrás del trono

Por Stella Calloni

Sin duda alguna, bajo el esquema de una guerra de baja intensidad en su etapa de cuarta generación, con el manejo de la potencia imperial del 95% de los medios masivos de comunicación, la utilización de la Justicia –para lo cual se ha creado una “escuelita de las Américas” que entrena jueces y trabajadores judiciales, como se entrenaban y se entrenan militares y policías–, y el control mediante la corrupción de parlamentarios, han armado los equipos necesarios para la desestabilización regional. A esto se añade la compra encubierta de partidos políticos tradicionales venidos a menos.

No olvidar que con la siembra de bases militares en lugares estratégicos de diversos países del continente, en el nuevo diseño del Comando Sur de Estados Unidos dispersado en toda  la región, tenemos el armado ideal para el proyecto geoestratégico de recolonización de Nuestra América, dentro de su esquema de expansión global y dominio del mundo.

En todos los golpes de Estado de este siglo XXI en nuestra región –los que fracasaron y los que se impusieron, como Haití, Honduras, Paraguay, Brasil– han estado al frente las fundaciones de la CIA y sus creaciones locales. No es sorprendente que tengamos en Argentina ministros y altos funcionarios que pertenecen todos a diversas fundaciones dependientes de las estadunidenses. Es decir, de Washington.

Sobre la injerencia en la Argentina del empresario de oscura historia Mauricio Macri, en un artículo difundido por la agencia estadunidense Bloomberg, el 8 de marzo de 2016 sostenía que “Wall Street tiene nuevamente viento a favor en la nueva Argentina”, y más directamente que estaba “a  cargo” de este país.

Aseguraba además que “desde su triunfo en noviembre pasado, el presidente Macri ha llenado el Estado con empresarios, financistas, economistas y ejecutivos”, y advertía que “no son sólo alumnos de JP Morgan y Deutsche Bank que dominan los puestos gubernamentales. Goldman Sachs Group Inc., Barclays Inc. y Morgan Atanley están representados también con sus ex integrantes en puestos claves en el Banco Central y la Agencia Estatal de fondos de pensiones (ANSES)”.

En el análisis se aseguraba que Macri quiere “deshacer las políticas kirchneristas de intervención económica cuanto antes y quiere profesionales especializados en las leyes del libre mercado que se hagan cargo”.

Desde el principio se conocía esta situación, pero no a nivel de la población, ya que nada de esto aparecía en los medios masivos que encubrían y encubren a Macri invisibilizando todo lo negativo.

Existen asesores estadunidenses en los Ministerios, y una verdadera invasión en el Ministerio de Seguridad tanto de estos como de israelíes que están asesorando y manejando desde las sombras las políticas de seguridad y los negocios militares. Sobre todo esto nunca se ha debatido en el Congreso.

Un ejemplo del ocultamiento sobre la asesoría de figuras importantes lo configura la presencia y actividades aquí del exembajador del Gobierno de Barack Obama, el también empresario Noah Mamet, que en realidad se ha convertido en el más rutilante asesor de negocios de Macri.

En Estados Unidos, varios medios habían mencionado que Mamet había “comprado” su plaza diplomática en Buenos Aires contribuyendo con millones de dólares a la campaña para la reelección del expresidente Barack Obama en 2012. En esos momentos, el diario The New York Times armó un cuadro con los principales recaudadores de la última campaña electoral y Mamet figuró como un aportante de más de un millón trescientos mil dólares en el período 2011-2012.

La recompensa fue el cargo diplomático en Buenos Aires, lo que produjo una serie de reacciones precisamente por no pertenecer a los cuadros diplomáticos, como lo advirtió en su momento la empresa estadounidense BuzzFeed en 2013, experta en medios de comunicación de Internet donde observa los contenidos virales.

Después de renunciar a su cargo, que dejó en enero de 2017 por el triunfo del republicano Donald Trump, el embajador Mamet anunció que regresaría a Argentina, país donde creó vínculos especiales, entre ellos con el presidente Macri. En su despedida, el 12 de enero de 2017, estuvo rodeado por el más excelso macrismo, entre ellos el gerente de Clarín, Héctor Magnetto, el fiscal José María Campagnoli y otros jueces, todo el gabinete, los grandes empresarios, gente de la farándula. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su discurso definió a Mamet como “un argentino más” y destacó el acercamiento que hubo entre ambos países en 2016.

Peña y otros funcionarios de Macri destacaron el aporte que había hecho el diplomático en este nuevo tiempo de relaciones bilaterales, y el propio embajador se mostró feliz de haber colaborado al “reencuentro” de Argentina con el mundo.

