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COVID-19 en las villas: piden que se declare la emergencia sanitaria, habitacional y alimentaria

La muerte de Ramona Medina y Víctor Giracoy en el Barrio Mugica puso otra vez en el centro de la escena la situación que atraviesan los barrios populares y villas porteñas. El hacinamiento, la falta de servicios básicos y las nulas respuestas del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta convirtieron estos lugares en focos de propagación del COVID-19, que solo en la conocida Villa 31 ya tiene más de novecientos casos y cuatro muertos. «Pedimos al gobierno de la ciudad que deje de actuar con soberbia y escuche a los vecinos», manifestaron este lunes desde el Comité de Crisis.

La noticia de la muerte de Ramona conmocionó este domingo al barrio y tuvo sus réplicas en los medios y las redes sociales. Referente de la organización La Poderosa, Ramona había sido una de las voceras centrales en denunciar la falta de agua en el lugar. «El señor Diego Santilli [vicejefe de Gobierno porteño] dice que tenemos agua, que tenemos la vida solucionada gracias a su gobierno. Hoy es 3 de mayo, ocho días llevamos sin agua. Nos piden que nos higienicemos, que nos lavemos las manos, que pongamos tapabocas, que no salgamos a la calle. Ahora, yo me pregunto, ¿cómo pretenden que no salgamos a la calle si tengo que ir todos los días a comprar agua o tengo que esperar que los compañeros traigan agua porque nos pasamos todo el día sin agua?», manifestaba desde su casa, ubicada en la manzana 35 del Barrio Múgica, a principio de mes. Quince días después, fallecía producto del virus. La misma suerte corrió Víctor Giracoy, referente por más de veinticinco años en el comedor Estrella de Belén, quien murió el sábado.

Ante este escenario, el Comité de Crisis (CC) del Mugica, compuesto por más de 68 organizaciones barriales, comunitarias, sociales y religiosas, llamaron a una conferencia de prensa en la que cargaron duro contra el gobierno del macrista Rodríguez Larreta y pidieron que se declare con urgencia la emergencia sanitaria, habitacional y alimentaria.

Con participación de referentes de los barrios YPF, Güemes, Cristo Obrero y Comunicaciones, que integran al gigante Mugica, desde el CC destacaron que, ante la ausencia estatal, «peleamos para que no falte un plato de comida en ningún lugar», garantizando no solo en comedores sino también «alimentos a muchas familias que han tenido contacto estrecho» con el virus y que «aún no son asistidas por el Gobierno de la Ciudad».

«Desde el primer minuto entendimos la necesidad del aislamiento, pero también sentimos la preocupación de cómo llevarlo adelante, cumplir la cuarentena en las casas, con la realidad y la particularidad habitacional del barrio, con las serias dificultades en el acceso a la salud, los servicios básicos como el agua y la situación socioeconómica que golpea aun más en este contexto de emergencia sanitaria», manifestaron en conferencia de prensa.

Según detallaron, ante este escenario, el 1° de abril elevaron una nota a la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, María Migliore, donde le plantearon «la urgencia de la asistencia sanitaria, alimentaria y social para el barrio y la necesidad de conformar una mesa de trabajo para afrontar la pandemia y evitar el ingreso del virus» al barrio. La respuesta llegó recién el 27 de abril, con una asistencia de elementos de higiene a comedores que duró solo una semana y con alimentos secos, «llegando muy tarde y siendo totalmente insuficiente».

El 5 de mayo, el gobierno nacional impulsó el operativo Detectar a los fines de hacer testeos masivos. Para esa fecha había 133 vecinos y vecinas contagiados en el Mugica. «La situación es alarmante, en el día de hoy la ex Villa 31 se encuentra con más de novecientos casos positivos de COVID y cuatro vecinos fallecidos», denunciaron.

En este escenario, piden la conformación de una mesa de trabajo «sería y real» entre las autoridades del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat y el de Salud porteños junto al de Salud nacional con los representantes del Comité de Crisis a fin de dar respuestas a sus demandas: espacios acondicionados u hoteles para el aislamiento a personas en contacto estrecho que no puedan realizar el aislamiento en sus viviendas; unidades móviles las veinticuatro horas para el traslado de vecinos que necesiten ser atendidos de urgencia o fuera del horario de atención del operativo Detectar; asistencia alimentaria, de elementos de higiene personal y atención psicológica para las personas internadas o aisladas en hoteles afectadas por el virus y a las personas en contacto estrecho; asistencia urgente a todos los comedores y merenderos con elementos de limpieza, higiene, bioseguridad y raciones de comida; que se dé respuesta a la situación habitacional, prohibición de los desalojos; acondicionamiento de los pisos superiores de la escuela Wash (donde funciona el operativo Detectar) para realizar la espera de los resultados del test.

Los promotores de la salud del barrio detallaron que el virus entró el 20 de abril, creciendo los contagios de manera exponencial. «Cada día la curva crece entre un 15 y 25%. Mientras que en Argentina los contagios se duplican cada 20 o 25 días, en nuestro barrio se duplica cada tres días y medio o cuatro», informaron.

«Con la situación de hacinamiento y pobreza en la que viven muchos de nuestros vecinos, con los problemas que hay con el agua, cómo puede ser que el Gobierno de la Ciudad no haya previsto nada para que no suceda lo que está sucediendo», cuestionaron.

El CC detalló que hace quince días, con el lanzamiento del Detectar, advirtieron al gobierno porteño que las medidas no estaban alcanzando para detener el contagio exponencial. «Repetimos hasta el cansancio que si un vecino daba positivo del COVID, sus contactos estrechos debían ser aislados de forma segura, fuera del barrio de ser necesario, con el asesoramiento de los promotores de salud, sino seguirían contagiando a otros vecinos. Obviamente no nos escucharon. Ya estamos acostumbrados a su soberbia. Lamentablemente tuvimos razón», apuntaron. En ese momento eran 133 contagiados; hoy alcanzan más de novecientos y hay cuatro fallecidos.

«Pedimos al Gobierno de la Ciudad que deje de actuar con soberbia, escuche y dé participación a los vecinos en una mesa de participación de trabajo serio. Pedimos al gobierno nacional que se involucre con todos los ministerios y recursos que hagan falta», concluyeron.


 

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