El gobierno de Javier Milei sufrió este miércoles una de sus jornadas más adversas en el Congreso. En una sesión maratónica que se extendió hasta la madrugada, la oposición unificada impuso su agenda y logró doce victorias parlamentarias consecutivas frente a un oficialismo cada vez más aislado. El número —doce a cero— no solo refleja la magnitud de la derrota legislativa, sino que exhibe con crudeza el desgaste político de una administración que ha dinamitado sus puentes de diálogo y empieza a pagar costos concretos.
Durante todo el día, los operadores de La Libertad Avanza —incluidos Martín Menem y emisarios de Karina Milei— intentaron frenar la sesión: primero buscando voltear el quórum mediante presiones a gobernadores y diputados radicales, y luego apelando a incidentes dentro del recinto que justificaran una interrupción. Ninguna de esas maniobras prosperó. Los 133 diputados opositores que habían prometido sentarse, estuvieron en sus bancas desde temprano. A partir de ahí, lo que vino fue un alud legislativo que ni los vetos ni los decretos de Milei pudieron contener.
Con una mayoría abrumadora, se aprobaron los proyectos para garantizar el financiamiento de las universidades nacionales (158 votos afirmativos) y para declarar la emergencia sanitaria pediátrica, con eje en el Hospital Garrahan (159 votos). Ambas iniciativas pasarán ahora al Senado, donde el Frente de Todos, la UCR, bloques provinciales y Unidad Federal ya anticiparon que los respaldarán antes de fin de mes.
En uno de los golpes más significativos, la Cámara baja rechazó cinco decretos de necesidad y urgencia que formaban parte del paquete de reforma del Estado. Cayeron la disolución del INTI y el INTA (141 votos), la reestructuración de los organismos culturales (134), la modificación del Banco Nacional de Datos Genéticos (133), la eliminación de Vialidad Nacional (138) y la reforma a la Marina Mercante (118). Todo con números que podrían replicarse en el Senado, en una ofensiva que apunta a desactivar el blindaje institucional con el que el Ejecutivo había intentado gobernar por decreto.
La sesión no solo dejó leyes y rechazos, sino también decisiones que comprometen el futuro inmediato del gobierno. Con una mayoría cercana a los dos tercios, la oposición logró el emplazamiento a las comisiones que deben tratar los proyectos de coparticipación de ATN y de reforma al Impuesto a los Combustibles, dos iniciativas claves para los gobernadores, ya con media sanción del Senado. La presión conjunta de peronistas, radicales dialoguistas, lilitos y pichettistas logró imponer una fecha concreta: el próximo miércoles deberán dictaminarse, con vistas a ser aprobadas en una próxima sesión.
También se avanzó con el cambio de reglas en la Comisión Investigadora del caso Libra. Se modificó la resolución que impedía su funcionamiento pleno, eliminando el empate que sostenía La Libertad Avanza. Ahora, si hay paridad entre oficialismo y oposición, se designará como presidente al postulante del bloque con más legisladores en el recinto. Esto allana el camino para que se convoque a Karina Milei, Mauricio Novelli y otros funcionarios implicados en el escándalo cripto que ya se investiga en la Justicia estadounidense. La Casa Rosada intentó por todos los medios evitar este escenario.