De acuerdo con fuentes no sólo argentinas sino de investigadores estadounidenses, por la estrecha relación con Macri durante la última etapa en la Embajada, Mamet participó activamente de reuniones privadas autorizado por el presidente con líderes y empresarios sobre las posibilidades de hacer buenos negocios con Estados Unidos en sectores como el medio ambiente, defensa y otros, lo que sin duda significó una violación de las funciones de diplomático en un país extranjero.

Se conoce también que apoyó la campaña de Macri brindando consejos sobre inversiones norteamericanas y de otros países en Argentina. Diversas fuentes periodísticas mencionan que fue “un fuerte aportante” económico.

En abril de este año fue entrevistado por Infobae en su nueva oficina, un lujoso departamento de más de un millón de dólares que Macri le facilitó en Puerto Madero, perteneciente a un empresario argentino ligado al Gobierno, para que organizara en el lugar actividades y reuniones sociales.

Infobae señalaba que “a través de una consultora y un fondo de inversión”, este empresario de 48 años buscaría ser el puente entre los inversores extranjeros y el sector público y privado en el país, lo que confirmaba el entrevistado explicando que “ya no trabajo para el gobierno y me puedo enfocar en ayudar a ambos sectores a hacer negocios».

Convertido ahora en el más importante asesor empresarial del presidente argentino y en su formidable aliado, con conocimientos técnicos y administrativos indispensables para conducir un proceso comercial (que no están protegidos por una patente pero son determinantes para el éxito comercial de una empresa), Mamet cuenta con amplias y antiguas relaciones en Estados Unidos, entre ellas con Jim Messina, jefe de campaña del expresidente Obama, que se ha convertido en un firme aliado.

Declaró también a Infobae estar “muy enfocado en ayudar a compañías e inversores mediante la consultoría y un fondo que comencé para invertir en capital privado […] Todavía faltan un par de meses para terminar de ajustar todos los detalles, pero esa es la idea, que haya dos partes: una de consultoría para compañías que quieran venir acá, y a la vez también compañías argentinas que quieran tener presencia en los EEUU. Y la segunda parte es un fondo para invertir en estas compañías”.

Celebró que Macri haya vuelto “a conectarse al mundo” en sus viajes a muchos países, incluyendo los Estados Unidos, y señaló: “creo que hay una apertura y voluntad para atraer negocios e inversiones, cooperar con empresas que ya están acá. Se habla un idioma que la mayor parte del mundo no había escuchado por un largo tiempo, alrededor de una década”. Sin dudas el tiempo de los Gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, que recuperaron el Estado y una política soberana, junto a otros que encabezaron el proceso de integración regional más avanzado de todos los tiempos.

En referencia a las dudas que puedan tener los inversores, sostuvo que los que no han estado aquí quieren tener más confianza en el largo plazo; “que no se vuelva para atrás de manera drástica. También están preocupados por la inflación. Pero la buena noticia, creo, es que continúa bajando”.

Estimó que Argentina es un lugar caro para vivir: “creo que mucha gente se sorprende cuando viene a visitar. Es importante que la inflación siga bajando”. Otro de los temas a los que hizo referencia en la entrevista es el de las leyes laborales. “Ése es un tema que muchas compañías traen a colación. Tienen que tener más flexibilidad. En ese sentido, les recuerdo las buenas noticias que hubo en enero, con el nuevo acuerdo para una reforma laboral en Vaca Muerta. Ese fue un convenio que se enfoca en productividad. Es lo que la mayoría quiere: los empresarios quieren pagarle más a los trabajadores, siempre y cuando haya más productividad”, y reconoce que estas negociaciones son muy difíciles.

“Ningún acuerdo va a ser perfecto, ambos tienen que ceder, pero es un gran ejemplo de un contrato laboral que le va a dar certeza a los empresarios que quieran invertir a largo plazo”, remarcó.

Sus actividades comerciales y sociales, además de como asesor presidencial, lo han colocado en un lugar de privilegio. Poderosos empresarios lo visitan, así como el presidente, la primera dama, los hombres más cercanos a Macri, como Francisco Quintana, Esteban Bullrich y otros. También algunos artistas, periodistas y tantos otros. Según un cronista, parece “una Embajada paralela”.

Es imposible no preguntarse cómo verá esta presencia tan activa del demócrata Mamet el entorno del irascible presidente Donald Trump, cuya simpatía trata de ganar Macri mostrándose como el líder de los gobernantes que lo apoyan, especialmente en los intentos golpistas e intervencionistas contra Venezuela, aunque no le haya ido muy bien en las reuniones de la OEA para lograr finalmente derrocar al presidente Nicolás Maduro. Es vergonzante la conducta colonizada de los “aduladores” hacia una figura que tan bien representa a la metrópoli imperial, como es Noah Mamet.


 

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