Dónde está la derecha y dónde estamos nosotros

Por Manuel Protto Baglione 

Mientras en La Plata recibíamos al primer presidente indígena de Latinoamérica, Evo Morales, quien manifestó su apoyo a las fórmulas del Frente para la Victoria, el Gobierno porteño procedía a clausurar parte de las instalaciones del canal C5N, luego de que ese medio, y otros pertenecientes al grupo Indalo, difundiera el entramado de corrupción que involucra a Niembro y todos los referentes de Cambiemos.

Mientras tanto, el Grupo Clarín no decía absolutamente nada al respecto, absorto en festejar el fallo judicial en Tucumán y en cubrir de laureles al frustrado candidato. Ya no debería sorprender el silencio del mayor conglomerado mediático del país, que no abandona su libreto de prensa independiente agredida, aun cuando recientemente haya “adquirido” de manera ilegal el 49% de las acciones de Nextel, empresa subsidiaria de NII Holding Inc., cuyo accionista mayoritario es desde junio último, según información de la Comisión de Valores de los Estados Unidos, el fondo buitre Aurelius, de Paul Singer, uno de los litigantes contra el Estado nacional.

La derecha nacional está ahí, casi transparente, donde estuvo siempre, disputando las migajas de los grandes capitales internacionales.

Ese mismo diario, cada vez más orgánicamente entrelazado con la derecha nacional, particularmente con el PRO, menciona citando vagas “fuentes judiciales” que “la Corte Suprema de la Nación descarta intervenir en la denuncia de fraude de Tucumán”, en caso de que se antepusiera un Per Saltum. Y, cuando un medio monopólico no cita ninguna fuente, significa que la fuente son ellos. Esos mismos desahuciados de la política son los que han querido tapar el sol con las manos, al festejar que la renuncia de Niembro es “aleccionadora”, que “nos habíamos olvidado que renunciar cuando se está cuestionado sirve a la política y sirve a la sociedad”.

La derecha nacional está ahí, casi transparente, donde estuvo siempre, disputando las migajas de los grandes capitales internacionales, salvajemente neoliberales, haciendo de la mentira y el ocultamiento su espada y su escudo, buscando disciplinar a las voces alternativas, como a Víctor Hugo Morales, cuya desobediencia le costó 3 millones de pesos por transmitir un gol (hoy se conoció el fallo de la Corte Suprema que deja firme esa extorsión). Su representante más consolidado al día de hoy, Mauricio Macri, no sólo cuenta con una amplia cobertura por parte de las editoriales más renombradas de la prensa independiente, sino que las mismas lo tratan con gran delicadeza a la hora de escribirle el guión. Hasta Joaquín Morales Solá, poco afecto, como bien deslizó ayer Mario Wainfeld, a “las operaciones políticas porque no es su perfil ni es apto para imaginarlas”, señaló el domingo que Niembro “debería tomar una decisión para ponerle punto final a una historia que nunca debió escribirse”.

Nosotros seguiremos inaugurando cada día las nueve obras de infraestructura para el sistema educativo que mencionó nuestra Presidenta.

Nosotros seguiremos inaugurando cada día las nueve obras de infraestructura para el sistema educativo que mencionó nuestra Presidenta, mientras la derecha sigue pensando que poniendo palos en la rueda puede detener a un pueblo que se hace cargo de su destino. Con organización, compromiso y voluntad política seguiremos demostrando que el kirchnerismo no es un “ciclo” que pueda acabarse, sino que ha llegado para constituir la nueva cultura política democrática y popular con la que construiremos una patria para todos y todas.


 

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