El presupuesto Trump

Por Manuel Recondo

Un grupo de alrededor de cuatrocientos científicos, incluyendo al menos treinta galardonados con el premio Nobel, y el famoso físico Stephen Hawking, escribieron una carta abierta (antes de la elección presidencial) a los Estados Unidos advirtiendo sobre el peligro involucrado en la elección de un presidente que no prestará especial atención a la comunidad científica.

La carta, que fue firmada por todos ellos, dice lo siguiente: «El cambio climático causado por el ser humano no es una creencia, un engaño o una conspiración. Es una realidad física. Los combustibles fósiles impulsaron la Revolución Industrial. Pero la quema de petróleo, carbón y gas también causó la mayor parte del aumento histórico de los niveles atmosféricos de los gases de efecto invernadero que atrapan el calor”.

Nosotros sabemos que el sistema climático tiene puntos de inflexión. El sistema político también los tiene. Por lo tanto, es motivo de gran preocupación que el candidato republicano a la presidencia haya abogado por la retirada estadounidense del Acuerdo de París (un acuerdo que establece medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero). Un «Parexit» (en alusión al juego de palabras entre París y exit, «salida» en inglés) enviaría una señal clara al resto del mundo: «Estados Unidos no se preocupa por el problema global del cambio climático causado por el hombre».

Esto, que parecía ser un problema estrictamente argentino (por el recorte presupuestario que sacude a la ciencia en nuestro país), al parecer se extiende a otros países del mundo. En este caso, a una potencia mundial. El recientemente elegido presidente Donald Trump publicó hace ya unos años atrás en su cuenta de Twitter: «El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos con el objeto de hacer la industria de los Estados Unidos no competitiva», y generó revuelo en el ámbito de la ciencia. A pesar de esto, aclaró posteriormente que se trataba de una broma y en la página oficial de ScienceDebate se pueden ver algunas declaraciones que hizo en relación al presupuesto que debería otorgársele a este sector. Entre otras cosas, sostuvo que, «aunque cada vez hay más demandas para reducir el gasto y equilibrar el presupuesto federal, debemos comprometernos a invertir en ciencia, ingeniería, salud y otras áreas que harán que la vida de los estadounidenses sea mejor, más segura y más próspera”.

Esta idea de reducir el presupuesto a la ciencia para equilibrar el presupuesto federal parece no ser estrictamente del macrismo, que ha llevado adelante políticas de ajuste y recortes siguiendo esa línea de razonamiento. Pero incluso Trump, que se ha ganado la confianza del pueblo estadounidense, fue más cauto a la hora de referirse al apoyo que le daría a la NASA de lo que fue nuestro Gobierno en relación con el compromiso con los científicos argentinos. Sin embargo, el republicano no se quedó atrás, según lo que dejaron entrever sus voceros oficiales, quienes han sugerido que el presidente electo intentaría reducir los gastos en costosos programas espaciales, reemplazándolos o aprovechando fondos de alternativas privadas.

Hasta el año 2013, la inversión en ciencia por parte de los Estados Unidos fue de 433.000 millones de dólares, más de un tercio de la cantidad invertida por China, el segundo en el mundo. Sin embargo, siempre y cuando se mantengan las tendencias, China estaría en camino de alcanzar al líder mundial en gasto en esta materia. Es que la producción científica china ha venido mostrando avances en cuanto a publicación de artículos. De 75.890 artículos científicos en 2003 a 409.301 en 2012, con un crecimiento anual del 20%; mientras que Estados Unidos pasó de 388.323 publicaciones en 2003 a 574.865, con un incremento medio del 4,7%, por debajo del Reino Unido y Alemania, con crecimientos del 5,7% y 5,5% respectivamente.


 

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