El acampe que le tuerce el brazo a Edesur

Por Fernando M. López

Desde que el pasado 28 de julio instalaron una carpa contra los despidos en la puerta de la sucursal lomense de Edesur, delegados y trabajadores van rotando las guardias para mantenerla en pie las veinticuatro horas de forma ininterrumpida, mientras que cada sábado realizan una radio abierta para visibilizar el conflicto.

“Ya firmaron la reincorporación seis compañeros y aún quedan siete que lo harían en los próximos días”, dijo a Contexto Jorge Torres, secretario general de Luz y Fuerza Lomas de Zamora, quien además confirmó que el acampe continuará hasta que el último cesanteado vuelva a su puesto de trabajo.

Los despidos en Edesur comenzaron luego de la asunción del presidente Mauricio Macri. En una primera tanda echaron a 72 empleados que cumplían tareas operativas y de mantenimiento en distintos puntos del área metropolitana, y más tarde avanzaron con otros 182 contratados que prestaban servicios de call center.

La empresa los dejó en la calle a pesar de una conciliación obligatoria que había dictado el Ministerio de Trabajo, lo que disparó medidas de fuerza y protestas en cada sucursal.

“Otras delegaciones no se hicieron cargo, pero en Lomas de Zamora decidimos dar la pelea hasta el final por nuestros trece compañeros despedidos”, explicó a este medio Carlos Tuya, gremialista de Luz y Fuerza en Temperley.

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Sin embargo, las cesantías constituyen sólo una parte del conflicto. Los trabajadores también reclaman por más personal, reposición de materiales faltantes y logística.

“No contamos con los elementos necesarios para ir a resolver problemas en los barrios, porque la empresa no invierte. No hay transformadores, tampoco elementos de seguridad y la flota pesada no funciona”, enumeró Torres.

El sindicalista advirtió, además, que la falta de inversión afectará la provisión del servicio durante el verano, y desmintió que se esté llevando adelante un programa de mantenimiento para evitar cortes de luz, como anunció días atrás el ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren, cuando dijo que las posibles fallas del servicio eléctrico a partir de diciembre “dependerán de la temperatura”.

“Lo de Aranguren fue impresentable. Obviamente que con mayor temperatura habrá más consumo, eso lo sabe hasta un nene de jardín de infantes, pero acá el problema es que las distribuidoras eléctricas no invierten en obras ni en mantenimiento”, remarcó.

Según Torres, el mantenimiento de la red subterránea y aérea es elemental: “Tenemos picos de consumo en invierno y en verano que hacen que la red ‘explote’. Después hay meses de meseta. Es ahí donde se deberían realizar las reparaciones de fondo, el mantenimiento preventivo, tomar carga, equilibrar los centros… Es decir, todo un trabajo correctivo para los meses de mayor consumo. Todo ese trabajo no se hace”.

Tuya coincidió en que “la responsabilidad es de las empresas que no invierten”, y aseguró que “tampoco van a invertir con el tarifazo”, porque “lo que quieren es recaudar más para llevarse todo afuera”.


 

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