Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Cristina Kirchner defendió a Lali y Darín: “Milei reacciona contra todo lo popular que le disputa sentido”

En una entrevista televisiva que volvió a encender el debate sobre la cultura y la representación en la Argentina, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner criticó con dureza las recientes agresiones del presidente Javier Milei contra figuras populares como la cantante Lali Espósito y el actor Ricardo Darín. “Reacciona con todo lo que es popular, lo que le dispute representación y sentido. Tiene una reacción de agresión y descalificación total y absoluta”, señaló la exmandataria en el programa Minuto Uno (C5N), al referirse a los posteos y declaraciones del actual jefe de Estado.

Cristina también expresó su sorpresa por el ataque presidencial a Darín, protagonista de El Eternauta, la más reciente superproducción argentina estrenada en Netflix: “Me llamó la atención que lo haga con un actor de reconocimiento internacional, al que nadie puede sospechar de simpatías kukas o peronistas. Sin embargo, hay un poco de falta de equilibrio en las reacciones”.

La exjefa de Estado reveló haber visto la serie basada en la historieta de Héctor Germán Oesterheld, y no ocultó su entusiasmo: “Me encantó El Eternauta. Es una excelente producción, pone de relieve cómo es posible que una familia como la Oesterheld haya podido negociar con Netflix. Es el ejemplo de cómo podemos negociar, ¿cómo los argentinos no vamos a poder negociar ante los intereses nacionales?”.

Entre 2003 y 2015, el Estado argentino —bajo los gobiernos de Néstor Kirchner y luego de Cristina— impulsó una etapa de fuerte desarrollo en la producción audiovisual y cinematográfica nacional, sostenida por políticas públicas, fomento federal y una visión del arte como herramienta de identidad, memoria y soberanía cultural.

Durante esos años, el cine argentino experimentó un crecimiento sin precedentes: se pasó de 30 a más de 150 películas estrenadas por año. Obras como El secreto de sus ojos (Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010), Relatos salvajes o Carancho marcaron récords de taquilla y prestigio internacional, mientras el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) robustecía su rol como órgano promotor, con mayores presupuestos y políticas de descentralización federal.

La creación de espacios como INCAA TV y la plataforma pública Odeón —precursora de Cine.ar— ampliaron las ventanas de exhibición para la producción nacional, garantizando acceso gratuito o económico a películas argentinas en todo el país. Paralelamente, se multiplicaron los Espacios INCAA y se fomentó la producción en provincias históricamente postergadas en términos de industria audiovisual.

En ese contexto, la apuesta por historias con fuerte anclaje social, memoria histórica y diversidad cultural se convirtió en un sello del cine nacional, reforzando el sentido de lo popular no como entretenimiento vacío, sino como campo de disputa simbólica.

 “Lo que le molesta es lo que le disputa representación y sentido”, sintetizó Cristina. Su lectura trasciende lo anecdótico: plantea que la cultura, lejos de ser neutra, disputa subjetividades, relatos y modelos de país. Por eso, lo que se pone en juego no es solo el financiamiento de una película o el presupuesto de una institución, sino el derecho de un pueblo a narrarse a sí mismo con sus propias voces.

En tiempos donde el arte se vuelve campo de batalla y el poder intenta reducirlo a gasto superfluo, las palabras de la exmandataria reponen una visión estratégica de la cultura como herramienta política, social y económica. Una que reconoce en El Eternauta, en Lali, en Darín y en tantos otros, la continuidad de una tradición que se resiste a desaparecer.